Me echaron del trabajo de mis sueños en una tecnológica, pero ahora gano más dinero y trabajo menos horas como creadora de contenidos: así lo he conseguido

Zulie Rane
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Zulie Rane, exempleada de una empresa tecnológica, trabaja ahora 20 horas a la semana y gana más que en su anterior puesto.

Zulie Rane

  • Zulie Rane gana 6 cifras como creadora de contenidos tras ser despedida de su trabajo en una empresa tecnológica. 
  • Es una de las personas que han sido recientemente despedidas y han sabido redirigir sus carreras profesionales, convirtiendo las malas noticias en una oportunidad. 
  • Rane asegura que tuvo que averiguar en qué era buena para triunfar en un sector diferente al suyo.

Hoy soy creadora de contenidos y tengo unos ingresos de 6 cifras, pero hace 3 años mi vida era totalmente diferente. 

En octubre de 2019, me mudé del Reino Unido a los Estados Unidos para comenzar en el que pensé que era el trabajo de mis sueños como gerente de cuentas para una compañía de tecnología que había admirado durante años.

Los sacrificios que tuve que hacer para conseguir ese trabajo fueron muy grandes: dejé a mi pareja en el Reino Unido y volví a vivir con mis padres en Georgia. En ese momento parecía que todo merecía la pena porque me encantaba mi trabajo. 

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Las cosas no iban tan bien como esperaba

Empecé a tener la idea de que mi trabajo no se me daba tan bien como yo pensaba y me daba igual que mis compañeros o mis clientes me dijeran lo contrario. El problema era que no entendía la tecnología que vendíamos, así que me costaba venderla a nuestros clientes.

Mis jefes y otros miembros de mi equipo sugirieron que era normal tener un comienzo lento, pero yo tenía mis dudas. Conseguí convencerme de que era el síndrome del impostor, pero en realidad, era todo lo contrario: no era tan buena como los demás e intentaba ocultarlo constantemente. 

9 meses después, mi jefe me convocó a una reunión sorpresa sin orden del día

Fui temiéndome lo peor. Las reuniones sin orden del día con poca antelación nunca son una buena señal, y tenía razón.

Me avisó de que podían despedirme por no dar buenos resultados en la parte que correspondía a las ventas: tenía demasiada rotación de clientes y una tasa de expansión muy baja, es decir, que incluso cuando los clientes renovaban sus contratos anuales, gastaban la misma cantidad de dinero, en lugar de comprar más productos.

En resumen, yo era la comercial con peor rendimiento por un margen considerable respecto al resto de mis compañeros. Me dio 3 meses para intentar revertir la situación, pero no solo tenía que cumplir con mi objetivo de ventas para ese trimestre, sino superarlo un 10%.

Me acerqué al 95% del objetivo, pero se quedó corto. Me despidieron casi un año después de aceptar el que creía que era el trabajo de mis sueños

Que te despidan siempre es un mal trago, pero esto fue especialmente duro para mí

Durante mucho tiempo había pensado que ese era el trabajo de mis sueños: el tipo de trabajo que jamás dejaría voluntariamente. 

Sin embargo, mi puesto soñado se había convertido en una pesadilla porque simplemente no era buena en lo que hacía. Cuando me despidieron seguía viviendo en casa de mis padres sin ningún plan. No tenía ni idea de lo que me esperaba.

Pero el despido resultó ser una bendición encubierta. Cuando me vi sin nada, solo tenía 2 opciones: podía intentar encontrar otro trabajo para el mismo puesto o, arriesgarme y trabajar por mi propia cuenta.

Durante los 2 años siguientes, trabajé para hacerme un hueco en el mundo de la creación de contenidos. Empecé a publicar vídeos de calidad en YouTube todos los días. 

Además, desarrollé productos para vender a mi audiencia y empecé a tomarme en serio mi página web personal. Pasé de tener un solo cliente a tener 5 fijos en poco tiempo. 

Hoy gano más dinero que en mi antiguo trabajo y hago la mitad de horas que antes

Tomé una difícil decisión, pero la clave fue confiar en mí misma para levantar mi propia empresa como creadora de contenidos freelance. En 2 años he pasado de ser una simple gestora de cuentas de una empresa tecnológica a ser mi propia jefa y ganar 6 cifras, además de trabajar tan solo 20 horas a la semana. 

Así es como lo he hecho:

1. Dejé ir "el trabajo de mis sueños"

Cuando me contrataron en mi antigua empresa, le dije a todo el mundo que había conseguido el trabajo de mis sueños. Pero la realidad fue que pasé los siguientes 12 meses intentando convencerme a mí misma de que eso era verdad. 

Mucha gente me decía lo afortunada que era, lo buena que era la cultura de la empresa y lo divertido que era el trabajo. Yo también lo creía.

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Pero mirando hacia atrás, la realidad era que odiaba mi trabajo. Temía los lunes por la mañana y las reuniones de control con mis compañeros. Llegué a tener hasta un ataque de ansiedad en mi primera presentación. Pero pensaba que todo eso era algo normal cuando empezabas un trabajo, y que tenía que pasar por esas cosas para construir mi carrera.

Empecé un pequeño blog en Medium, un modesto canal de YouTube y conseguí mi primer cliente para el que escribía un artículo al mes. Tuve la gran suerte de que durante todo ese proceso nunca tuve problemas económicos porque vivía en casa de mis padres sin pagar alquiler y porque tenía un colchón de ahorro de ese último año.

Ojalá hubiera aceptado que ese no era el trabajo de mis sueños, porque lo que estoy haciendo ahora sí que lo es y me habría ahorrado mucho sufrimiento y ganado mucha satisfacción.

Hoy me encanta mi trabajo. Me dedico a proyectos que me emocionan, colaboro con creadores que adoro y me apasiona crear contenido útil para mi audiencia. 

2. Aprendí nuevas habilidades que sí se me dan bien

Vender no es fácil, pero es mucho más complicado cuando no sabes transmitir las ventajas de las cosas que vendes. En mi caso, no sabía identificar los momentos en los que tenía oportunidades de poder introducir los productos a los clientes, ni tampoco sabía cómo exponerlos de forma persuasiva para realizar la venta.

Al intentar convencerme de que era normal que no se me diese demasiado bien al principio, no me preocupé en aprender y mejorar más, pensaba que con el tiempo la situación cambiaría y haría cada vez más ventas.

Por el contrario, al lanzarme a crear contenidos, he aprendido todo lo que necesito para tener éxito desde cero, como por ejemplo cómo funciona la optimización de motores de búsqueda (SEO) o cómo crear una lista de correos electrónicos y desarrollar una relación con mis lectores.

Aunque también me llevó algún tiempo aprender estas cosas, me resultó mucho más fácil porque me gustaba lo que hacía y tenía una afinidad natural hacia ellas. 

3. Me enfrenté a problemas, encontré formas de resolverlos y vendí los métodos que utilicé para afrontarlos

Paradójicamente, como creadora de contenidos tengo que venderme a mí misma todos los días, pero esta vez se me da bien. Esto se debe a que confío en mi capacidad para resolver los problemas de mis clientes. 

Lo que vendo son mis artículos. A través de mi reputación, del titular y de la imagen que lo acompaña, intento convencer al lector que "compre" con un click. Después convenzo a los lectores para que se suscriban a mi newsletter donde les envío descargables valiosos para su día a día. 

También vendo productos. Me di cuenta de que un tipo concreto de artículo siempre recibía muchas más visitas y clicks que cualquier otro. Por lo que lo convertí en una plantilla que cualquiera podía utilizar y la vendí a través del correo.

Estoy constantemente vendiéndome a mí misma. También lo hago para convencer a las empresas de que me contraten para crear sus contenidos. Este trabajo no se puede llevar a cabo siendo demasiado humilde o tímida: conozco mis productos, sé qué propósito tienen y qué personas son las que los necesitan, por eso sé cómo conseguir que la gente los compre.

He desarrollado un método estratégico para elaborar artículos en nichos que sé que son muy rentables, como la ciencia de datos y la tecnología financiera, que optimizo para los motores de búsqueda y publico en mi blog. Las empresas encuentran mis artículos de forma orgánica, se dan cuenta de que sé de SEO y me contratan.

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En resumen, he construido mi audiencia convirtiéndome en una experta en resolver sus problemas. Sé exactamente a qué obstáculos se enfrentan mis clientes, porque yo misma me enfrenté a ellos y los superé. 

Ya se trate de un nuevo blogger que duda sobre cómo monetizar una newsletter o de una pequeña startup de ciencia de datos que no está segura de cómo aumentar el tráfico orgánico, sé que soy la persona que necesitan para superar sus dificultades. 

Que me despidieran fue lo mejor que me pudo pasar

A veces necesitas un chaparrón de realidad para enfrentarte a tus mayores retos. Si no me hubieran despedido, habría seguido siendo una simple gestora de cuentas, mintiéndome a mí misma todos los días.

Gracias a ese empujón, me arriesgué y ahora vivo mucho más feliz. Me he convertido en una experta en mi campo: mi canal de YouTube supera los 23.000 suscriptores y mi blog tiene más de 80.000 seguidores.

No solo gano 6 cifras, sino que trabajo unas 20 horas a la semana. Y resulta que no solo se me dan bien las ventas, sino que me encanta hacerlo.

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