Francia tensa la cuerda en la Unión Europea para proteger sus coches eléctricos frente a China

Hace tiempo que los fabricantes tradicionales llevan quejándose de su posición de indefensión frente a los coches eléctricos chinos que llegan a Europa. Gracias a sus precios increíblemente bajos están ganándole la partida a marcas como Volkswagen o Renault, por lo que están pidiendo a la UE que implante medidas que les salvaguarde y les haga trabajar en igualdad de condiciones.

Ante la falta de movimiento de Europa, Francia se ha posicionado de lado de los fabricantes, desatando una guerra dentro de la UE. Según informa Politico, París está presionando a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, para que anuncie una nueva investigación contra los vehículos eléctricos chinos, a pesar de los temores en todo el bloque de que Pekín pueda tomar represalias.

El Gobierno francés lleva meses presionando a la Comisión Europea para que inicie una investigación antidumping contra los insurgentes fabricantes chinos de coches eléctricos. Esto podría abrir el camino a Europa para imponer gravámenes adicionales contra los vehículos chinos que se venden excesivamente baratos y atentan contra la competencia europea.

Sin embargo, no toda Europa piensa igual. Alemania no quiere que se implante ninguna medida punitiva, ya que sus fabricantes están muy expuestos al mercado chino y cualquier represalia le haría mucho daño.

A pesar de la negativa del primer fabricante de automóviles de Europa, Francia no piensa tirar la toalla. El comisario de Interior de la UE, el francés Thierry Breton, alertó específicamente sobre el aumento de las exportaciones chinas de coches eléctricos en un discurso pronunciado la semana pasada.

Este apoyo no está siendo bien recibido en Bruselas, que temen las represalias chinas. Politico recoge la opinión de tres diplomáticos comerciales de la UE, que afirman que la propuesta de Francia "no hay forma de que esto salga adelante. No es más que una postura, ya que nadie quiere una guerra comercial con China, que haría saltar por los aires a Volkswagen".

Todos los altos cargos europeos dejaron claro que cualquier escalada arancelaria sería contraproducente. Los fabricantes de automóviles estadounidenses y europeos tienen grandes plantas de producción en China. Una gran parte de los coches eléctricos exportados desde China son también de marcas occidentales. 

"No veremos barreras significativas debido a la dependencia entre Alemania y China, con inversiones por ambas partes", afirma Martin Benecke, de la consultora S&P Global Mobility. "Los franceses no tienen tantos problemas porque no son tan activos en China, pero para los fabricantes de coches alemanes... harán lo que sea para evitar las barreras comerciales".

Pero no solo Bruselas es la que se niega a desencadenar un conflicto comercial total con Pekín, las grandes potencias europeas siguen esta estela. Sigrid de Vries, presidenta del mayor grupo de presión automovilístico de Europa, ACEA, abogó recientemente por un "enfoque equilibrado" ante la amenaza de los coches eléctricos chinos, más centrado en una "estrategia industrial sólida" para apoyar a los fabricantes europeos de vehículos eléctricos.

Pero el miedo comercial no es el único impedimento. Francia pide iniciar una investigación antidumping, es decir, afirman que estos coches se están vendiendo por debajo de precio en el país productor. Esto es algo muy difícil de demostrar. 

Bruselas también puede actuar por iniciativa propia e iniciar una investigación "de oficio", pero es poco probable que lo haga a menos que haya suficiente apoyo de la industria y de todos los países de la UE, especialmente en un caso tan delicado como este.