Qué es el falso otoño del que advierten los científicos: por qué la caída de las hojas antes de tiempo debería inquietarte

El pasado día uno de septiembre arrancaba el otoño meteorológico, que se extiende hasta que finaliza noviembre, y en el que el foco está puesto sobre la grave sequía que asola España y buena parte de Europa, donde los niveles de embalses y ríos han caído a mínimos históricos, incluso devolviendo a la luz monumentos y vestigios históricos sumergidos desde hace años. 

El pronóstico sobre el tiempo que hará este otoño de 2022 es bastante pesimista en cuanto a las precipitaciones: la Agencia Estatal de Meteorología pronostica una estación más seca y cálida de lo normal, aunque meteorólogos como Rubén Vázquez de Meteovigo apuntan a un otoño ligeramente más caluroso que la media, pero húmedo y cargado de precipitaciones. 

Pero además de mirar al cielo, hay que hacerlo al suelo y a la vegetación: en algunos lugares como Reino Unido se está produciendo un inusual fenómeno llamado falso otoño, y que provoca que las hojas se caigan antes de tiempo y el paisaje se desnude semanas antes de lo que solía suceder antaño.  

Desde el Foro Económico Mundialalertan sobre este problema, cuya raíz está en la crisis climática, que obliga a la naturaleza a entrar en modo supervivencia por culpa de la sequía récord y de las olas de calor sin precedentes. 

En este 2022, la campiña inglesa se está tiñendo de rojo y dorado 3 meses antes de lo normal. Expertos en vida silvestre han puesto la voz en grito sobre los cambios no estacionales en el paisaje. Lo que sucede para que el otoño llegue antes de tiempo al bosque es que la falta de lluvia está estresando a los árboles, que pierden sus hojas meses antes de tiempo para ahorrar agua y energía.

Se han informado signos de un falso otoño en todo el Reino Unido, pero también podrían verse en otras partes del mundo debido a sequías severas y generalizadas. De hecho, de continuar así, la sequía en el Viejo Continente podría ser la peor en 500 años, y ya se está cebando con pérdidas de cosecha, baja productividad en los cultivos e incendios forestales devastadores.

De forma más precisa, la Comisión Europea alerta de que el 64% de la Unión Europea (UE) se enfrenta a advertencias o alertas de sequía. China también está experimentando su peor sequía en décadas, según destaca el Financial Times.

El profesor científico jefe de la Oficina Meteorológica del Reino Unido, Stephen Belcher, ha destacado que sin la actividad humana causante del cambio climático, las temperaturas de 40 °C observadas este verano serían "prácticamente imposibles" en el Reino Unido.

Según señala la Agencia EFE, el cambio climático provocado por la acción humana hizo que se multiplicara hasta por 10 la probabilidad de que el país británico viviese una ola de calor como la de mediados de julio, cuando los termómetros superaron por primera vez los 40 grados centígrados desde que hay registros. Son 3,6 grados por encima del récord establecido en 1990. 

Aunque los modelos estiman que las emisiones de gases de efecto invernadero han elevado en 2 grados las temperaturas en la ola de calor sufrida en Gran Bretaña, los registros históricos indican que este evento extremo habría sido 4 grados más frío en un contexto sin influencia de la mano humana.

Fritha West de Woodland Trust explica que la principal causante del falso otoño es la sequía, resultado de un verano de calor de récord. “En clima seco, los azúcares en las hojas se concentran más y las hojas producen más antocianinas". 

Estos son los pigmentos responsables de la coloración de las hojas, y que les otorga la característica tonalidad otoñal. Los árboles desechan las hojas para preservar la humedad en sus ramas y troncos.

Consecuencias del falso otoño: árboles jóvenes en la cuerda floja, maduración prematura de frutas y problemas para muchas especies animales

Entre las consecuencias negativas del falso otoño para el paisaje, están el deterioro para los árboles, las interrupciones en la cadena trófica de los animales o la maduración prematura de la fruta.

Los árboles más viejos tienen raíces más extensas y asentadas que les pueden garantizar la supervivencia, pero aquellos más jóvenes y frágiles, o los plantados en suelos de mala calidad cerca de las carreteras, pueden no recuperarse jamás. 

Según explicaba a la BBC Leigh Hunt, asesora sénior de horticultura de la Royal Horticultural Society, hay un punto crítico, que sucede cuando un árbol no es capaz de reemplazar el agua perdida, y por lo tanto, se seca y se muere. 

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Otros ciclos naturales se ven afectados: al tener que preservar la escasez de agua durante las sequías, las bayas y frutas encogen de tamaño y maduran y caen meses antes de lo previsto. Woodland Trust informó de moras maduras el 28 de junio, una fecha realmente temprana. 

Cuando la fruta madura antes de tiempo, no está disponible más adelante, perjudicando a las especies animales para las que sirve de alimento, desde mamíferos como ratones de campo a aves como los mirlos.

Ante el problema, los especialistas en vida silvestre aconsejan dejar agua en los jardines para ayudar a las aves y animales como erizos y tejones a sobrellevar el falso otoño. También los científicos están empleando colectores de niebla para brindar agua a árboles en Portugal o las Islas Canarias, según The Guardian.