¿Busca Europa una guerra comercial con China? El conflicto de los coches eléctricos está a punto de explotar

Una infografía de Europa vs. China.

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  • La decisión de Bruselas de abrir una investigación antidumping contra los coches eléctricos chinos puede abrir una durísima guerra comercial con China.
  • Pese a que las marcas chinas están empezando a inundar el mercado con modelos low cost, solo Francia había alzado la voz: muchos fabricantes europeos fabrican y venden en China, por lo que las posibles represalias les podrían afectar directamente.

Ya es oficial. Durante su discurso anual ante el Parlamento comunitario, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ha confirmado este miércoles que Bruselas abrirá una investigación antidumping sobre los coches eléctricos chinos porque "distorsionan" el mercado de la UE. Además, ha asegurado que lo hace por iniciativa propia y no como respuesta a ninguna denuncia.

"Los mercados mundiales están ahora inundados de coches eléctricos chinos más baratos. Y su precio se mantiene artificialmente bajo gracias a enormes subvenciones estatales. Esto está distorsionando nuestro mercado", resumía la presidenta.

Una declaración que muchos países llevaban meses esperando, pero que ha pillado a más de uno por sorpresa. Incluso, diplomáticos de la UE, afirmaban en declaraciones a Politico, de forma anónima, que "no hay forma de que esto salga adelante. No es más que una postura, ya que nadie quiere una guerra comercial con China, que haría saltar por los aires a Volkswagen".

Francia ha sido la única potencia en pedir que se implantase esta medida posicionándose del lado de los fabricantes, cada vez más críticos con la presencia de marcas chinas en el mercado común. Alemania, en cambio, no quería bajo ningún concepto que se implantase ninguna medida punitiva: sus fabricantes ya están muy expuestos al mercado chino, tanto en términos de ventas como de producción, lo que puede traducirse en muchos problemas ante posibles represalias.

El anuncio de von der Leyen ha roto todos los esquemas. Todos los altos cargos europeos dejaron claro en el pasado que cualquier escalada arancelaria sería contraproducente: los fabricantes de automóviles estadounidenses y europeos tienen grandes plantas de producción en China, así que gran parte de los coches eléctricos exportados desde China son también de marcas occidentales. 

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¿Qué va a investigar Europa?

El proceso abierto por la Comisión Europea plantea una investigación en profundidad sobre si  estos coches chinos se están vendiendo por debajo de su precio en el país productor. Esto es algo que, según fuentes europeas, es muy difícil de demostrar. 

"En realidad, es probable que estén vendiendo vehículos con beneficios aquí, con precios mucho más altos que los que ofrecen en China, teniendo en cuenta los aranceles y los costes de envío", afirma en Politico Matthias Schmidt, analista independiente del sector del automóvil.

Curiosamente, Europa acusa a China de algo que hace Volkswagen. "VW está practicando el dumping de precios en el mercado chino con su ID.3, que se ofrece muy por debajo del precio del modelo europeo, algo que no debemos olvidar", señala Schmidt.

Aunque, si se descubre que infringen las normas comerciales, los fabricantes chinos podrían verse afectados por aranceles punitivos. "Se trata de un movimiento importante por parte de la Comisión, que señala la voluntad de utilizar instrumentos comerciales de forma más proactiva para proteger la industria europea y evitar que la experiencia del fracaso de los paneles solares se reproduzca en la industria automovilística", afirma Simone Tagliapietra, miembro del grupo de reflexión Bruegel, con sede en Bruselas, en declaraciones que también recoge Politico.

Posibles consecuencias

El objetivo de esta investigación en última instancia, tal y como ha detallado Ursula von der Leyen, es el de evitar que se repita lo que le ocurrió a la industria solar a principios de la década de 2010, cuando los fabricantes fotovoltaicos, subcotizados por las importaciones chinas baratas, se declararon insolventes.

Sin embargo, esta decisión puede acarrear problemas mucho más serios. China puede tomárselo como una amenaza, lo que podría terminar en una guerra comercial entre ambos sin precedentes. Además, el contexto actual no favorecería a Europa. Hasta la fecha, las enormes inversiones de China la han convertido en el fabricante dominante de la tecnología de baterías que impulsa los coches limpios. 

Los coches eléctricos están llamados a ser los vehículos del futuro. Según los estudios realizados, se prevé que, solo en este año, las ventas mundiales de estos modelos crezcan un tercio, hasta superar los 14 millones de unidades. Sin una competencia justa, los fabricantes europeos estarían completamente desahuciados y perderían los 560.000 millones de dólares que están en juego.

Por otro lado, China es un mercado muy valioso para muchas marcas tradicionales, como Volkswagen, que ya no es la marca más vendida del país asiático. Por eso siempre se han mostrado preocupadas por las amenazas vertidas desde Francia y algunos ministros europeos sobre las hipotéticas sanciones a los coches eléctricos chinos.

 

En especial, las marcas alemanas son las más preocupadas. "Desde el punto de vista empresarial, existe el riesgo de que se tomen represalias", declara un miembro de un lobby del sector automovilístico bajo condición de anonimato a Político. Aunque China aún no ha movido ficha, su historial deja entrever que está preparando su venganza.

En realidad, China estaba avisada desde hacía varias semanas. Aprovechando su encuentro en la cumbre del G20 en Nueva Delhi, von der Leyen anunció al primer ministro chino, Li Qiang, que se anunciaría esta medida. Como réplica, el número dos de China le instó a "defender los principios de la economía de mercado y la competencia leal, mantener abiertos sus mercados comerciales y de inversión, y proporcionar un entorno justo, transparente y no discriminatorio para las empresas chinas".

Sin embargo, no todo es negativo. Con este anuncio, Europa también espera poder obtener acuerdos en sus diálogos. En concreto, el que tiene que producirse al final de mes entre comisario de Comercio de la UE, Valdis Dombrovskis, con sus homólogos chinos. Dombrovskis espera que China reduzca las barreras comerciales a las exportaciones europeas, para ayudar a solucionar el enorme déficit comercial bilateral. 

El camino que queda por recorrer es aún muy largo tanto para Europa como para China. Aunque el país asiático decidiese no mover ficha y esperar a la resolución de la investigación, los fabricantes tradicionales tienen que ponerse las pilas si quieren ser realmente competitivos contra las marcas chinas, cada vez más asentadas entre las listas de coches más vendidos. 

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