Varias startups ya miden tus ondas cerebrales y analizan tu voz para averiguar cómo tratar mejor trastornos mentales como la depresión

Muchos de los pacientes que necesitan tratamiento para trastornos como la depresión tienen dudas sobre qué fármacos son los más adecuados, algo de lo que también pueden llegar a dudar los propios médicos.

Esto se debe a que trastornos como la depresión no son un monolito. Investigaciones recientes demuestran que puede haber varias formas diferentes de depresión, influidas por factores como la genética y el entorno.

Algunas startups han decidido actuar al respecto. Para ello, están realizando mediciones biológicas (conocidas como biomarcadores) que podrían ayudar a definir nuevos subtipos de depresión y determinar si los medicamentos adaptados pueden funcionar mejor para ciertos pacientes. 

Estas mediciones monitorizan las ondas cerebrales, el nivel de proteínas en las muestras de sangre e incluso el sonido de la voz, para identificar más fácilmente los signos de las enfermedades mentales. De hecho, algunas farmacéuticas enfocadas en la neurociencia han empezado a incorporar este tipo de tecnología a sus ensayos clínicos.

Dichas empresas emergentes están empezando a despertar el interés de los inversores. Compañías como Ellipsis Health han obtenido capital en su fase inicial para trabajar en la evaluación de la depresión y la ansiedad en pacientes a partir de su habla.

Si el proyecto tiene éxito, podría dar un giro a los tratamientos de las enfermedades mentales, ya que los fármacos se adaptarían más a cada paciente. Un informe de 2021 de Fundamed, revelaba que la depresión es la enfermedad mental con más presencia en España, con casi 3 millones de personas diagnosticadas. 

Aunque las startups que han comenzado con estas mediciones se encuentran en EEUU, sus avances podrían ayudar al resto de países del mundo.

El uso de estas mediciones biológicas es relativamente nuevo en el ámbito de la salud mental, pero cada vez es más normal en otros ámbitos de la medicina. Los investigadores y los médicos especializados en el cáncer, por ejemplo, suelen fijarse en los marcadores genéticos para determinar qué tratamientos son más adecuados para sus pacientes.

No obstante, falta todavía mucho por descubrir en el campo de la salud mental. Aunque los biomarcadores pueden ser útiles para determinar mejores opciones de tratamiento para los pacientes, su correlación con los resultados sigue siendo una incógnita. 

Para entender este campo de vanguardia, Business Insider ha hablado con 2 empresas que están consiguiendo avances en este ámbito.

Alto Neuroscience está desarrollando fármacos basados en las ondas cerebrales y los análisis de sangre para tratar subtipos de depresión

Alto Neuroscience es una empresa de biotecnología centrada en el uso de biomarcadores para tratar trastornos psiquiátricos. Fundada en 2019, la compañía ha recaudado 40 millones de dólares de inversores como Apeiron Investment Group, Windham Venture Partners y Able Partners para desarrollar medicamentos adaptados a subtipos específicos de depresión y TEPT (Trastorno de Estrés Postraumático).

Alto utiliza unos cascos que rastrean las ondas cerebrales de los pacientes, así como análisis de sangre y otros dispositivos para determinar qué mediciones se correlacionan con diferentes tipos de enfermedades mentales.

"Lo principal para nosotros es que no se trata solo de los fármacos y de los biomarcadores, se trata realmente de la unión de ambos", explica Amit Etkin, fundador y CEO de la startup.

El objetivo es doble, según Etkin. El primero es desarrollar tratamientos para tipos específicos de depresión y TEPT que funcionen mejor que los actuales. El segundo es desarrollar simultáneamente pruebas que los pacientes puedan realizar para averiguar si tienen el biomarcador preciso que les permitiría recibir ese medicamento.

Alto Neuroscience tiene 2 fármacos en fase de desarrollo que han finalizado los estudios de fase 1, y ambos compuestos, ALTO-100 y ALTO-300, han comenzado los ensayos de fase media.

Kintsugi pretende identificar la depresión y la ansiedad de los pacientes basándose en su voz

Kintsugi, una startup de tecnología de salud mental, está adoptando un enfoque diferente de los biomarcadores, uno que no depende de la medición de sustancias que se encuentran dentro del cuerpo.

Fundada en 2019, la empresa utiliza tecnología de aprendizaje automático para evaluar las voces de las personas y detectar signos de depresión y ansiedad. La tecnología está respaldada por la investigación sobre los biomarcadores de voz, así como por un estudio de 2018 del MIT que analizaba cómo la tecnología de aprendizaje automático era capaz de detectar la depresión en pacientes basándose en entrevistas de audio.

Las cofundadoras de Kintsugi, Grace Chang y Rima Seilova-Olson, ampliaron estos estudios en Kintsugi desarrollando inicialmente su propia aplicación de registro de voz, que les dio acceso a datos de 250 ciudades internacionales. Después, utilizaron estos datos para desarrollar su propia herramienta y averiguar qué señales de las grabaciones de voz indicaban mejor los niveles de depresión y ansiedad de los pacientes. 

Chang ha explicado a Business Insider que los datos recogidos por la empresa permiten determinar la gravedad de la depresión o la ansiedad de un individuo.

Chang dijo que la tecnología puede funcionar durante las llamadas telefónicas a los servicios de salud y proporcionar a los profesionales una visión de si un paciente puede necesitar atención de salud mental.

"Esperamos aportar un poco de esa visibilidad a los profesionales para que tengan incluso la capacidad de clasificar y estratificar los diferentes tipos de niveles de gravedad para actuar en consecuencia", comenta Chang.

Kintsugi ha recaudado 28 millones de dólares de inversores como Insight Partners, Acrew Capital y Alpha Edison.

Las grandes empresas también se están involucrando en esfuerzos similares. En septiembre de 2021, The Wall Street Journal informó de que Apple estaba en proceso de asociarse con Biogen y la UCLA (Universidad de California en Los Ángeles) para desarrollar una tecnología que serviría para diagnosticar la depresión y el deterioro cognitivo utilizando los datos de los iPhones.

Chang asegura que a medida que surgen más datos en torno a las enfermedades mentales, espera aún más innovación en torno a los biomarcadores.