Estas son 8 maneras absurdas con las que pierdes el tiempo en un crucero

Juan Pedro Chuet-Missé
| Traducido por: 
Grupo de jóvenes de vacaciones en un crucero.
  • Un crucero está para ser disfrutado sin prisas, pero tampoco hay que perder el tiempo haciendo colas o esperando servicios que se pueden evitar.

  • A continuación, podrás encontrar 8 maneras absurdas de perder el tiempo en un crucero.

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En un crucero cualquier viajero quiere desconectar y relajarse, pero también es cierto que el tiempo es dinero y que hay muchas actividades o servicios que pueden insumir más minutos de lo que uno está dispuesto a tolerar.

En un mega crucero donde se comparte el viaje con 4.000 o 5.000 pasajeros hay muchas razones para perder el tiempo en colas innecesarias. Sin perder la calma, se trata de saber algunos trucos para evitar las esperas y disfrutar del viaje.

Cenar en la hora pico

Cenar en la hora pico en un crucero.

Hay cruceros que tienen horarios flexibles para ir a cenar, el denominado servicio ‘anytime dining’, que pueden generar largas esperas en las horas pico.

Los pasajeros españoles, acostumbrados a cenar tarde, no tendrán problemas en evitar el aluvión de viajeros de EEUU y los países del norte europeo que eligen la franja horaria de 18.30 a 20.30, por lo que se sugiere buscar mesa en el último turno disponible.

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No realizar reservas para comer

No realizar reservas para comer en un crucero.

Para evitar los colapsos otra alternativa de las compañías de cruceros es contar con franjas horarias fijas.

Pero si no se realiza una reserva previa uno se expone a tener que estar de pie hasta media hora hasta que se sienten todos los pasajeros que tuvieron esa precaución, y conseguir lugar en sitios alejados o lejos de las mejores vistas.

Ser el primero para las instrucciones de seguridad

Instrucciones de seguridad en un crucero.

Los cruceros realizan una charla o un simulacro donde se explican las medidas de seguridad en caso de emergencia. Nunca hay que llegar tarde a estas explicaciones, sino a lo sumo unos cinco o diez minutos antes de que empiece.

Llegar antes que nadie implica tener que esperar a los otros pasajeros, que suelen congregarse en algún punto de la cubierta o en uno de los teatros. Luego se dirigen hasta el bote salvavidas más cercano, donde se enseña a abordar y colocarse el chaleco.

Si uno se encuentra al final de la fila, al terminar las instrucciones se puede ser el primero en salir hacia otras áreas del barco.

Participar en las charlas comerciales

Un auditorio de un crucero.

Una manera de los cruceros de aumentar sus ingresos es que las tiendas a bordo vendan más. Para lograrlo, estos comercios suelen organizar charlas sobre sus productos, desfiles de modas, pase de joyas, etcétera.

En estos encuentros solo se habla de las tiendas que son patrocinadoras, por lo que son incompletas para conocer la oferta comercial.

Si uno quiere evitar estar sentado más de media hora en un teatro escuchando las bondades de un perfume, mejor recorrer los locales cuando se tenga ganas.

No leer el programa de actividades

Actividades de un crucero.

Cada mañana el crucero entrega a los camarotes o envía por dispositivo electrónico la agenda de actividades y atracciones para el día.

Muchos pasajeros apenas le prestan atención y luego se encuentran dando vueltas por el crucero buscando con qué matar el tiempo, o se pierden la posibilidad de ver espectáculos porque se agotaron las entradas.

Consejo: cada mañana, con el desayuno, tome unos minutos en leer el programa diario, consulte con los compañeros de viaje qué hacer, y organice una agenda del día.

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Pretender desembarcar primero

Desembarque de un crucero.

La ansiedad por desembarcar en una escala crea un cuello de botella cuando cientos de personas pretenden tocar tierra al mismo tiempo.

Si el crucero estará en el puerto por más de medio día, no tiene sentido estar una hora esperando que salgan los pasajeros. Es mejor consultar con la tripulación hasta cuándo hay tiempo de desembarcar, y mientras todo el mundo hace cola, se puede aprovechar para hacer otras cosas a bordo, ya sea ir al gimnasio o tomar un café.

Lo mismo vale para el regreso: es mejor volver una hora antes de que cierre el embarque y evitar las esperas de los pasajeros que llegan a último momento para volver al crucero.

Chequear los gastos en el mostrador de atención al pasajero

La atención al cliente de un crucero.

Poco antes de que el crucero llegue a su fin muchos pasajeros tienen dudas o quizás alguna queja de la cuenta de servicios extras, que pueden ser compras de bebidas, entradas a espectáculos o pases para atracciones.

En estos momentos se arman largas colas, porque el personal se toma (con toda razón) todo el tiempo disponible para despejar dudas y asegurarse que los cobros sean correctos.

Esta verificación se puede resolver rápidamente con los kioskos de atención electrónica que hay en el barco, o con la aplicación del crucero que se descargó en el móvil.

No sacar entradas para los espectáculos

Espectáculo crucero.

Las capacidades de los teatros son limitadas y las noches para ver espectáculos son pocas. Tanto para los espectáculos de pago como para los gratuitos conviene comprar o reservar las entradas con anticipación.

En el caso de los segundos, si bien es común que muchos pasajeros no se presenten y queden lugares vacíos, hay que esperar a último momento a que el espectáculo esté a punto de comenzar para que se pueda conseguir un asiento.

Hacer la reserva previa solo lleva unos segundos, y no es necesario pasar por la taquilla, porque se puede hacer online o con la app.

 Artículo original de Cerodosbé.

 

 

 

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