Esta dificultad en la conversación podría revelar un signo de demencia (más aún si se combina con estos síntomas y factores de riesgo)

Conversación de hombre mayor con enfermera joven

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  • La "incapacidad para identificar ejemplos obvios de engaño y sarcasmo" podría ser un signo de que una persona padece demencia y ayudaría a "detectar a tiempo a las personas con determinadas enfermedades neurodegenerativas", según un pequeño estudio.
  • Además, estas son otras maneras en que la demencia puede manifestarse, como cambios de comportamiento y síntomas frecuentes. Sumado a los factores de riesgo, pueden hacer recomendable la visita a un profesional de la salud por precaución.
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No todo el mundo sabe detectar una mentira, y posiblemente casi nadie es capaz de hacerlo todas las veces. Puedes ser porque la persona que miente es muy hábil, porque se confía en ella, porque se la quiere creer aunque la intuición y la razón levanten banderas rojas, por falta de atención, por cansancio... 

Sin embargo, también podría tratarse de un signo de demencia, ya que parece haber "asociaciones entre los deterioros de partes particulares del cerebro y la incapacidad de detectar el discurso insincero", según un equipo de investigadores de la Universidad de California, San Francisco (UCSF), en Estados Unidos.

La capacidad de detectar mentiras reside en el lóbulo frontal del cerebro, una de las zonas que se degenera progresivamente (por la acumulación de proteínas dañadas conocidas como tau y la muerte de neuronas) en trastornos como la demencia frontotemporal (DFT).

"Los pacientes con DFT muestran deficiencias únicas, focales y graves en todos los niveles de la teoría de la mente y la lectura de las emociones, lo que conduce a una incapacidad para identificar ejemplos obvios de engaño y sarcasmo", según los investigadores. 

En su estudio, publicado en 2011, examinaron "la capacidad de comprensión de mentiras y sarcasmo" de 179 personas, 102 de las cuales tenían una enfermedad neurodegenerativa (demencia frontotemporal, enfermedad de Alzheimer, parálisis supranuclear progresiva y deterioro cognitivo vascular).

"Todos los sujetos comprendieron por igual los comentarios sinceros, pero los pacientes con DFT mostraron un deterioro en la comprensión de las mentiras y el sarcasmo en comparación con los NC [adultos mayores sanos]. En otros grupos, el deterioro no era específico de la enfermedad, sino que era proporcional al deterioro cognitivo general", según el estudio.

"El análisis de los componentes de la tarea reveló que solo los pacientes con DFT presentaban un deterioro en los elementos de toma de perspectiva y lectura de emociones", y que tanto estos como los que tenían PSP "presentaban un deterioro en la capacidad de representar las opiniones e intenciones de los demás (es decir, la teoría de la mente)", añaden los autores. 

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Detectar las "declaraciones insinceras" como las mentiras (alguien trata de ocultar su falta de sinceridad) o el sarcasmo (el hablante quiere que el oyente reconozca su falta de sinceridad) no es tan sencillo como pueda parecer. 

Se trata de "un proceso complejo que depende de la integración de la comprensión semántica y sintáctica, el procesamiento de la información contextual y paralingüística, el conocimiento pragmático, la toma de perspectiva visual, la lectura de las emociones y la teoría de la mente", explican los investigadores, que advierten de que las personas con demencia a veces son víctimas de estafas por esta "confianza ciega".

La parte positiva es que "podría ser posible detectar a tiempo a las personas con determinadas enfermedades neurodegenerativas con solo buscar el signo revelador de su incapacidad para detectar mentiras", sugieren. 

Así, es fundamental prestar atención a la aparición de posibles signos de disminución de la cognición social. Sin embargo, "irónicamente, estos signos suelen pasar desapercibidos porque se atribuyen erróneamente a la depresión o a una forma extrema de crisis de la mediana edad", alertan los autores en un comunicado.

Otras señales de posible demencia a las que prestar atención

No percibir una mentira no es, por sí solo, indicio de nada. No obstante, ser incapaz de distinguir las mentiras y el sarcasmo, sumado a otros factores, podría motivar una visita a profesionales de la medicina para detectar lo antes posible, o descartar, la demencia.

¿Qué otros factores entran en juego cuando se trata de la demencia? Los investigadores señalan que hay otras maneras en que la demencia puede manifestarse, "dado que los lóbulos frontales desempeñan un papel importante en los comportamientos humanos complejos y de orden superior". 

"Los primeros signos de la enfermedad pueden ser una serie de cambios graves en el comportamiento. A veces, las personas se comportan de forma socialmente inapropiada o experimentan cambios fundamentales en su forma de pensar, por ejemplo, cambiando de afiliación política o de religión", apuntan.

Además, si bien estos varían según la causa, desde Mayo Clinic (uno de los principales hospitales del mundo) enumeran cuáles son los signos y síntomas frecuentes de la demencia, tanto cognitivos como psicológicos:

  • Pérdida de la memoria, que generalmente es notada por otra persona
  • Dificultad para comunicarse o encontrar palabras
  • Dificultad con las habilidades visuales y espaciales, como perderse mientras se conduce
  • Dificultad para razonar o para resolver problemas
  • Dificultad para manejar tareas complejas
  • Dificultad para planificar y organizar
  • Dificultad con la coordinación y las funciones motoras
  • Confusión y desorientación
  • Cambios en la personalidad
  • Depresión
  • Ansiedad
  • Comportamiento inapropiado
  • Paranoia
  • Agitación
  • Alucinaciones

Por último, es importante tener en cuenta los factores de riesgo para la aparición de demencia

Los factores de riesgo que no se pueden cambiar son la edad (el riesgo aumenta a medida que envejeces, especialmente después de los 65 años, aunque puede ocurrir en personas más jóvenes, explica la clínica), el síndrome de Down (hacia la mediana edad, muchas personas con este síndrome presentan Alzheimer de inicio temprano) y los antecedentes familiares de demencia.

Por el contrario, hay otros factores de riesgo de demencia que sí pueden cambiar. En 2020, una comisión de The Lancet sugirió que hasta el 40% de los casos podrían prevenirse o retrasarse si se eliminara la exposición a estos 12 factores de riesgo conocidos:

  • Bajo nivel educativo
  • Presión arterial alta
  • Discapacidad auditiva
  • Tabaquismo
  • Obesidad en la mediana edad
  • Depresión
  • Sedentarismo
  • Diabetes
  • Problemas sociales
  • Aislamiento o soledad
  • Consumo excesivo de alcohol
  • Traumatismo craneoencefálico
  • Contaminación del aire

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Según datos de la OMS, la demencia afecta en la actualidad a unos 50 millones de personas en el mundo, de los cuales entre el 60% y el 70% corresponde a la enfermedad de Alzheimer. 

De acuerdo con las previsiones de la organización, la cifra de personas con demencia podría aumentar a 82 millones en 2030 y superar los 150 millones para 2050.

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