El "voto útil" será uno de los protagonistas en la carrera a las elecciones generales: por qué PSOE y PP apelarán a esta estrategia el 23J

Alberto Núñez Feijóo en uno de los cara a cara con Pedro Sánchez en el Senado.
Alberto Núñez Feijóo en uno de los cara a cara con Pedro Sánchez en el Senado.

REUTERS/Susana Vera

  • Tanto Pedro Sánchez como Alberto Núñez Feijóo están intentando aglutinar el voto en torno a sus candidaturas dentro de los 2 bloques. 
  • El llamamiento al voto útil por parte de los políticos podría devolvernos al bipartidismo, con tan solo 2 principales partidos. 
  • Las encuestas auguran una ventaja sustancial de PP y PSOE respecto a sus rivales directos, Sumar y Vox. 

¿Volveremos al bipartidismo después del 23-J? Parece improbable, pero es lo que buscan tanto el PP como el PSOE con la estrategia del voto útil. 

Hay quien piensa que su voto no cuenta o no es "útil", ya que significa un porcentaje muy pequeño del resultado final. También hay quien cree que su voto no determinará quién salga elegido para ser el presidente del Gobierno. Por regla general, los que piensan así tienden a abstenerse y no participar del proceso democrático. 

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Sin embargo, el voto útil no tiene nada que ver con eso. La expresión "voto útil" hace referencia a un voto estratégico. Se refiere a emitir la papeleta de aquel que tiene más posibilidades de ganar dentro de cada bloque ideológico. O en palabras de Daniel Vicente Guisado, politólogo especializado en datos, "consiste en apelar a que ningún voto 'se tire a la basura' porque no se transforme en representación".

El sistema electoral perjudica a los partidos más pequeños y refuerza a los más grandes. Por eso, tanto Alberto Núñez Feijóo, presidente del PP, como Pedro Sánchez, líder del PSOE, están centrando su estrategia en aglutinar el mayor voto posible en perjuicio de Vox y Sumar, que obtendrían, según las encuestas, en torno al 25%-30%. 

La estrategia es "pedir el voto prestado para que en lugar de ir a esas formaciones que tienen más difícil la conversión voto/escaño vaya a estos partidos principales", explica Guisado.

Da la impresión que los 2 partidos históricos sueñan con la vuelta al bipartidismo, inoculando la idea del voto útil para no tener que pactar con las formaciones que cada uno tiene a su extremo. Sumar, la coalición de partidos de izquierda liderada por Yolanda Díaz –actual ministra de Trabajo–, y Vox, compiten por el mismo electorado que PSOE y PP, respectivamente.  

Pero ya no es 2015. Los bloques y sus principales actores están claros y apelar al voto útil podría ser el efecto movilizador para los que estarían dispuestos a votar por el partido que tiene más probabilidades de ganar. "Hay gente que está dispuesta a hacer ese cálculo y optar por su segunda opción", explica Kiko Llaneras, analista de datos. 

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En la actualidad, solo PP, PSOE, Vox y ahora Sumar tienen capacidad de movilizar al electorado en todos los puntos de España, lo que les convierte en los principales actores políticos. 

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La oficial desaparición de Ciudadanos –y su decisión de no concurrir a las generales por no fraccionar el voto de la derecha– y la integración de Podemos en la coalición de Sumar, apenas ha modificado el número de fuerzas políticas: desaparecen 2, surge –y se mantiene en el caso de Vox– otros 2.

"El hecho de que sea tan efectivo el voto útil en estas elecciones es que desde 2019 hasta aquí los bloques se perciben absolutamente definidos", explica Llaneras. 

"Esto en 2015 o 2016, cuado todavía existía un Ciudadanos capaz de pactar a izquierda y derecha, y cuando aún no se sabía si Podemos sería capaz de hacerlo con el PSOE; cuando las mayorías o los potenciales aliados no estaban definidos, el voto útil se desactivaba porque la gente votaba a los partidos sin saber qué iba a pasar", continúa explicando. 

Ahora que los bloques están claros, los ciudadanos pueden jugar con el tablero. En aquellos territorios en los que es seguro que los 4 partidos van a sacar representación, los votantes tienen varias opciones y puede que el voto útil no se active tanto como se espera, al contrario que en las circunscripciones más pequeñas. 

"El voto útil siempre tiene sus efectos, sobre todo en provincias pequeñas y medianas", afirma Guisado. Sin embargo, "otra cosa es que esto les permita llegar a la absoluta", explica. 

"Sabiendo que Vox va a sacar un 15% en Madrid, puedes votar con la lógica de que prefieras un Gobierno con PP y Vox, y que se hagan políticas a la derecha de ese conjunto, al igual que si votas Sumar: estás diciendo que prefieres que las políticas se hagan hacia un lado", ejemplifica el analista de datos.  

El PP aun se siente receloso de hablar de pactos con Vox, aunque ya lo hayan hecho en gobiernos autonómicos, pero esto puede explicarse por la idea de "un gobierno fuerte". Es decir, evitar la coalición sacando mayoría. 

"En el caso del PP, el voto útil se mezcla con esta idea de tener los suficientes votos para no desgastarse haciendo acuerdos con otras formaciones", asegura Llaneras, algo con lo que el PSOE no puede jugar debido a la experiencia previa del Gobierno de coalición. Sin embargo, los socialistas también tontean con la idea en su narrativa informal al proponer imágenes en las que solo Pedro Sánchez se enfrenta a Feijóo y Abascal.

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Pero, ¿la gente realmente vota útil?

La experiencia de elecciones pasadas apunta a que no. "Mucha gente no vota útil", sentencia Llaneras. "Ha habido muchas elecciones en las que muchas personas han votado a partidos que tenían perspectivas regulares, como por ejemplo Izquierda Unida o Ciudadanos en sus años de agonía, teniendo votos que no se convertían bien en escaños". 

"Muchos electores prefieren señalar cuáles son sus partidos más cercanos y con los que comparten más ideas", explica.

El objetivo detrás del voto útil no es otro que lograr la mayoría absoluta, como el que obtuvieron Isabel Díaz Ayuso (PP) en Madrid o Emiliano García-Page (PSOE) en Castilla La-Mancha. Y aunque pudiese ser una de las sorpresas de este 23J, las encuestas apuntan a que los pactos serán el mandato de la ciudadanía.

El voto útil se seguirá escuchando a lo largo de la campaña por los principales partidos, pero ahora solo queda saber si la ciudadanía prefiere otro Gobierno de coalición, sea del color que sea, o prefiere hacer oídos al ya viejo bipartidismo.

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