Apple tiene grandes planes para la última película de Scorsese: cuando ganar mucho dinero en taquilla no es lo más importante

Los asesinos de la luna (Killers of the Flower Moon)

Apple TV+

  • Con el estreno de Los asesinos de la luna, Apple hace una apuesta que va más allá del retorno económico.
  • Esta se basa en erigirse en la mente del público como la plataforma que de verdad apuesta por la calidad, un trono algo descuidado por HBO Max.

La última película de Martin Scorsese, Los asesinos de la luna, se estrenó la semana pasada en varios mercados internacionales, entre ellos España. La de Scorsese es la avanzadilla de tres proyectos con los que la compañía de Cupertino ha puesto a los cines en el punto de mira, junto al Napoleón de Ridley Scott, protagonizada por Joaquim Phoenix y que distribuirá Sony, y Argyle, dirigida por Matthew Vaughn y que Universal estrenará en febrero del año próximo. 

Los asesinos de la luna, que superó los 44 millones de dólares de recaudación mundial en su primer fin de semana, ha permitido a Apple demostrar varias cosas. En primer lugar, que era posible obtener un resultado más que digno a pesar no haber contado con talento para promocionarla debido a la huelga de SAG_AFTRA. También ha confirmado la tolerancia del público a una historia seria, dura y muy larga, pues la cinta dura tres horas y 26 minutos.

Pero, sobre todo, ha reforzado la confianza en la nueva estrategia emprendida por la compañía la pasada primavera, apostando por el estreno en salas con cierta ventana de exclusividad. El golpe de timón podría ser un éxito a pesar de que les haya obligado a financiar un producto premium que, con toda probabilidad, no recuperará en taquilla lo que ha costado

Ese, en realidad, no es el objetivo de Apple. Ni siquiera busca la validación de Hollywood, que ya logró con la oscarizada CODA: Los sonidos del silencio. Apple quiere, simple y llanamente, más clientes para Apple TV+

El plan maestro de Apple 

A principios de este año, varios medios informaban de que Apple había decidido elevar sus aspiraciones con la estrategia de contenidos, lo que entre otras medidas iba a comportar destinar 1.000 millones de dólares a financiar proyectos cinematográficos de calidad con un estreno convencional en salas. 

La decisión causó una gran sorpresa, sobre todo viniendo de una compañía que, hasta la fecha, había apostado por los estrenos limitados en cines y por llevarlos cuanto antes a su plataforma. El cambio de estrategia no solo ha supuesto elevar de manera considerable el presupuesto destinado a producción, sino también desnaturalizar gran parte de empresas como Apple, cuyo negocio en streaming no orbita en torno a las ventanas.

Con Los asesinos de la luna, Apple ha dado un salto mortal que ha lanzado a la compañía a un terreno desconocido, asumiendo muchos riesgos desde el principio.  El proyecto cayó sobre su mesa después de que Paramount decidiese buscarle otro hogar a causa del incremento de los costes.

Apple fue la única empresa lo suficientemente flexible como para aceptar varios requisitos: la garantía de un estreno convencional, cubrir lo que ya había desembolsado Paramount (tanto en producción como en anticipo al director), financiar la campaña de marketing y promoción y un 10% en concepto de tarifa de distribución. 

Inicialmente, anunciaron un estreno limitado al territorio estadounidense, pero, a finales de agosto, decidió ampliarlo a todo el mundo.

Jefes de Hollywood

A los cineastas de la vieja escuela no les gusta en exceso que la financiación que sirven las plataformas implique renunciar al estreno en theatrical. Scorsese ya había aprendido la lección con Netflix, con quien colaboró con El irlandés, y para Los asesinos de la luna el estreno en cines era innegociable. 

Pero que Apple diese su brazo a torcer tiene menos que ver con la confianza en su retorno directo, ganar dinero en sala, y más con el retorno indirecto, que supone abandonar las ligas menores del streaming y pasar a primera división. 

Una inversión como la realizada en estos tres proyectos cinematográficos no tendría demasiado sentido si el objetivo, en última instancia, no fuese reforzar su propio negocio directo al consumidor, Apple TV+, que en la actualidad se estima que ronda los 40 millones de clientes en todo el mundo. 

Con lo que la película lleva recaudado hasta el momento, más de 50 millones de dólares mientras se escribe este artículo, parece difícil que Apple consiga recuperar la inversión realizada, aunque no parece que sea algo que inquiete a la compañía. 

Son conscientes de que la buena acogida y las nominaciones a los grandes premios de la industria (que con toda probabilidad llegarán) mantendrán viva esa percepción de prestigio asociada a la marca. Y eso es, precisamente, lo que más les interesa

La reorganización interna que HBO Max ha experimentado bajo la batuta de Warner Bros Discovery parece haber dejado vacante el trono de plataforma de contenido de calidad, y Apple está resuelta a ocuparlo. Tres estrenos en pantalla grande, con talento de primer nivel y que, pasado un tiempo prudencial, solo se puedan ver en su plataforma, les sirve en bandeja la visibilidad y el impulso promocional que necesitan. 

Y, de paso, también les puede ayudar a que la reciente subida de precios, de 6,99 euros a 9,99 euros al mes, sea una píldora menos difícil de tragar para sus clientes.

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