Este es el perfil más común de trabajador temporal en España: hombre, de entre 25 y 44 años y del sector servicios

La lucha contra la temporalidad laboral es uno de los principales frentes políticos para el Gobierno español en los últimos meses, teniendo en cuenta que se ha comprometido con Bruselas a reducirla en la función pública tras las críticas de las autoridades comunitarias y que ha presentado varias propuestas para desincentivarla en el sector privado que han sido rechazadas por la patronal, que considera que dañará el empleo en sectores como hostelería o agricultura.

Por el momento, las primeras medidas del Ejecutivo contra la temporalidad abusiva se han centrado en los fraudes laborales, lo que permitió convertir 61.000 contratos temporales en indefinidos en apenas 15 días durante el pasado marzo. De este modo, el Gobierno prevé evitar que España siga siendo líder europeo en temporalidad laboral, que afecta a uno de cada 4 trabajadores y que ha sido uno de los colectivos más perjudicados por la destrucción de empleo provocada por el coronavirus.

Por ello, la derogación parcial de la reforma laboral que el Ministerio de Trabajo está negociando con los agentes sociales presta especial atención a la penalización del uso excesivo de contratos temporales como vía para reducir el paro juvenil, del que España también ostenta el dudoso honor de ser líder europeo, después de que el propio Banco de España reconociese en 2019 que la última reforma laboral no había conseguido reducir la temporalidad ni la desigualdad laboral.

Precisamente, el análisis de la dualidad en el mercado laboral español, las cifras de la contratación temporal y las propuestas para reducir su impacto son las principales claves del último informe del think tank Fedea, que se centra en revisar la incidencia de la temporalidad en el empleo y "sus efectos perniciosos sobre la economía", además de estudiar las propuestas del Plan de Recuperación para reducir a 3 los tipos de contrato.

"La excesiva temporalidad no solo resulta una autentica injusticia para las personas que la padecen, sino que también genera ineficiencias económicas importantes", asegura el informe, que considera que no hay una justificación que explique la alta incidencia de los contratos de duración temporal en España, que se define como la "lacra de nuestro mercado laboral" desde 1984, cuando se permitió legalmente realizar contratos temporales sin una causa justificada, como hasta entonces.

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Además, el informe incluye varias cifras que muestran el impacto de la temporalidad en España, señalando que supera el 60% de todos los contratos en todos los niveles educativos y que este tipo de contratos no están funcionando como paso previo a un contrato indefinido. La evidencia empírica nos dice que un 40% de los que tienen un contrato temporal a los 20 años continua teniéndolo cuando cumple 40 años, afirma el estudio, que califica este fenómeno de "trampa de temporalidad".

En este sentido, Fedea desvela las grandes diferencias respecto al modelo europeo, como muestra el gráfico anterior, en el que se observa cómo la temporalidad supera en más de 8 puntos porcentuales la media de la eurozona, situándose en el 20,4% a finales de 2020, mientras que entre los menores de 24 años la incidencia de la temporalidad es de un 62,1%, 16 puntos más que la media de la zona euro y más de 6 veces por encima de la temporalidad entre los mayores de 55 años.

Sin embargo, el informe de Fedea también incluye datos que permiten segmentar el perfil mayoritario de trabajador que cuenta con contrato temporal, apoyándose en los datos de paro registrado por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) correspondientes a mayo, que se resumen en los siguientes gráficos, en las que se segmentan los datos por sexo, edad, tipo de contrato y sector de actividad.

Este es el perfil más mayoritario de contrato temporal por edad, sexo, sector y relación laboral

Comenzando por las variables demográficas, el gráfico a continuación muestra cómo la mayoría de los trabajadores con contrato temporal: un 56,13%, son varones. El grupo de edad mayoritario está entre los 25 y los 44 años, que suponen un 53,38% del total de contratos temporales, frente al 26,97% de los mayores de 45 años y el 19,65% de menores de 25 años.

Cruzando ambos datos, sexo y edad, el perfil más común de trabajador temporal es un varón de entre 25 y 44 años, que representa un 29,7% del total de contratos de duración determinada, hasta un total de 414.000, mientras que las mujeres con contrato temporal en el mismo grupo de edad suponen un 23,5% del total, con más de 327.000 empleadas en esta situación. 

Mientras, por sector de actividad y tipo de contrato, es posible detectar más diferencias, como muestra la tabla siguiente, en la que se refleja que el sector servicios cuenta con el 64% del total de trabajadores temporales en activo durante el mes pasado y que los contratos de obra y servicio y eventual por circunstancias de la producción son los más comunes, aglutinando un 41,5% y un 49,5% del total de contratos temporales.

Además, Fedea destaca que más de 3 de cada 4 contratos temporales en agricultura y pesca y construcción son por obra y servicio, mientras que mas de la mitad de los temporales de servicios y 2 de cada 3 en la industria corresponden a contratos eventuales por circunstancias de la producción, mientras que la inmensa mayoría de los contratos de interinidad corresponden al sector servicios.