Salvad las rebajas: por qué el descontrol de la inflación puede resucitar las ganas de descuentos este verano

Rebajas- descuentos en compras

Queda un mes para el pistoletazo de salida oficial de las rebajas, pero en la tienda de Miriam ya han entrado varias veces a preguntar cuándo empiezan los descuentos. "Yo con las rebajas hago siempre como El Corte Inglés: empiezo el 1 de julio", cuenta.

Hace 7 años que Miriam abrió sus 2 tiendas de ropa para mujer, Rue du blond, en el madrileño barrio de Delicias. La pandemia fue un duro golpe, pero las clientas de siempre han vuelto, y el negocio levanta cabeza de nuevo. El problema ahora, dice, es la escalada de precios.

Justo cuando empezaba el cambio de temporada, entre febrero y marzo, la inflación se disparó a un máximo no visto desde mediados de los 80. "Se nota que la gente no llega a final de mes, y de donde se quitan es de caprichos como la moda", explica Miriam.

Precisamente por eso, la temporada de rebajas podría convertirse en una bomba de oxígeno para el textil, un sector que se ha visto penalizado por la pérdida de poder adquisitivo sufrida durante los últimos meses. 

"La inflación sí o sí reducirá el gasto, pero también es cierto que el pulso del mercado nos indica que hay ganas de disfrutar, socializar y vivir un verano 'como los de antes'. Por esa razón se pueden aprovechar momentos de rebajas para conseguir a mejor precio las prendas que necesitará para vivir este verano", señala Paco Lorente, profesor ESIC Business School.

Si desde 2012 la liberalización de las rebajas se tradujo en una guerra constante de precios mes sí, mes también, relegando el periodo oficial de descuentos a un segundo plano, la inflación podría convertirse en el revulsivo que salve la temporada estival.

"Al estar todo un poquito más caro, es posible que el consumidor espere a la llegada de las rebajas. La gente tiene menos dinero disponible y no sería nada de extrañar que buscara esta forma de ahorro", vaticina Eduardo Vega, director general de Acotex. "Pero de ahí a volver a las rebajas tradicionales, no creo", matiza. 

De cuando las rebajas desaparecieron en un mar de descuentos

En los últimos años, las rebajas de verano habían perdido fuerza, revueltas en un mar de descuentos constantes a lo largo del año. 

"Las rebajas no han sido especialmente buenas principalmente porque había menos stock en las tiendas al venderse más en temporada", comunicó la patronal del textil Acotex en 2019. Muchas cosas han pasado desde esta valoración.

La principal es que, desde entonces, las rebajas han sido malas, pero el motivo es el contrario: un excedente de material por la imposibilidad de venderlo en temporada. 

Así, el escenario del sector es otro: en tan solo 2 años su facturación se ha dejado por el camino más de 9.100 millones de euros, frente a los 18.078 millones con los que cerró 2019. 

Su tejido laboral no es mejor: se han cerrado 17.200 tiendas, al tiempo que se ha hecho efectiva la destrucción de 35.266 empleos.

El gasto en el sector, explica Vega, no es el mismo desde 2008: "El consumo ya no tiene el brillo de antaño. Desde entonces llevamos varios años de mucho sube y baja". 

Pero la pandemia fue la gota que colmó el vaso. "El textil es uno de los sectores que peor lo han pasado", apoya Miguel Cardoso, economista jefe para España de BBVA Research, que atribuye el fenómeno a un cambio heredado del confinamiento: "No teniendo que ir a trabajar en presencial o que asistir a bodas, las personas están gastando menos en ropa".

Vega confirma la tendencia: "El consumidor ha cambiado sus hábitos de consumo, es menos impulsivo y por ello estamos inmersos en este impasse". 

En este punto, añade que la subida generalizada de los costes de producción y la consiguiente decisión de subir los precios al público, como es el caso de la decisión de Inditex o Primark, no han ayudado a paliar la situación. 

Primark, el rey de la moda 'low cost', se suma a Inditex y anuncia una subida de precios para blindar sus márgenes ante el alza de la inflación

Ahora que todo está más caro, se compra menos ropa...

Pero parece que el paisaje inflacionista también ha influido en un menor gasto de los hogares en moda. 

Antes de que la inflación inflamara la economía, algo más de un 10% del gasto mensual de los españoles iba destinado a moda, según datos de gasto con tarjetas de BBVA Research, elaborados para Business Insider España. Pero eso ha cambiado. 

En diciembre de 2020, la inflación cayó un 0,5%. Fue el último mes de descenso de precios y también el último en que el gasto en moda superó el 10% del total de compras realizadas cada mes.

En enero de 2021, coincidiendo con el primer repunte del IPC y el inicio de la escalada inflacionaria, el peso del gasto en moda bajó del 10% del total de compras mensuales, y desde entonces no ha vuelto a recuperar ese umbral.

"La crisis derivada del aumento de los costes y la incertidumbre por la guerra en Ucrania está teniendo un efecto directo en la capacidad de gasto de las familias, y por tanto en el consumo", explican desde la Confederación Española de Comercio. 

Para el 56% de los españoles, comprar ropa no es una opción. Una encuesta de Kantar a la que ha tenido acceso Business Insider España revela que el 13,8% de los españoles no puede permitírselo, y el 42,2% podría, pero no desea gastar ese dinero ahora.

La inflación se ha cebado especialmente con productos de primera necesidad. En abril, la luz se disparó casi un 40%, los combustibles un 31,4% y el aceite un 22%. Ahora que todo es más caro, los hogares tienden a comprar menos bienes concebidos como secundarios. 

La inflación se extiende por la cesta de la compra: de 12 productos hace un año a disparar el precio de la mitad de lo que consumimos

Y no es sólo una percepción. En marzo, precisamente cuando la inflación llegó al pico del 9,8%, las ventas del comercio cayeron un 4,2% interanual, y un 3,8% respecto a febrero.

"Algunos hogares están 'sacrificando' bienes menos prioritarios", señala Miguel Ángel Herrero, director del área de retail de Simon-Kucher & Partners.

Entre otras cosas, porque también el precio de la ropa está subiendo. Las principales compañías de retail han subido el precio de sus productos de media un 10% en los últimos 3 meses, según cálculos de Minderest, compañía especializada en el rastreo de precios en el sector.

No es un secreto, compañías como Primark o Zara han anunciado que subirán los precios de cara a su colección de otoño-invierno para proteger sus márgenes. 

Esta subida de precios podría desatar otra corriente en los patrones de consumo. Herrero augura un boom del low cost: "Se está produciendo un trasvase a productos de un precio inferior. El comprador sigue comprando pero busca más ofertas, productos más baratos, productos de otras temporadas que no sean novedades, de segunda mano... Y si no es de urgencia esperarán a ver si consiguen descuento en rebajas".

En esta tendencia también coincide Lorente, quien sostiene que serán, precisamente, las firmas fast-fashion las grandes beneficiadas del entorno inflacionista: "Son las que tienen margen para hacer ofertas más interesantes y suculentas".  

Lo que a su vez, añade, trae consigo un retraso en el ansiado y necesario cambio cultural hacia una moda más sostenible y amigable con nuestro medioambiente.

... pero la que se compra es la más barata y no entiende de marcos temporales

Una variable añadida a este paisaje comercial es, sin duda, la venta online, que tras el auge sin precedentes con la irrupción del COVID-19, sigue marcando el ritmo, aunque lo hace de forma más moderada por la paulatina vuelta al comercio físico.

Así, las compras de moda online aumentaron en 2021 su presencia en tan solo 2 puntos porcentuales respecto a 2020, hasta copar el 20,8% de ellas, de acuerdo al informe elaborado por Modaes en colaboración con Kantar. La cifra está lejos del salto que vivió el sector a raíz de la pandemia, cuando solo representaba un 9%.

Pero es precisamente este análisis el que mejor dibuja cómo es el comportamiento del consumidor online ante las rebajas. Se desprende así que a medida que las ventas digitales han ido ganando peso, lo han ido perdiendo las promociones entre los usuarios.

Antes del estallido de la pandemia, el 61,4% de las compras online correspondían a productos rebajados o con promociones, la ratio, desde entonces, ha ido cayendo de forma singular: un 48% en el año de la crisis sanitaria y un 46% el pasado año.

Un hecho que podría estar detrás de la normalización de comprar todo el año, pero hacerlo en los sitios más baratos. 

Una búsqueda frenética por el ahorro que encuentra en internet el mejor terreno. Prueba de ello es cómo las plataformas chinas de Shein y Aliexpress se han convertido ya en las apps predilectas entre todos los usuarios nacionales. 

Ambas reinan y lo hacen bajo la misma premisa: gran variedad de producto a precios irrisorios todo el año. 

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