Soy una millennial que pensaba que los cubículos eran una reliquia de los años 90, pero me he dado cuenta de que pueden ser sociales y personales

Este artículo se basa en la transcripción de una conversación con Sydney Baker, de 27 años, sobre su experiencia de trabajo en cubículos de oficina. El texto se ha editado por motivos de extensión y claridad.

Fui criada por una madre soltera que trabajaba muchas horas.

A veces me llevaba a trabajar con ella. Eso me familiarizó con la rutina diaria. Coges tu café, añades azúcar, te sientas en tu escritorio, contestas llamadas y tomas notas.

De pequeña, recuerdo ver a mi madre hacer esas cosas e imitarla. No me dejaba tomar café, pero tomaba chocolate caliente y hacía como que contestaba al teléfono. Era muy divertido.

Sabía que quería imitarla.

Tuve unos cuantos trabajos entre la licenciatura y el máster que estudié, y en julio de 2023 conseguí un empleo de marketing trabajando en un cubículo. Luego me ofrecieron otro trabajo para una empresa de gestión de residencias de ancianos, también en un cubículo, que empecé en septiembre.

Antes de trabajar en un cubículo, pensaba en ellos como algo anticuado, lúgubre y muy de los 90, probablemente porque vi a mi madre en cubículos a lo largo de toda su carrera o porque los he visto a menudo en series y películas.

Ahora, diría que estoy 60-40 a favor de un entorno de cubículos. Me gusta socializar, pero también me distrae.

La gente piensa que los cubículos son lúgubres, pero decorarlos puede hacer que parezcan más luminosos

Mi idea preconcebida de los cubículos era que no recibían mucha luz solar. Parecía que los jefes tenían una bonita ventana y privacidad en sus despachos, mientras que el resto estábamos en un mar de cubículos.

Cuando entré en la oficina por primera vez, me dieron una caja de regalo con diferentes artículos de marca y baratijas que podía utilizar para decorar el espacio.

Me animó a hacer de mi cubículo mi propio espacio. Entré en Amazon y compré cosas que me gustaban. Tengo una manta en el escritorio y zapatillas para cuando quiero quitarme los tacones.

@addictedtosyd Finally put my little desk together. It’s looking real cute or whateva 😚💅🏽✨ #cubicletour #corporatebaddie #marketingbaddie #corporategirlies #desktour #desksetup #fyp ♬ Barbie World (with Aqua) [From Barbie The Album] [Extended] - Nicki Minaj & Ice Spice & Aqua

Me ha gustado que con los cubículos y los entornos de escritorio en general, la gente lleve su personalidad a su espacio.

He visto a gente de todas las edades publicando la decoración de sus cubículos en TikTok. Ver crecer esta tendencia es divertido porque TikTok puede inspirar a la gente a decorar y hacer que ese espacio sea más alegre y llamativo.

También me gusta que los cubículos puedan ser sociales, pero también tienes la flexibilidad de no serlo cuando lo necesitas. Es fácil llamar al cubículo de alguien y pedirle su opinión o simplemente charlar con él, pero luego puedes ir a tu cubículo y encerrarte en ti mismo.

Puede ser difícil concentrarme en mi cubículo

En mi oficina actual, hay una sala de reuniones cerca de mi cubículo. Me llevo los auriculares a la mesa. Muchas veces escucho un pódcast para distraerme del ruido de las reuniones y concentrarme.

Hay gente a mi alrededor todo el tiempo paseando o queriendo charlar, así que puede ser un reto mantener la concentración.

Creo que utilizar auriculares es un arma de doble filo, porque optar por no participar en la conversación con otras personas puede afectar negativamente a las relaciones.

Intento ser muy consciente de ello. Cuando pasa gente, intento dar los buenos días o sonreír.

En un entorno de cubículos, tienes tu intimidad, pero tampoco la tienes. La gente te puede ver, y van a determinar cosas sobre ti basándose en lo que te ven hacer en tu mesa. 

¿Está desordenado tu cubículo? ¿Hablas cuando pasan? Ese tipo de cosas son importantes para mí.

Nunca he trabajado en una oficina abierta, pero creo que preferiría la intimidad que ofrecen los cubículos

He visitado oficinas diáfanas, pero nunca he trabajado en una. Creo que las oficinas abiertas distraen más porque puedes ver todo lo que te rodea. Me gustaría conservar la poca intimidad que puedo tener en un cubículo.

Soy una millennial joven y he visto cómo ha cambiado drásticamente el espacio de trabajo desde mi primer empleo a tiempo completo por la pandemia.

Antes de la pandemia, recuerdo sentirme tan intimidada por la cultura empresarial que dudaba a la hora de pedir un permiso retribuido por la vergüenza que me daba admitir ante mi jefe que necesitaba un descanso. Era normal que se mirara de reojo a alguien que se tomaba vacaciones o pasaba más de un día enfermo en casa.

Hoy se hace más hincapié en tomarse un descanso y dar prioridad a la vida personal sin dejar de trabajar, al menos donde yo estoy ahora.

Soy madre trabajadora y hay días en los que tengo que recoger a mi hija del colegio temprano. Tengo flexibilidad para hacerlo porque mi superior sabe que voy a hacer el trabajo.

Voy a la oficina tres días a la semana.

Preveo que los cubículos serán mi entorno de trabajo habitual en un futuro próximo y me alegro de que, con el trabajo híbrido, siga teniendo la opción de encerrarme y trabajar a distancia.