Los incendios en el Amazonas podrían ser parte de un escenario apocalíptico en el que la selva lanza carbono a la atmósfera acelerando el cambio climático
- La selva del Amazonas aporta el 20% del oxígeno del mundo, pero su destrucción podría hacer que no sólo deje de ayudar al planeta, sino que empiece a liberar carbono y empeore el cambio climático.
- En un hipotético escenario "letal", el aumento de la temperatura podría secar los árboles, lo que significa que absorberían menos carbono y se volverían más inflamables, convirtiendo la selva tropical en una meseta de sabanas y liberando miles de millones de toneladas de carbono acumulado.
- Los investigadores han cuestionado la probabilidad de este escenario, pero los temores han aumentado bajo el nuevo presidente de Brasil, que ha abogado por la expansión de la industria en la región, lo que implica la tala y quema de árboles.
- Este año se ha registrado un número récord de incendios en el Amazonas —más de 70.000— y los expertos dicen que son atribuibles al hombre.
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La cifra récord de incendios en la selva tropical del Amazonas en este 2019 podría ser parte de un escenario apocalíptico "letal" en el que la selva escupe carbono a la atmósfera y acelera todavía más el cambio climático.
Este año se han registrado más de 70.000 incendios en la selva amazónica, que libera más del 20% del oxígeno del planeta, lo que pone en peligro su futuro, a los miles de millones de plantas y animales que la habitan y, posiblemente, a la salud de todo el planeta.
Si se destruye la mayor parte del Amazonas, no solo pararía de emitir este oxígeno y apoyar a la vida silvestre, sino que podría crear un círculo vicioso que empeoraría el cambio climático.
Un proceso de decadencia, en el que el cambio climático acelera la pérdida de árboles y altera el paisaje, podría comenzar con tan sólo una pequeña parte de la destrucción de la Amazonia, según informa Aylin Woodward, de Business Insider.
La pérdida del 20% de la selva tropical de Brasil podría provocar un bucle que secaría los árboles, impidiéndoles absorber la misma cantidad de carbono y haciéndolos mucho más inflamables y propensos a extender los incendios, según señalan investigadores de tres universidades británicas en un artículo publicado en The Conversation.
Este punto de inflexión podría llevar a que el Amazonas se convierta en un paisaje árido, como una sabana, que no sólo no produce oxígeno, sino que podría causar la liberación a la atmósfera de los 140.000 millones de toneladas de carbono almacenadas en la selva tropical, según advirtió la organización Rainforest Trust en una publicación en 2017.
El aumento de la temperatura global también amenaza el futuro de los árboles que quedan para ayudar al planeta. Un estudio realizado en el año 2000 reveló que el aumento de la temperatura podría impedir que los árboles de la Amazonia absorbieran oxígeno ya en el año 2050 y que, en su lugar, podrían comenzar a emitir carbono.
Algunos estudios han descrito este escenario como "improbable", pero los temores sobre el futuro de la selva tropical han aumentado a medida que la destrucción humana de la Amazonia se ha acelerado.
El presidente brasileño Jair Bolsonaro ha abogado por el desarrollo industrial de la Amazonia y ha intentado, sin pruebas, culpar a las ONGs de los incendios.
Según The Guardian, en julio se registró un aumento significativo de la deforestación en la Amazonia a medida que los agricultores y las empresas madereras incrementaron su presencia en la región.
Los datos de los satélites recogidos en julio mostraron que un área del tamaño de un campo de fútbol se estaba talando por minuto dentro de la selva tropical, según la BBC.
Siempre se han producido incendios forestales en el Amazonas, pero se han acelerado debido a las condiciones de calor y humedad. Algunos de los incendios han sido provocados por quienes se dedican a la agricultura y industria maderera.
A principios de esta semana, la ciudad brasileña de Sao Paulo, a 2.000 millas de la selva tropical, quedó sumida en la oscuridad por el humo de los incendios que oscurecía el sol.
Ricardo Mello, director del Programa Amazonas del Fondo Mundial para la Naturaleza, ha afirmado que los incendios son "consecuencia del aumento de la deforestación observado en los últimos datos", según ha informado la BBC.
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