Sánchez diseña un Gobierno con garra para una legislatura tempestuosa: qué puedes esperar del nuevo Consejo de Ministros

Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, tras sacar adelante su investidura en 2023.
Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, tras sacar adelante su investidura en 2023.

REUTERS/Susana Vera

  • Sánchez ha anunciado un Consejo de Ministros con un cariz más político, preparado para una legislatura bronca y de confrontación.
  • Sin embargo, las tensiones con Podemos tras dejarlo fuera del Ejecutivo y lo que pueda suceder en las europeas del año que viene son dos de sus puntos débiles.
Análisis Faldón

Enumerar los desafíos que tiene el nuevo Gobierno de Sánchez —el tercero que logra formar en los últimos 5 años— daría para líneas y líneas. Aquí iban unos apuntes sobre los retos económicos que tendrá que afrontar el nuevo Ejecutivo de coalición que el presidente anunció este lunes. 

Los cambios en las carteras son menos de los esperados, pero sí abren múltiples incógnitas. 

Por ejemplo, cómo maniobrará el Ejecutivo en aspectos claves y si ese demandado "alto perfil político" que avanzó Sánchez será suficiente para una legislatura en la que se prevén grandes enfrentamientos, tanto políticos como parlamentarios y también judiciales.

Bolaños y Puente, los guardaespaldas de Sánchez ante la oposición

Por ejemplo, Félix Bolaños. Se hizo hombre fuerte del presidente tras la traumática salida de Iván Redondo, quien se había reivindicado como el asesor que convirtió al Sánchez dimitido en 2016 en el audaz estratega que ahora proyecta ser. Bolaños asumió el Ministerio de Presidencia tras una crisis de Gobierno de julio de 2021, hace algo más de dos años.

Mantendrá la cartera pero asumirá además la de Justicia, que le confiere, por lo tanto, el rango de notario mayor del reino. Lo hace en un momento tumultuoso para el departamento, y que ya ha provocado reacciones dispares. 

Confilegal recoge las impresiones del Foro Judicial Independiente, que entiende que el Ministerio de Justicia ahora sea también el de Presidencia "lanza un mensaje nada favorable a la separación de poderes" o de otra organización, Jueces por la Democracia, que, por el contrario, ven este nombramiento como algo "esperanzador". 

Sánchez planteó este lunes que la composición del nuevo Consejo de Ministros tiene un nítido y marcado carácter político frente al de la última legislatura, marcada por circunstancias extraordinarias como la pandemia o la guerra a las puertas de Europa. En ese sentido, Bolaños, ahora superministro, llega para asumir los desafíos propios de la cartera de Justicia…

Pero también para pilotar una tramitación de una ley, la de amnistía, que podría mandar al baúl toda la legislatura en caso de que finalmente no prospere.

Por lo pronto, durante la misma tarde de este lunes, los letrados del Congreso dieron luz verde a que la controvertida ley fuese tramitada por la Cámara Baja, lo que ya provocó otra amenaza por parte de Santiago Abascal, líder de Vox, que avisó que este mismo martes presentaría querellas "por delito de prevaricación" contra los letrados del Congreso "autores del informe" de tramitación.

Sánchez promete cargo de presidente

Esas querellas se extenderían también "contra los miembros de la Mesa del Congreso que voten a favor de su admisión", abundó el líder de la organización de extrema derecha.

Bolaños fue nombrado secretario general de Presidencia a mediados de 2018, cuando Sánchez llegó al poder tras prosperar la moción de censura que se presentó contra el popular Mariano Rajoy. Fue ratificado después a principios de 2020, tras formarse el primer Gobierno de coalición de la historia tras las generales de noviembre de 2019.

En su haber destaca haber coordinado la exhumación de los restos de Franco del Valle de los Caídos, haber conseguido la renovación del Consejo de Administración de RTVE —sin haberlo logrado para el CGPJ, que continúa bajo el bloqueo institucional— o haber diseñado junto al entonces ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, el indulto a 9 independentistas.

El anuncio hace semanas del acuerdo entre PSOE y Junts para desbloquear la investidura de Pedro Sánchez no solo traía la ley de amnistía bajo el brazo, sino que también hacía una explícita mención al lawfare que ha disgustado muchísimo entre asociaciones de jueces. Por esta razón, los retos de Bolaños van mucho más allá de discursos como la transformación digital de la justicia.

También llega al Consejo de Ministros Óscar Puente, quien ya dio la sorpresa en el intento de investidura de Alberto Núñez Feijóo como presidente a finales de septiembre de este año. Cuando le correspondía al PSOE tomar la palabra durante aquel debate, cuya votación no prosperó, en lugar de subir al atril Pedro Sánchez lo hizo el exalcalde de Valladolid.

Puente, quien ha protagonizado polémicas indeseadas —la más reciente, por aquellas fechas, cuando un ciudadano le increpó y grabó con el teléfono a bordo de un tren de alta velocidad—, asume un rol bronco como el que tuvo José Luis Ábalos, quien precisamente fue también ministro de Transportes hasta 2021.

Puente fue portavoz del Comité Ejecutivo Federal del PSOE entre 2017 y 2021 y vuelve a la primera línea de la política nacional como ministro, pero también como un pretendido muro entre el propio Sánchez y la asperísima oposición que prevé el nuevo Gobierno.

El medido ariete económico de la Moncloa: Ribera, Montero, Escrivá y… Calviño

José Luis Escrivá, ministro de Transformación Digital.
José Luis Escrivá, ministro de Transformación Digital.

Horas antes de que Sánchez anunciara su nuevo Ejecutivo, los rumores sobre la continuidad de Nadia Calviño eran constantes. Se ha llegado a oír que Teresa Ribera asumiría sus competencias en otro macroministerio que unificaría Asuntos Económicos y Transición Ecológica. Todavía es una incógnita qué será de Calviño.

Por el momento, su candidatura para presidir el Banco Europeo de Inversiones sigue adelante y Sánchez logró hace dos semanas evidenciar el respaldo que el canciller alemán, el socialdemócrata Olaf Scholz, prestaría a la todavía vicepresidenta primera.

María Jesús Montero mantiene el ministerio de Hacienda y ahora asume una vicepresidencia, mientras que José Luis Escrivá sale del Ministerio de Seguridad Social y asume un nuevo departamento, con lo que Transformación Digital tendrá una nueva y exclusiva cartera.

Es aquí donde Sánchez tendrá que demostrar que su decisión ha estado bien meditada: los primeros compases del nuevo Gobierno serán fundamentales. No en balde, Carme Artigas es la persona del círculo de confianza de Calviño y es una incógnita si continuará al frente de la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, que se entiende ahora bajo la batuta de Escrivá.

De esta Secretaría de Estado —conocida como la SEDIA por sus siglas— dependen organismos cruciales como la Secretaría General de Administración Digital. Pero el punto de urgencia está en que es Artigas la persona que está trabajando en las negociaciones tripartitas a nivel comunitario sobre el futuro Reglamento de la Inteligencia Artificial.

España preside el Consejo de la Unión Europea hasta finales de este 2023 y aunque Calviño ya logró anotarse el tanto de que se desbloqueara el reglamento eIDAS2, era realmente esta legislación sobre la IA el gran caramelo que la Moncloa quería llevarse a la boca. Un pacto conocido hace horas entre Francia, Alemania e Italia podría complicar las negociaciones en su recta final.

Las tensiones con Podemos y la inusitada importancia que tendrán en 2024 las europeas

Podemos se ha quedado fuera del Consejo de Ministros. De los 31 diputados que obtuvo Sumar el pasado 23 de julio, cinco fueron de la formación morada. En este caso no ha habido reparto de cuotas. Los de Ione Belarra e Irene Montero estarán solo en el Congreso de los Diputados, a pesar de que Más País sí verá a una ministra de Sanidad con sus siglas, Mónica García.

El viernes pasado, Yolanda Díaz, candidata de Sumar a las elecciones generales del 23J, lanzó un nuevo órdago a Podemos. Nacho Álvarez, secretario de Estado de Derechos Sociales, podía ser ministro si Podemos se atenía a la disciplina de voto de la coalición y rebajaba el tono y los insultos que, a juicio de Díaz y Sumar, llevan tiempo profiriendo contra todo el espacio.

Podemos se negó. Álvarez ha acabado dimitiendo de todos sus cargos orgánicos en el partido, donde todavía formaba parte del Consejo Ciudadano —su máximo órgano ejecutivo— al entender que ha perdido la confianza de sus compañeros de filas. La propuesta de Díaz en realidad tenía cierta carga: Álvarez es de Podemos, pero está alejado de la cúpula de Belarra o Montero.

Este mismo lunes hubo reacción por parte de los portavoces de Podemos criticando la "estrategia" de Sánchez y Díaz por dejar fuera a los morados de la bancada azul del Congreso.

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"Lo ocurrido en estos últimos días no es sino la confirmación final de una estrategia determinada y mantenida en el tiempo por parte del PSOE y Sumar que tiene como objetivo evidente la sustitución de Podemos por otra fuerza política que pueda representar simbólicamente a la izquierda pero que acepte la subordinación al PSOE", denunció la secretaria general, Ione Belarra.

Esto sucede en un contexto crítico para la mayoría del Gobierno. La mayoría de investidura se alcanzó no sin negociaciones de infarto con el resto de partidos que no forman parte del Ejecutivo de coalición. La idea de que Podemos abrace, como ha deslizado recientemente el ex secretario general Iglesias, su "autonomía parlamentaria", podría poner en duda muchas propuestas del PSOE o Sumar.

De ser así, la mayoría parlamentaria con la que contaría el Ejecutivo sin Podemos alcanzaría solo los 147 escaños, muy lejos de los 176 necesarios para garantizar una absoluta.

Uno de los requisitos que Yolanda Díaz planteó a Podemos al ofrecerle un ministerio a Nacho Álvarez fue que los morados adquirieran el compromiso de ir junto a Sumar en las próximas elecciones europeas de 2024. Ese escenario también acaba desdibujándose, a no ser que dentro de la coalición Sumar comience a imperar el entendimiento, cosa que por ahora parece improbable.

Las elecciones europeas no suelen ser tenidas muy en cuenta en España, tal vez por la complejidad del funcionamiento legislativo de las instituciones comunitarias, tal vez por la desinfección fruto de los años de la crisis económica. Lo único cierto es que en Bruselas siempre se ha gobernado gracias al entendimiento de los socialdemócratas y populares europeos.

Ese entendimiento podría estar llegando a su fin y ese cambio de ciclo podría producirse en función de lo que salga de las urnas comunitarias dentro de medio año: el avance o frenazo de formaciones a la derecha del PP podría abrir las puertas a que los populares se entendieran con estas organizaciones en lugar de con los socialdemócratas.

Eso, en un contexto en el que precisamente el dinero europeo es el que ha permitido que España recupere el crecimiento tras la pandemia o esté intentando transformar su tejido productivo con los fondos NextGeneration, puede hacer que un cambio de viento en Bruselas le complique la legislatura más de la cuenta a Sánchez.

Lo que está claro es que con estos mimbres empieza a navegar el Gobierno de coalición en un período que Pedro Sánchez espera culminar, como poco, en 2027.

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