Este artículo se basa en una conversación con Emery Wallerich, azafata de yate de 24 años residente en Florida, sobre su trabajo. Se ha editado para darle una mejor extensión y claridad.

La primera vez que oí hablar de las azafatas de yate fue durante un viaje a casa, en Tacoma (Washington), durante mi último año de universidad. Una mujer que trabajaba como jefa de azafatas en un superyate se alojaba en la casa de alquiler de mis padres, y en cuanto mi madre se enteró de cuál era su trabajo comentó: "No se lo cuentes a mis hijos. Lo harían en un santiamén".

Mi madre tenía razón. Conseguí los detalles de la mujer, me gradué, me mudé a Florida y a los 22 años empecé mi carrera como azafata de yate. 

A mi madre le preocupaba que nunca fuera a visitarme a casa, ya que viviría en un barco en distintos países, pero me hizo prometerle que iría a visitarla cada pocos meses y enseguida se animó, después de que uno de mis primeros empleadores le permitiera visitarme y subir a bordo del yate.

Actualmente trabajo para una familia en un empleo privado y permanente en un yate de 3 niveles y 43 metros de eslora con base en el sur de Florida, aunque actualmente navegamos por el Caribe. También he tenido trabajos temporales en otros yates que han durado entre 3 semanas y 6 meses. 

Soy la segunda azafata a bordo, y trabajo con el jefe de azafatas y la tercera azafata

Hago las camas, sirvo comidas y bebidas, traigo crema solar y toallas, limpio las duchas, paso el aspirador por las habitaciones, dirijo la noche de karaoke... En general, me aseguro de que la familia y sus invitados tengan un yate ordenado y estén atendidos en todo momento. 

Hacemos turnos y escalonamos los días libres. Yo hago el turno de noche, me acuesto cuando lo hace la familia y me levanto 8 horas más tarde. Me tomo un descanso de 2 horas después de hacer el servicio de comidas y luego ayudo a la azafata jefe a hacer el servicio de cenas.

Trabajo para un crucero nudista: aunque es liberador, hay normas como no excitarse demasiado o ponerse ropa para cenar

Cuando estoy de servicio, intento estar cerca y disponible para la familia sin agobiarla. Si tienen que ir a buscarme para pedirme algo, no estoy haciendo mi trabajo. 

También está la tripulación exterior: el primer oficial, el capitán, el marinero, el contramaestre y el ingeniero. 

Estos trabajadores se encargan de mantener limpio el exterior del yate, llevan a la familia a la playa o de excursión a la ciudad en un barco más pequeño llamado auxiliar, y les traen juguetes acuáticos para que pasen el rato en el agua fuera del yate. Todo el personal utiliza radios para comunicarse constantemente.

El sueldo varía en cada chárter, pero yo suelo ganar entre 4.200 y 5.000 dólares (entre 3.800 y 4.530 euros) al mes

Puedo ahorrar mucho porque mi trabajo me proporciona la vivienda, la comida e incluso los artículos de aseo. Ya he subido de sueldo en mis 2 primeros años. Una azafata jefe, la más experimentada y de más alto nivel, puede ganar fácilmente 100.000 dólares (90.500 euros) al año.

Abrí una cuenta en TikTok hace 2 años y medio para compartir mi amor por la navegación con otras personas, y ya tiene más de 690.000 seguidores. Recibo pequeños pagos del TikTok Creator Fund por las visitas a mis vídeos, pero veo la aplicación menos como una fuente de ingresos y más como una forma de poner en práctica mi grado universitario en comunicación digital.

Aunque el aspecto económico es estupendo, mi parte favorita del trabajo son los viajes

Ya he estado en 6 o 7 países trabajando en yates, y la familia para la que trabajo actualmente tiene previsto recorrer el Caribe, el Atlántico y el Mediterráneo este año. También me encanta conocer y trabajar con tripulantes de diferentes culturas, países y orígenes: el chef de mi yate actual es italiano.

Si parece un trabajo de ensueño, lo es. Doy gracias a mi madre por no haber impedido que aquella azafata me lo contara en casa y por que haya resultado ser perfecto para mí. Próxima parada: las Islas Vírgenes Británicas.