Los secretos vitales de los habitantes más longevos del planeta y la fórmula vital de la felicidad siguen siendo enigma y objeto de estudio en los tiempos que vivimos. En este cóctel mágico intervienen alimentos antioxidantes y antiinflamatorios, deporte, una vida activa y en comunidad lejos del sedentarismo y el estrés o compartir la existencia con animales.

Mantener buenos hábitos a lo largo del tiempo es otro de los factores relevantes para cuidar el cuerpo y la mente, alcanzar la calma y prolongar la vida: el yoga, la meditación, la lectura, una buena rutina de sueño o pasear al aire libre y conectar con la naturaleza suman granitos de arena en la ecuación de la longevidad y la felicidad.

Aquí va otro secreto: el que ha proporcionado Gladys McGarey, especializada en medicina holística y que lleva muchas décadas ejerciendo su trabajo. En un artículo escrito para CNBC, la centenaria revela cuál es el hábito detrás de una vida larga, feliz y con propósito.

Aprender a soltar y construir las cosas de nuevo

McGarey cree que demasiada gente se alimenta de estrés innecesario. "Pero las personas más felices y sanas que conozco son capaces de desprenderse de cosas o experiencias que ya no les sirven", recalca, subrayando lo nefasto de rumiar los mismos pensamientos obsesivos una y otra vez, lo que considera una tortura. 

Su principal consejo es deshacerse de las cosas que drenan tu energía: tiene claro que el hábito que aporta salud y felicidad a lo largo de los años es la capacidad de construir las cosas de nuevo, ya sea una relación, una trayectoria profesional o un proyecto.

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En este aspecto, comparte un viejo truco familiar que solía poner en práctica su madre para despedirse de las cosas irrelevantes, soltar lo que no funciona y seguir adelante. "Levantaba suavemente la mano delante de nosotros, con los dedos sueltos y la palma hacia arriba. Luego la bajaba y decía: 'No importa'".

"He adoptado esta práctica durante años. Reconocía algo que no me servía y soltaba la mano, abriendo los dedos con un movimiento fluido para indicar que lo soltaba", cuenta McGarey. Tiene un carácter profundamente simbólico: representa el poder y la capacidad de aceptar o no las cosas que vienen. "Si es algo que no quiero, devuelvo conscientemente la energía al lugar de donde procede".

El truco para dejar ir las cosas de las que te quieres desprender

Esta clave funciona todavía mejor si sueltas y liberas tu cuerpo, poniendo música y moviéndote por tu casa o caminando por tu barrio. Incluso puedes practicarlo bailando. Presta atención a los pasos propuestos por esta doctora centenaria.

1. Identifica las cosas en tu vida que percibas como estancadas: puede ser un viejo resentimiento, una amistad enquistada, una relación que va mal, un proyecto laboral paralizado, una idea obsesiva, etc.
2. Percibe la sensación de estancamiento en tu cuerpo e imagina que puedes sostener esa cosa atascada en la mano. Mantén la tensión en la mano y aprieta los puños.
3. Suelta la tensión: sin dejar de moverte, extiende la mano hacia delante, con la palma hacia arriba y los dedos juntos. Luego bájala hacia abajo y hacia atrás, abriendo ligeramente los dedos. Al hacerlo, suelta el bloqueo.
4. A la vez, puedes pensar una frase o mantra liberador que tenga sentido para ti y que te ayude a dejar ir. 
5. Una vez que lo hayas soltado, párate a respirar y a observar tranquilamente el flujo de la vida que se mueve a través de ti.

"¿La mayoría de las cosas salieron bien? Si es así, ¡date las gracias! ¿Hay algo divertido? Si es así, ¡ríete! ¿Has aprendido algo nuevo desde entonces? Si es así, disfruta de lo que sabes y exprésalo como puedas", recomienda McGarey. 

Además de soltar, lleva a cabo las acciones pertinentes para poder seguir adelante con tu vida: mandar ese correo, tener esa conversación o pedir perdón a quienes hiciste daño. Suelta el lastre.