Las sardinas son para el verano: beneficios de este pequeño pescado azul y cómo prepararlas para que sean más sabrosas

Sardinas

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Se cuenta que las sardinas se llaman así por la isla italiana de Cerdeña, donde se hallaban y cmían en abundancia. Disponibles en lata durante todo el año, son una de las conservas más saludables. Pero además, el verano es la temporada estrella de las sardinas frescas, todo un placer para el paladar y que además, viene acompañado de un aporte nutricional muy positivo.

Pese a todo, los españoles comen cada vez menos sardina: según recogeStatista, la evolución del consumo de sardinas frescas en los hogares españoles entre 2013 y 2019 muestra una tendencia descendente. En 2013, se consumieron 28 millones de kilos de sardinas frescas. En 2019, 10 millones de kilos menos. 

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Si quieres disfrutar de todas las virtudes de este pescado azul, estrella de las sardinadas de la noche de San Juan, en este artículo podrás conocer los principales beneficios y nutrientes de la sardina y algunos trucos para prepararla y que resulte más deliciosa.

Un primer punto a favor es que al alimentarse solo de plancton y tener un pequeño tamaño, es de los pescados azules con menor cantidad de mercurio. Por ello, también es apta para mujeres embarazadas o niños. 

¿Qué nutrientes aportan las sardinas?

SegúnHealthline, las sardinas destacan por ofrecer ácidos grasos omega-3, claves para prevenir enfermedades del corazón y proteger al organismo de la inflamación. Este nutriente también reduce la presión arterial y contribuyen a mantener el funcionamiento normal del cerebro, previniendo el deterioro cognitivo.

Además, las sardinas son ricas en vitaminas como la B-12, esencial para mantener sano el sistema nervioso, para el metabolismo de proteínas y para formar glóbulos rojos. No es la única vitamina del grupo B: también son ricas en vitamina B6 y niacina. 

También aportan vitamina D, clave para absorber el calcio, tener una buena salud ósea y prevenir enfermedades de los huesos; y vitamina E, un nutriente esencial para la visión, la reproducción y la salud de la sangre, el cerebro y la piel. 

Entre otros minerales que aportan las sardinas puedes encontrar fósforo, selenio, yodo, potasio, zinc, hierro y magnesio. Un surtido muy completo para cubrir las necesidades nutricionales de tu organismo. 

Además de las grasas saludables, vitaminas y minerales, las sardinas son una fuente de proteínas de alta calidad, indispensables para desarrollar tejidos, y tener huesos y músculos saludables, así como asegurarte de que los nutrientes y oxígeno a todas las partes del cuerpo, y el sistema inmune se mantiene fuerte. 

Además, varias investigaciones sugieren que el pescado graso es bueno para el estado de ánimo, y que comer sardinas varias veces por semana tiene beneficios para aliviar la ansiedad.

Cómo preparar las sardinas para que estén más sabrosas

Cómo cocinar sardinas

Juan Rodriguez/Pixabay 

En los meses de verano las sardinas copan comidas, cenas y celebraciones en pueblos y ciudades de toda la geografía española. No en vano tienen mucha presencia en el refranero popular. "Las tres efes de la sardina: frescas, fritas y frías", es solo un ejemplo. 

Es de los pescados preferidos por muchos grandes chefs. "Cmbina de muchas maneras, con arroces, suquets, a la brasa, escabechada, marinada, frita y también guisada de una manera bien sencilla, hecha tan solo con cebolla y tomate”, dice Joan Roca, segúnLa Vanguardia. Josep Pla la ha descrito como “el mejor pez comestible”.

Desde Consumerdetallancuáles son las mejores maneras de preparar sardinas para que estén muy ricas. Lo importante es que quede jugosa, independientemente de la técnica de asado utilizada. Las sardinas en aceite de oliva también son una conserva deliciosa para incorporar a bocadillos, ensaladas o pinchos. 

El primer paso es elegir bien la sardina fresca: procura que su carne sea firme y que tengan los ojos brillantes. Nunca deben estar hundidos. Los mejores ejemplares tienen las escamas bien pegadas y un olor a mar no demasiado fuerte. Dado que no deberías guardarlas más de un par de días, se recomienda comprarlas el día que las vayas a preparar. 

El tamaño influye en su preparación: las sardinas pequeñas, ofrecen una carne fina y delicada, muy sabrosa. Puedes usarlas, una vez quitadas las espinas, para tortillas o revueltos, o bien prepararlas fritas, rebozadas, enharinadas, con un toque al ajillo o con salsa bilbaína. 

En el caso de las sardinas grandes, también puedes destinarlas a rebozados, fritos o a preparaciones al ajillo, pero lo más recomendable es que la prepares a la plancha o a la brasa. Cocínalas enteras a la parrilla, limpiándolas bien primero.

Sin embargo, puedes dejar volar tu creatividad, preparando sardinas marinadas o en salmuera, arroces marineros, sardinas en escabeche y un largo etcétera. No olvides que el verano es ideal para aprovechar este manjar: en época estival tienen más grasa. Cómelas calientes, no olvides que a la brasa están listas en 2 minutos y disfruta de tu plato. 

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