Gano miles de euros escribiendo preguntas de trivial: me permite pagar el alquiler y tener una vida social más activa

Hace unas semanas, estaba jugando al trivial con unos amigos en un bar mientras pasaba apuros para conseguir el quesito de música cuando uno de ellos preguntó de forma retórica: "¿Quién escribe estas preguntas?".

"¡Yo!", grité seguido de un "más o menos".

Mis amigos se sorprendieron. "La verdad es que pensaba que la AI escribía algunas de estas", comentó un amigo aturdido. Para ser justos, yo no suelo escribir las preguntas de trivial que se estilan en los pubs para los aficionados al trivial y los amantes de la cerveza. De hecho, la mayoría de las personas que compiten con mis preguntas no pueden beber legalmente.

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Fuera del periodismo, escribo y edito preguntas de trivial para varios concursos de instituto y universidad. He ganado miles de euros desarrollando y corrigiendo miles de preguntas en el último año, y sigo trabajando duro en ello.

Mis preguntas van dirigidas a todo el mundo, desde alumnos de primaria hasta estudiantes de posgrado, lo que significa que un día escribo preguntas de 75 palabras sobre los datos históricos más básicos y otro dedico media hora a una pregunta de 250 palabras sobre música clásica poco conocidas. 

Para muchos de ellos, las respuestas son mucho, mucho más difíciles que las que se ven en los juegos de mesa familiares del clásico Trivial.

Desde que me dedico parte de mi tiempo a desarrollar las preguntas puedo pagar de forma más cómoda mis facturas, pero también soy mejor en mi trabajo como periodista económico y, en definitiva, me ayuda a conectar con gente de todo tipo de orígenes, una ventaja especialmente útil para un recién graduado en periodismo que intenta hacer nuevos amigos. 

Además de ayudarme a mí, sé que han ayudado a muchos en la comunidad del quiz bowl a querer aprender más y a ser más curiosos sobre el mundo.

El arte de las preguntas del trivial

Llevo años trabajando en estos concursos. Empecé a jugar en el equipo de preguntas y respuestas de mi instituto en mi primer año, aprendiendo los entresijos de las preguntas sobre artistas, autores y acontecimientos históricos. 

Empecé con 14 años sin saber el orden de los presidentes de Estados Unidos, y al año siguiente ya respondía a preguntas sobre las políticas específicas de cada presidente. 

Después de asistir a competiciones nacionales con el instituto, me uní al equipo de quiz bowl de la Universidad de Columbia, y gané una competición nacional en 2021. Estando en la universidad, sin embargo, fue donde me di cuenta de que me gustaba escribir y editar preguntas, incluso más que competir, y me presenté con éxito a algunas de las empresas que buscaban redactores.

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Algunas semanas escribía hasta 100 preguntas "piramidales" (es decir, primero la información más difícil de encontrar y luego las pistas más conocidas) sobre todo tipo de temas, desde geografía asiática hasta poetas británicos o estándares de jazz. 

No fue hasta que me gradué en la universidad cuando vi que se abrían más oportunidades gracias al boca a boca y a las solicitudes online, sobre todo ahora que podía escribir preguntas universitarias, muchas de las cuales son notoriamente difíciles.

Con práctica y mucha lectura —en un momento dado, un libro a la semana— fui mejorando en el grado de dificultad de las preguntas. A veces, algunas de ellas no tenían sentido o estaban escritas en el orden equivocado, pero cada vez tenía más confianza en mi habilidad. 

Utilizo el término "oficio" intencionadamente. Los jugadores solo quieren oír las mismas pistas sobre Jane Austen o Federico el Grande un número limitado de veces. Parte de lo que hace que escribir un quiz bowl sea tan divertido —y lo que me hace seguir adelante, incluso cuando tengo la sensación de que ya he preguntado sobre todo lo que se me ocurre— es encontrar una forma nueva e interesante de preguntar sobre un tema. 

La alegría que siento cuando un jugador grita "qué pista más chula" en una de mis preguntas es a menudo incomparable con otras sensaciones.

Utilizar el trivial para informar

A veces, cuando me entero de nuevas cosas escribiendo preguntas, me doy cuenta de que hay miles de pequeñas intrahistorias ocultas en ellas. 

Por ejemplo, después de investigar preguntas históricas sobre el pueblo hmong durante el último año o 2, me di cuenta de que justo este año se han abierto muchos nuevos negocios hmong en todo el país, lo que inspiró un reportaje empresarial que completé en julio.

Mi conocimiento de la historia de los barrios chinos de Estados Unidos y de la cultura chino-estadounidense que he ido adquiriendo a partir de las preguntas escritas también inspiró un extenso reportaje sobre cómo el desarrollo del lujo ha perjudicado en muchos aspectos el tejido de los enclaves chinos en todo el país. 

Y mis estudios sobre compositores y sus obras inspiraron otro reportaje sobre cómo compositores negros que han sido olvidados en su mayoría por las orquestas han visto recientemente sus obras interpretadas por grandes conjuntos.

En las últimas semanas, he hablado con amigos que conocí hace poco sobre todo tipo de temas, desde la historia del trabajo industrial en Estados Unidos hasta la cultura de Singapur o la política australiana, para redactar mis cartas, pero también para buscar nuevos enfoques a los reportajes.

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La redacción de preguntas también me ha ayudado a tener una vida social más activa. Al preguntar a muchas personas sobre diferentes temas, acabo haciendo amigos, pero también todo el conocimiento adquirido me permite hablar de todo tipo de temas que interesen a la gente.

Y quién sabe, tal vez la próxima pregunta de trivial que escriba para sacarme un dinero extra podría ser mi próxima gran historia. (Sin spoilers).