Pensaba que tener despacho propio significaba que había llegado lejos, pero trabajar así es deprimente

Charissa Cheong
| Traducido por: 
Jennifer Moore dice que tener su propia oficina por primera vez fue deprimente y le destrozó el alma.
Jennifer Moore dice que tener su propia oficina por primera vez fue deprimente y le destrozó el alma.Andrew_Rybalko/Getty Images.
  • Jennifer Moore lleva 20 años trabajando en servicios financieros, tecnología y SaaS. 
  • Ha trabajado en cubículos, oficinas de planta abierta y ha tenido despachos propios.

Este artículo está basado en una conversación con Jennifer Moore, de 43 años, de Salt Lake City (Utah, Estados Unidos), sobre su experiencia de trabajo en diferentes espacios de oficina. La transcripción ha sido editada por motivos de extensión y claridad.

Cuando empecé mi carrera en 2003, era una becaria que hacía las prácticas de verano en un pequeño escritorio en medio de un pasillo.

Había otra becaria que tenía su propio cubículo con paredes altas que parecía una minioficina. Me encantaba mi espacio de trabajo improvisado, pero, para ser sincera, estaba celosa. Era como si yo estuviera por detrás de ella.

He pasado 10 años en el sector de los servicios financieros, donde he trabajado en todo tipo de espacios, desde cubículos de paredes altas hasta oficinas abiertas y, finalmente, mi propio despacho. También he pasado 10 años en empresas tecnológicas B2B y de software como servicio, donde solo hay oficinas abiertas.

Los cubículos son buenos para el trabajo intenso y la privacidad, pero pueden aislar

He descubierto que los cubículos —con cuatro paredes altas y una puerta— pueden ser realmente útiles para el trabajo intenso y la realización de breves sesiones individuales.

Creo que la privacidad es otra ventaja. En 2006, cuando trabajaba en Wells Fargo, recibí un correo electrónico en el que me decían que había muerto alguien muy cercano a mí en el instituto. Recuerdo que tuve una reacción muy fuerte. Mis compañeros de trabajo me oyeron, pero no necesariamente me vieron romper a llorar. Fue una bendición tener un poco más de intimidad en ese momento.

Por contra, los cubículos son algo aislantes. No hay luz solar. Los jefes y responsables tienen unos despachos fantásticos con ventanas, así que enseguida se sabe quiénes son los jefes.

A Moore le gustaba la intimidad de los cubículos, pero también los encontraba aislantes.
A Moore le gustaba la intimidad de los cubículos, pero también los encontraba aislantes.Courtesy of Jennifer Moore.

Tener mi propio despacho me deprimía y me destrozaba el alma

Tener tu propia oficina se asocia con prestigio y privacidad, pero mi primera experiencia al respecto fue horrible.

En 2015, pensaba que había llegado lejos. Había entrado oficialmente en la gestión de productos de una empresa de servicios financieros y me habían dado mi propio despacho con puerta incluida. Tenía mi propio presupuesto para muebles y todo, pero me sentía fatal.

No había luz natural, solo fluorescentes tenues, así que intentaba salir al sol todos los días. Por mi zona no pasaba nadie porque estaba en una esquina rara. Era aislante: podía pasarme un día entero sin ver ni hablar con nadie si quería.

Era muy deprimente y me destrozaba el alma.

Una cosa que diría es que, en aquel momento, estaba haciendo fisioterapia y era muy agradable poder cerrar la puerta y la persiana de mi pequeña ventana para poder hacer estiramientos con total privacidad.

Aprendí que el clima general del entorno de trabajo es más importante para mí que el hecho de haber conseguido tener mi propio despacho.

Puedes decir que crees en el trabajo en equipo y la colaboración, pero si no has diseñado un espacio de oficina que lo fomente, a la gente le va a costar adoptarlo a diario.

Creo que las oficinas abiertas son claramente la mejor opción, ya que permiten diferentes tipos de trabajo

Después de dejar mi anterior empresa en diciembre de 2023, decidí centrarme a tiempo completo en mi propio negocio de consultoría.

Moore trabaja en su propio negocio de consultoría.
Moore trabaja en su propio negocio de consultoría.Courtesy of Jennifer Moore.

Trabajo en un espacio de coworking para una empresa para la que hago consultoría. Tiene una planta abierta con varias salas de conferencias, cabinas telefónicas y zonas para sentarse.

Creo que las oficinas abiertas son los claros ganadores en lo que se refiere a un entorno laboral moderno, pero sus puntos débiles deberían aumentarse utilizando aspectos del diseño de cubículos que permitan zonas de privacidad y para distintos tipos de trabajo.

Los jefes siguen necesitando intimidad. En un lugar en el que trabajé hace poco, un jefe solía mantener todas sus reuniones individuales en la zona de asientos abierta, y varias personas comentaron lo incómodo que resultaba oír a diario cómo se hablaba de información muy personal.

En los planes de planta abierta, puedes encontrar espacios para el trabajo más intenso, la colaboración y las reuniones grandes y pequeñas. Pueden tener cabinas insonorizadas en un pasillo para mayor privacidad. Los cubículos ocupan mucho espacio, lo que dificulta crear estas opciones.

Otra ventaja de la planta diáfana es la luz natural. Me he dado cuenta de que, en los edificios más nuevos, todo el mundo tiene acceso a la luz del sol, y no solo los altos cargos y los directivos en sus despachos.

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