"Hay margen de mejora": las 3 recetas del Banco de España para el mercado laboral español

En el capítulo del reciente informe anual del Banco de España dedicado al mercado de trabajo se detallan algunas de las problemáticas y posibles soluciones para el ecosistema laboral español, que sufre a la vez de una "tasa de paro excesivamente elevada" y "síntomas de tensionamiento que padecen países con menor desempleo", como la falta de mano obra.

Dicho de otro modo, España está sumergida en una paradoja: hay más de 2,7 millones de personas en búsqueda de empleo —más que todos los habitantes de Valencia juntos— y al mismo tiempo hay más puestos de trabajo sin cubrir que nunca. Hay tantas vacantes sin cubrir como en los años de la burbuja inmobiliaria y, al mismo tiempo, ostentamos la tasa de paro más alta de la UE.

Según la institución, la principal característica del comportamiento reciente del mercado de trabajo español ha sido el considerable dinamismo del empleo. 

Pero al margen de la mejora en los datos y de la tendencia descendente del paro, en la economía española la tasa de desempleo sigue siendo excesivamente elevada: a finales de 2023 esta se situó en el 11,8%, el doble que la del conjunto de la UE-27, especialmente acusada en relación al desempleo juvenil, los trabajadores con edades cercanas a la jubilación y el paro de larga duración.

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A finales de 2023 la tasa de paro juvenil (de 16 a 24 años) era del 28%, casi el triple que la del conjunto de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) (10,7%) y alrededor del doble que la media de la UE-27 (14,9%). Además, el porcentaje de parados que lo han estado durante más de un año era del 39% en España, frente al 25,4% del conjunto de la OCDE. 

"Ante los retos para el mercado laboral español que se derivan de una tasa de paro persistentemente más elevada que las de otros países de nuestro entorno, de los cambios tecnológicos y del envejecimiento poblacional, una revisión exhaustiva de las políticas de empleo resulta prioritaria", remarca el Banco de España.

Aunque España roce el récord de 21 millones de trabajadores afilados a la Seguridad Social, el informe destaca que la productividad apenas se ha incrementado desde la pandemia, lo que sumado al crecimiento de la remuneración por asalariado, ha implusado la tasa de crecimiento de los costes laborales unitarios (CLU) por encima de la del conjunto de la Unión Económica y Monetaria (UEM).

Si bien en lo referente a la tasa de temporalidad la economía española ha convergido notablemente con el promedio europeo en los últimos años, siguiendo otras métricas que permiten aproximar el grado de estabilidad del empleo y que están disponibles a nivel internacional, el Banco de España considera que todavía hay "margen para aumentar la estabilidad del empleo en nuestro país".

La entidad señala que existen diferentes elementos que podrían mitigar, al menos en parte, los posibles efectos adversos del envejecimiento de los trabajadores españoles sobre la actividad económica: los flujos migratorios, el alargamiento de la vida laboral y las políticas formativas y de empleo. "

Repensar las políticas formativas y de empleo

¿Qué recetas propone el organismo? En primer lugar, políticas activas del mercado de trabajo (formación e intermediación laboral), orientadas a paliar los efectos disruptivos de los cambios tecnológicos sobre el empleo y a aumentar la empleabilidad de los trabajadores de mayor edad. 

Además, las prestaciones por desempleo deben brindar protección a las personas en paro sin perjudicar a los incentivos a la búsqueda de empleo y a la movilidad laboral. Y para la reasignación ocupacional del empleo, resultaría "adecuado seguir avanzando en la definición de las causas objetivas de despido y en la reducción de la incertidumbre asociada a estos procesos". 

Dada la heterogeneidad empresarial, la negociación colectiva debe ajustarse para facilitar que las condiciones laborales se adapten —por ejemplo, en relación a la duración de la jornada laboral— de forma más flexible a las distintas circunstancias de las empresas.

Entre los apuntes que hace el Banco de España, recomiendan permitir que determinados subsidios/prestaciones sean compatibles, con carácter temporal o permanente, con el empleo —particularmente, la conversión de parte de mismas en complementos salariales para promover la movilidad labora, y la salida del desempleo—.

También apuntan a la integración del cúmulo de políticas de rentas que las distintas Administraciones Públicas han desplegado, unificando todos los programas para incrementar tanto su eficacia —mayor cobertura— como su eficiencia —más efectos positivos por cada recurso empleado—.

Alargar la vida laboral

"El alargamiento de la vida laboral debería fomentarse mediante la eliminación de distintos elementos que, en la práctica, están contribuyendo a expulsar del mercado laboral a los trabajadores de mayor edad", destaca el documento, que destaca que otra de las tendencias crecientes es la reducción de la jornada legal de trabajo.

El Banco de España señala que aunque hay todavía margen para seguir extendiendo en el tiempo la vida laboral de los trabajadores españoles, este proceso se enfrenta a algunas limitaciones, como aquellas que tienen que ver con el estado de salud de los trabajadores de mayor edad.

Además, los trabajadores mayores tienen diferentes aptitudes, facultades y cualificaciones que los empleados jóvenes, por lo que "no podrán cubrir completamente el tipo de ocupaciones para las que se demandan trabajadores de menor edad". 

Esto es coherente con otra problemática: la tasa de empleo de los jóvenes no disminuye con el retraso de la edad de jubilación, sino que aquellos países con tasas de empleo más elevadas entre lapoblación de edad más avanzada tienen tasas más altas de empleo juvenil.

Favorecer la inmigración

El Banco de España explica que la recuperación de los flujos migratorios, que se vieron afectados muy negativamente por la pandemia, ha contribuido "de forma notable al vigor reciente del empleo".

Desde principios de 2022 a finales de 2023, la población creció en un millón de habitantes y la población activa subió 788.000 personas: de los 1,06 millones e nuevos trabajadores ocupados, un 54% es de nacionalidad extranjera.

La tendencia, según las previsiones demográficas del INE, la AIReF y Eurostat apuntan a que el dinamismo seguirá con saldos netos de entrada de 200.000-500.000 personas en 2024 y 2025.

"En líneas generales los inmigrantes presentan cualificaciones profesionales y se incorporan a ocupaciones distintas a las de los trabajadores nacionales que salen del mercado de trabajo por jubilación", indica el informe.

También considera deseable que "las políticas migratorias anticiparan proactivamente las necesidades de contratación que se generarán en el mercado laboral español como consecuencia de las futuras jubilaciones y que favorecieran la llegada de inmigrantes que puedan satisfacer dichas demandas de trabajo".