El último secreto de los fundadores de startups en Estados Unidos: setas alucinógenas para aumentar la creatividad

  • Aunque sigue siendo ilegal en gran parte de EEUU, algunos fundadores de startups confiesan que las microdosis de psilocibina son para ellos la clave para una mayor creatividad y una mejor salud mental.
  • Sin embargo, muchos mantienen su consumo en secreto por miedo al rechazo de los inversores y de su propio entorno.
Consumo de setas.

Filistimlyanin/Getty Images, Khosrork/Getty Images, Karim Qubadi/500px/Getty Images, Abanti Chowdhury/BusinessInsider

Samantha Stokes
| Traducido por: 

Scott Frohman piensa mucho en sus niveles de energía. Es el fundador de una startup de Florida (Estados Unidos) y solía despertarse cada mañana con ganas de tomar su primera taza de café. Luego la segunda. Luego la tercera.

El hábito le causaba problemas estomacales, así que se pasó a las setas en polvo, un suplemento natural que se dice que mejora la función cerebral. Mezclar una pequeña cantidad con su taza de café matutina le funcionó tan bien que dejó de tomar más en las horas posteriores.

La historia de Frohman con las setas es el origen de su actual empresa Odyssey, que vende bebidas enlatadas mezcladas con setas que ofrecen a los consumidores energía, claridad y equilibrio. También le ha inspirado a añadir algo más a su rutina matutina.

Cada pocos días, toma una pequeña dosis de psilocibina. Se trata de un hongo que en grandes dosis provoca alucinaciones, pero que en pequeñas cantidades puede tener efectos positivos sobre la claridad mental, la concentración y la creatividad, según sostienen varios fundadores entrevistados por Business Insider y médicos que investigan los efectos de la sustancia.

"Las microdosis relajan la mente y ayudan a tenerla más despejada para poder tomar mejores decisiones. La primera vez que lo probé, sentí mucha claridad y capacidad de estar más presente en las conversaciones. Estaba menos distraído. Me di cuenta de que así es como quiero ser", explica Frohman sobre esta práctica.

Frohman forma parte de una pequeña pero creciente comunidad dentro del sector de las startups en Estados Unidos que está experimentando con pequeñas dosis de psilocibina para mejorar la concentración y la productividad. La psilocibina, que antes consumían únicamente los hippies de los 60 buscando un viaje psicoactivo intenso, está resurgiendo.

Las setas 'mágicas' son ilegales en EEUU, aunque algunos lugares han despenalizado el consumo, la venta y la posesión de psilocibina, como San Francisco, Denver y Minneapolis. En Oregón, es legal el consumo supervisado por adultos, pero los intentos de legalización en California, Iowa, el estado de Washington y Vermont han fracasado hasta ahora. 

Sin embargo, esto no ha impedido a los fundadores experimentar con las sustancias para sacar su lado más creativo.

"Las microdosis me han ayudado a bajar el ritmo y ser más comedido. Estoy más abierto a cosas que de otro modo no habría notado, y tengo tiempo para tareas que de otro modo no habría podido hacer porque me sentía demasiado ocupado", afirma Frohman.

Una chica fumando marihuana

Según un artículo publicado en la revista Frontiers in Psychology, es probable que la gente lleve millones de años ingiriendo setas psicodélicas. En las primeras civilizaciones, las setas podrían haber ayudado a los antiguos humanos a colaborar y convivir compartiendo objetivos comunes.

En el siglo pasado, la era psicodélica de mediados de los 60 a mediados de los 70 se caracterizó por un movimiento musical, artístico y social, que muchos atribuyen a la creciente popularidad de la psilocibina y el LSD (dietilamida del ácido lisérgico) en la contracultura.

La microdosificación es un fenómeno mucho más reciente, y la práctica consiste en la toma de pequeñas dosis (entre una vigésima y una décima parte de una dosis normal para tener un buen "viaje", según el psicólogo James Fadiman, investigador de la microdosificación) de muchas sustancias diferentes, como setas psicodélicas, LSD, cannabis, ayahuasca o DMT.

Los fundadores de startups que toman pequeñas dosis de setas de forma semiregular explican a Business Insider que esta práctica es una parte importante de su rutina de bienestar.

"Creo sinceramente que las microdosis de setas pueden eliminar la ansiedad y reprogramar las vías neuronales", sostiene en una entrevista a Business Insider Koel Robinson, fundadora de la plataforma de bienestar Celia Collective, con sede en Los Ángeles. "Marca la diferencia entre observar tu vida desde la barrera y protagonizarla".

Robinson toma regularmente lo que ella llama una 'nanodosis' de psilocibina, lo que sería alrededor de un octavo de una dosis completa, un par de veces a la semana por la mañana. La psilocibina "elimina por completo la ansiedad" y le permite concentrarse en lo que tiene delante, ya sea la familia, los amigos o la startup que fundó hace cuatro años y para la que está intentando conseguir financiación.

Froman, el fundador de Odyssey, ha experimentado con grandes dosis de diversas sustancias psicodélicas y asegura que ha descubierto que las microdosis de psilocibina proporcionan una experiencia completamente diferente que mejora su día a día.

"La microdosificación me sentó muy bien, y la sensación me duraba hasta dos días después", señala, añadiendo que ha tomado pequeñas dosis de setas antes de reuniones de negocios y días ajetreados en el trabajo.

Frohman añade que ha establecido vínculos con posibles inversores y socios comerciales a los que también les gusta consumir microdosis. La bebida de su empresa, que recaudó 6 millones de dólares (5,48 millones de euros) a principios de este año de inversores como el fundador de Rocket Beverage Group, Richard Laver, se vende en varios supermercados de Estados Unidos.

Aunque hay muchas pruebas anecdóticas sobre los beneficios de las microdosis de setas y otras sustancias psicodélicas (Steve Jobs es solo uno de los muchos miembros de la industria tecnológica que defendía el uso del LSD), la ciencia no es unánime sobre si esta práctica es realmente útil, y solo hay un puñado de estudios que la hayan analizado.

"Todos los que lo hacen creen que les ayuda, pero existe un abismo asombroso entre la gente que cree que ayuda y los pocos ensayos clínicos aleatorizados que se han hecho sobre las microdosis", explica el Peter Grinspon, médico de atención primaria del Hospital General de Massachusetts e instructor de la Facultad de Medicina de Harvard, que también investiga los psicodélicos.

Grinspon afirma que los actuales estándares de investigación (aleatorizados, controlados y doble ciego) no se prestan bien al estudio de las microdosis por varias razones, entre ellas el hecho de que sus supuestos beneficios son difíciles de medir objetivamente.

"En lo que respecta a la creatividad, no disponemos de un gran marcador para medirla, como sí lo tendríamos para un ensayo de control aleatorizado sobre algo como el colesterol", ilustra.

Grinspon añade que el consumo mediante microdosis de psilocibina, como pasa con cualquier otra sustancia, no está totalmente exento de riesgos, pero probablemente sea menos dañino que tomar dosis más elevadas de hongos u otras sustancias psicodélicas. Pero por ahora, cualquier beneficio está lejos de ser confirmado científicamente.

"Podría ser que acabáramos de empezar a estudiar las microdosis y que estuviéramos al principio del renacimiento psicodélico", afirma. "Como con tantas otras cosas, esto podría requerir un cambio de paradigma entre los médicos".

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Peggy Van de Plassche se pasó más de una década trabajando en instituciones financieras canadienses y más tarde ofreció servicios de consultoría a clientes financieros como el banco de inversiones BMO y el fondo público de pensiones OMERS. Pero durante la pandemia, se alejó de su trabajo para hacer frente a la ansiedad, el estrés y la depresión, y empezó una nueva carrera cuando descubrió los psicodélicos.

"Las microdosis supusieron un cambio enorme en mi vida", confiesa a Business Insider, y añade que la psilocibina la ayudó a superar problemas de salud mental que, a su vez, potenciaron su creatividad y productividad.

En la actualidad, Van de Plassche dirige una empresa que promueve los beneficios de la psilocibina a través de charlas corporativas y un curso online de 90 días. También ha escrito dos libros sobre cómo las microdosis pueden ser beneficiosas en una rutina de bienestar y productividad.

"Las microdosis no son una píldora mágica, sino una herramienta más. Los días parecen más largos y hago en un día lo que normalmente me llevaría tres. Las ideas surgen más deprisa, y simplemente sabes qué hacer y cómo hacerlo", afirma.

A pesar de que Van de Plassche y otros fundadores de startups hablan abiertamente de sus prácticas, las setas y otras sustancias psicodélicas siguen estando estigmatizadas en ciertos sectores de la comunidad tecnológica, que es conocida por ser más libre respecto a las drogas y el alcohol, así como a diversas prácticas de bienestar, en comparación con sectores más rígidos como el financiero.

Business Insider ha hablado con varios fundadores e inversores que toman microdosis pero que desean permanecer en el anonimato. Estos fundadores también afirman que hay muchos inversores de capital riesgo en sus redes muy abiertos sobre las microdosis. Son embargo, la mayoría se sienten incómodos hablando en público sobre su consumo por miedo a ser juzgados por los inversores.

En 2021, Justin Zhu, CEO de Iterable, una empresa de email marketing que facturaba 2.000 millones de dólares (unos 1.800 millones de euros), fue despedido tras admitir que había tomado una pequeña dosis de LSD antes de una reunión de negocios.

"Las microdosis me han ayudado mucho, pero estoy muy preocupado por las reacciones adversas y por la posibilidad de que se convierta en una pesadilla", señala a Business Insider un fundador de una fintech en fase inicial. Esta persona dice que, aunque las microdosis le han "cambiado la vida", creció en una familia religiosa que no aprobaría la práctica, y también le preocupa que la gente del sector financiero pueda juzgarle.

La persona se ha negado a revelar su nombre, pero Business Insider conoce su identidad.

Tampoco ayuda el hecho de que las sustancias psicodélicas sigan siendo ilegales en gran parte de Estados Unidos, lo que significa que la innovación (y, por consiguiente, el cambio de las percepciones sociales) se está produciendo en gran medida fuera del país. Filament Health, con sede en Vancouver (Canadá), está trabajando para ampliar el acceso a los psicodélicos naturales mediante un proceso de extracción y descubrimiento de drogas, mientras que las tiendas físicas Shroomyz y Fun Guyz están impulsando el "boom de las setas" en Canadá.

En EEUU, cada vez se presta más atención a convertir las sustancias psicodélicas en tratamientos médicos, sobre todo para la salud mental, y hay varias empresas de capital riesgo invirtiendo en este campo, como PsyMed Ventures, Noetic Fund y Palo Santo.

Y en el caso de que se legalicen las sustancias psicodélicas de consumo en Estados Unidos, Frohman y Robinson afirman que les gustaría expandir sus negocios para incluir las microdosis de setas.

"Sería un producto espiritual, porque el mundo entero se comunica a través del micelio", afirma Robinson. "No es sólo sanador, es una optimización de la vida".

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