Sam Altman de repente parece menos poderoso: el pánico causado por la experiencia cercana a la muerte de OpenAI tiene la culpa

Alistair Barr
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Sam Altman, CEO de OpenAI.
Sam Altman, CEO de OpenAI.

Justin Sullivan/Getty

  • Por un momento, OpenAI pareció que iba a derrumbarse cuando el personal amenazó con marcharse si Altman no era readmitido. 
  • Silicon Valley ya no quiere que el destino de OpenAI esté en manos de una sola persona.
  • "La empresa estará bien sin mí", dijo Altman el miércoles. 
Análisis Faldón

Es poco frecuente ser testigo de un pánico evidente y descarnado en Silicon Valley. Sin embargo, ha ocurrido dos veces este año.

Estos momentos con capaces de desnudar a un par de especies que son muy habituales en los círculos tecnológicos: supuestos líderes que escriben en blogs sofisticados sobre liderazgo y presuntos expertos que publican mensajes en redes sociales buscando la palmadita en la espalda.  Entonces, en esos momentos, vemos algo más cercano a la verdad.

El primero de estos momentos reveladores se produjo a principios de primavera, cuando los inversores de capital riesgo provocaron con sus mensajes en Twitter una quiebra sin precedentes de su banco favorito, el Silicon Valley Bank (SVB).

El segundo ocurrió este mes, cuando OpenAI vivió una experiencia cercana a la muerte que estuvo a punto de acabar con miles de millones de dólares invertidos por importantes firmas de capital riesgo y Microsoft.

El CEO de OpenAI, Sam Altman, fue despedido por el consejo de administración. Después amenazó con irse a Microsoft y los empleados de OpenAI estaban dispuestos a seguirle, lo que probablemente habría dejado a la startup sin apenas valor y a sus productos relativamente inútiles.

Unos días antes de este caos, OpenAI estaba a punto de ser valorada en 86.000 millones de dólares en una nueva ronda especial de inversión. Así que el pánico estalló rápidamente. Las firmas de capital riesgo amenazaron con demandar al consejo de administración de OpenAI, y algunas compitieron por hacerse con una participación en cualquier nueva situación que pudiera reemplazar a la frustrada startup.

Sin embargo, este año se han evitado ambos desastres. Todos los depositantes del SVB, incluidas muchas empresas de capital riesgo y sus startups, recibieron el respaldo de la Corporación de Seguros de Depósitos Financieros (FDIC). Y en el caso de OpenAI, Altman volvió como director general y todos los empleados se quedaron.

El caos de OpenAI se calmó finalmente el miércoles por la noche, cuando se anunciaron los nuevos miembros del consejo de administración y se emitieron declaraciones oficiales mucho más sosegadas.

Hasta ese momento, el consenso era que Altman había superado la crisis con una imagen aún más poderosa y crucial para el futuro de OpenAI. Sin embargo, una lectura atenta de las declaraciones del miércoles muestra un panorama diferente.

La empresa estará bien sin mí

Silicon Valley acaba de darse cuenta de que el destino de la empresa de IA más importante del mundo estaba en manos de una sola persona. Ha entrado en pánico y ya no aceptará esta situación.

Altman ha concedido una entrevista a The Verge con motivo de los anuncios oficiales del miércoles, pero se olvidó de un punto clave. Así que volvió a llamar a la publicación para reiterar lo que probablemente sea el mensaje central que OpenAI —y especialmente sus socios financieros Microsoft y las empresas de capital riesgo— quieren proyectar:

"He aprendido que la empresa puede funcionar sin mí", dijo Altman a The Verge. "La empresa estará totalmente bien sin mí".

Altman también recalcó esto en su declaración oficial, afirmando que el equipo directivo de OpenAI "está claramente preparado para dirigir la empresa sin mí."

"Para mí está claro que la empresa está en buenas manos, y espero que todo el mundo lo tenga muy claro", añadió.

Sam Altman

Buscar un plan B

Tiene sentido. La experiencia cercana a la muerte de la startup inquietó a las empresas y desarrolladores que han llegado a confiar en la plataforma de inteligencia artificial de OpenAI. Algunos de estos socios empezaron a buscar otros proveedores.

"Muchos de mis amigos, fundadores de empresas dedicadas a la inteligencia artificial, ven esto y dicen: necesitamos un plan B, no podemos depender por completo de los modelos de OpenAI, porque podría desaparecer mañana, como estuvo a punto de ocurrir", explica Wesley Chan, cofundador de FPV Ventures.

Varios fundadores de startups han contado a Business Insider que se están planteando cambiar a un modelo de código abierto como Llama 2, de Meta, o Claude, de Anthropic. Y algunos afirman que están pensando en cambiar de proveedor de servicios en la nube a Google o Amazon Web Services en lugar de Microsoft Azure.

El "riesgo de plataforma" de OpenAI

"Este tipo de drama sólo ha hecho que algunas personas piensen más en su plan de contingencia", afirma Guillermo Rauch, CEO de Vercel, una startup que ayuda a los desarrolladores a construir webs que se integran con gran parte de los modelos de IA más grandes.

El caos provocó que los modelos de IA de código abierto parecieran más atractivos porque se basan en amplias comunidades de colaboradores, en lugar de en una sola empresa que podría perder de repente a todos sus empleados.

"¿Cuál es la mejor ola a la que subirse a largo plazo?", escribió Rauch en un mensaje a BI. "El código abierto (por ejemplo: Llama / Mistral), cuya capacidad de razonamiento es menor que OpenAI, pero tiene todo el peso de un enorme ecosistema detrás, o los LLM propietarios".

En el punto álgido de la crisis, uno de los jefes de ingeniería de IA de Vercel telefoneó a Rauch para decirle "eliminemos el riesgo de plataforma de OpenAI" y pongamos en marcha una copia de seguridad, recuerda el CEO.

"Se trata de una tendencia que se ha estado fraguando, y nada va a detenerla", afirma Rauch. "Pero los comentarios que estoy recibiendo de los desarrolladores es que eventos como estos les hacen volver a priorizar y acelerar algunas de esas exploraciones".

ChatGPT

Despejar dudas

Si OpenAI quiere convertirse en la próxima gran plataforma tecnológica, necesita disipar dudas como ésta lo antes posible. Y la mejor forma de hacerlo es prometer que la empresa seguirá existiendo, independientemente de quién sea su CEO.

"Vamos a mejorar la estructura de gobierno de OpenAI para que todos los actores —usuarios, clientes, empleados, socios y miembros de la comunidad— puedan confiar en que OpenAI seguirá floreciendo", dijo el miércoles Bret Taylor, el nuevo presidente del consejo de la startup.

Madeline Renbarger ha contribuido a este artículo.

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