Con la muerte de Prigozhin, Putin ha canjeado un despliegue mundial de bajo presupuesto por seguridad en casa

Mattathias Schwartz
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Un retrato de Yevgueni Prigozhin en un monumento en memoria del líder fallecido del grupo Wagner en Moscú.
Un retrato de Yevgueni Prigozhin en un monumento en memoria del líder fallecido del grupo Wagner en Moscú.

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  • Prigozhin fue un instrumento perfecto para que Putin construyera el estatus de superpotencia de Rusia a pesar de tener una economía de menos de una décima parte del tamaño de China o Estados Unidos.  
  • La muerte de Prigozhin sugiere que Putin ha asumido un revés en las ambiciones globales de Rusia en favor de asegurar la estabilidad de su propio régimen. 

El viernes, el portavoz del Kremlin dijo que la idea de que el presidente ruso Vladímir Putin estaba detrás del accidente aéreo del miércoles en el que murió Yevgueni Prigozhin era "una completa mentira".

Sin embargo, un antiguo alto funcionario que prestó servicio en las más altas esferas del Gobierno ruso ha contado a Business Insider una historia diferente. 

"La rebelión supuso una anomalía", resume. "Pero las consecuencias fueron realmente inevitables".

En otras palabras: la caía del avión no fue un accidente. Fue una venganza inevitable por la insumisión de Prigozhin, que desembocó en una marcha hacia Moscú con una columna de sus mercenarios del grupo Wagner. La marcha fue un desafío asombrosamente abierto a la autoridad del presidente ruso Vladímir Putin, el hombre que había descubierto a Prigozhin cuando regentaba una cadena de restaurantes de San Petersburgo y lo había convertido en uno de los agentes de poder más temidos de Rusia, traficando con armamento, oro y hombres armados por tres continentes.

En cuanto al propio Prigozhin, el que fuera funcionario del Kremlin se burla de la idea de que su muerte haya sido una sorpresa inoportuna.

"Su muerte no podría haber sido más oportuna", afirma. "Su vida fue como la del fusil de Chekov. Cuando se disparó su escopeta no hubo más remedio que dejarse llevar por la corriente y dejar que la obra continuara".

Al invocar el arma de Chéjov, el funcionario sugiere que cualquier fuerza militar privada que se niegue a someterse al control directo de Putin está destinada a ser aplastada por él.

Ese famoso principio narrativo —un arma colgada inocentemente en la pared en el primer acto de una obra se disparará en el tercero— es una de las grandes contribuciones de la literatura rusa a la cultura mundial. Pero la historia del ascenso y caída de Prigozhin también puede contarse a través de los archivos internos que revelaron el funcionamiento interno de su imperio empresarial en los meses anteriores a su muerte. Esos archivos incluían docenas de hojas de cálculo detalladas que mostraban cómo el Wagner Group de Prigozhin controlaba y gastaba su dinero:

El salario de un trabajador nigeriano para difundir memes del Kremlin a través de una granja de trolls: 276 dólares. 

Combustible para iluminar una famosa señal en una ladera de la República Centroafricana: 791 dólares.

Presupuesto para la promoción mundial de Tourist, un largometraje sobre heroicos mercenarios rusos que salvan a un gobierno africano de bandidos locales y élites europeas, incluidos anuncios en TikTok, YouTube y Google: 29 millones de rublos, unos 300.000 dólares.

Esos archivos fueron obtenidos a través de piratas informáticos anónimos que los sustrajeron al grupo Wagner. Demuestran por qué Prigozhin fue tan útil al presidente ruso Vladímir Putin, no sólo en la invasión de Ucrania, sino en campañas encubiertas para influir en la política estadounidense y extender el alcance de Rusia por Oriente Próximo y África. Incluso antes de examinar las pruebas de que las tropas de Wagner participaban en violaciones, decapitaciones y otros crímenes de guerra, se sabía que Prigozhin era un sanguinario señor de la guerra, un ex convicto y hostelero de San Petersburgo que había trasladado a la escena mundial la brutal lógica que había aprendido durante sus años en el sistema penitenciario ruso.

Pero las hojas de cálculo demostraron que Prigozhin era más que eso. Era un sanguinario señor de la guerra que sabía cómo estirar el dinero. Las minúsculas cantidades de dinero que aparecen meticulosamente contabilizadas en los presupuestos mensuales y en los informes de gastos del grupo Wagner eran una fracción de lo que los estadounidenses o los europeos habrían gastado en operaciones similares en el extranjero. Por supuesto, ese dinero se complementaba con el pillaje y la extorsión. Los archivos incluían una carta de extorsión que Prigozhin había enviado al Gobierno sirio, exigiendo ingresos por petróleo de una extensión de tierra que sus hombres habían arrebatado al ISIS.

Rusia utiliza el grupo Wagner para reforzar su poderío militar, pero no se parece en nada a una fuerza de combate convencional o a un cuerpo diplomático. Aunque a menudo se les denomina compañía militar privada —mercenarios—, los métodos brutales de Wagner, su estatus semioficial y su apetito por la extracción de recursos les convierte en algo más parecido a los corsarios del siglo XVI. Mientras se mantuvo leal, Prigozhin fue un instrumento perfecto para que Putin construyera el estatus de superpotencia de Rusia a pesar de tener una economía de menos de una décima parte del tamaño de China o Estados Unidos.  

Durante los dos meses transcurridos entre el momento en que Prigozhin marchó sobre Moscú y la explosión a bordo de su avión privado, no era imposible imaginar que Prigozhin se había hecho tan indispensable para Putin que podría ser perdonado. Putin ya había mostrado una notable tolerancia hacia la grandiosidad de Prigozhin y su propensión a tomar las redes sociales y castigar públicamente a los generales favoritos del Kremlin por la mala estrategia y los problemas de abastecimiento en Ucrania. La muerte de Prigozhin sugiere que Putin ha asumido un revés en las ambiciones globales de Rusia en favor de asegurar la estabilidad de su propio régimen. 

Por supuesto, preferiría tener ambas cosas. Un reciente reportaje del Wall Street Journal muestra con qué vigor Putin intentaba suplantar la autoridad de Prigozhin durante las últimas semanas de su vida, preservando el imperio africano en la sombra de Wagner al tiempo que centralizaba el control, y cómo Prigozhin seguía enemistándose con el Kremlin al negarse a pasar a un segundo plano. Tras el motín, las autoridades rusas contraatacaron, registrando las oficinas de Wagner, bloqueando sus canales en las redes sociales y publicando fotografías del lujoso apartamento de Prigozhin, repleto de dinero, oro y armas. 

Lo que no hicieron fue presentar cargos penales contra Prigozhin o sus secuaces de Wagner, a pesar de que habían matado a unos 15 miembros de las fuerzas armadas rusas durante su abortada marcha hacia Moscú. Esto llevó a algunos a creer que Putin y Prigozhin podrían llegar a un acuerdo, entre ellos Alexander Lukashenko, el presidente de Bielorrusia, que se consideraba un conciliador entre los dos hombres. Pero en realidad, Putin parece haberse ocupado de absorber el imperio de Wagner en el Estado ruso mientras tramaba su venganza. 

Al parecer, el Ministerio de Defensa ruso envió emisarios a los Gobiernos extranjeros que Wagner había estado sosteniendo, informándoles de que ahora debían hablar directamente con el Kremlin. Otras informaciones sugieren que la tarea de sustituir a Wagner en África recaerá en el GRU, la unidad de inteligencia militar rusa. Independientemente de quién lo haga, reconstruir la intrincada red de sobornos, propaganda y miedo de Prigozhin, país por país, llevará años. 

El general James Clapper, ex jefe de la comunidad de inteligencia estadounidense, ha declarado a Business Insider que la aparente decisión de matar a Prigozhin no es sorprendente dadas sus prioridades.

"Putin, de forma típica y sistemática, ha dado prioridad a su posición personal, su prestigio y su poder por encima de todo lo demás", explica Clapper. "No creo que haya pensado en las actividades en el extranjero". En cuanto al futuro de Rusia, "creo que simplemente tendremos otro hombre fuerte como sucesor de Putin. Más de lo mismo".

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