Bienvenido al verano más caro de tu vida: un cóctel explosivo por el que gastarás más que nunca en comer, viajar y dormir mientras se multiplican las señales de alerta en la economía

Una pareja en una terraza de la playa de la Barceloneta durante la pandemia del coronavirus

Después de parecer que había tocado techo, la inflación ha vuelto a golpear en junio el bolsillo de los hogares españoles, y esta vez lo hace a doble dígito, alcanzando máximos que no se veían desde 1985.

La cesta de la compra se encareció un 10,2% interanual en junio, según el avance del IPC publicado este miércoles por el INE. Se trata de la mayor subida de precios experimentada en España desde mediados de los 80, cuando la crisis del petróleo disparó la cesta de la compra.

Este fantasma ha hecho que la mitad de todo lo que adquieres se haya disparado de precio en 2022, lo que se traduce en una pérdida de poder adquisitivo en los consumidores. Para finales de este año, los españoles habrán visto desaparecer 67 euros de poder de compra, 800 euros al cabo del año.

Si en 2019 el gasto medio se situaba en 30.242 euros al año, en 2021 cayó a 29.243 euros, un 3,3% menos, según la Encuesta de Presupuestos Familiares publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE)

Las partidas donde más recortan los hogares españoles son precisamente restaurantes y hoteles: en 2019, el consumo de estos servicios rozaba los 3.000 euros al cabo del año por hogar, mientras que en 2021 apenas llega a los 2.290 euros. Se trata de un desplome del gasto del 22,3%.

A esta perdida de poder adquisitivo no favorece el comienzo del verano, una época propicia para hacer todo tipo de planes que conllevan un gran desembolso en muchas ocasiones. Pero tras tantos meses de frío –y ya 2 años sin unas vacaciones en condiciones–, la temporada estival ofrece a muchos un largo y necesario descanso de la rutina para reponer fuerzas.

"Para conseguir desconectar de estos últimos años y recuperar la salud mental, necesitamos coger fuerzas y energías, regular nuestro estado anímico y bajar la ansiedad todo lo posible", señala Jordi Isidro, psicólogo de adultos en Cedipte-Psicología.

"No nos damos cuenta, pero estamos inmersos en un estrés postraumático colectivo, sumado a una inflación galopante, y necesitamos serenidad y calma para afrontarlo, y un buen método son las vacaciones", afirma el experto en ansiedad y estado de ánimo.

Pese a ello, recuerda, cada uno tiene que gastar en la medida que se pueda, sobretodo para que la economía no genere más ansiedad y depresión en las vacaciones. 

Cabe recordar que, aún en tiempos de inflación, hay formas de gastar menos dinero en verano sin renunciar a pasárselo bien

No obstante, la realidad es que el verano conlleva un esfuerzo económico extra frente a otros meses, y hay que saber disfrutar pero con cabeza, como indica a Business Insider EspañaMiguel Camiña, cofundador de Micappital, fintech de asesoramiento financiero independiente: "Es fundamental hacer una buena planificación de gastos que nos permita estimar cuánto dinero vamos a necesitar y si estamos capacitados para asumir ese gasto tan alto. En algunos casos, desgraciadamente, habrá que buscar un veraneo más humilde". 

"Si llegamos a gastar mucho más de lo razonable y empezamos a tirar de crédito podemos entrar en una situación de endeudamiento no recomendable. Desaconsejamos totalmente endeudarse para irse de vacaciones, pues convertir esa situación en normalidad supone un riesgo para nuestra economía doméstica. Si no podemos asumir el gasto que supondrá este verano, deberemos ser más modestos con nuestros planes", añade Camiña.

El alojamiento se dispara: el precio de los hoteles es un 15% superior al de 2019

Se espera el sector hotelero cierre el año con niveles superiores en ocupación y tarifas en comparación con los del año previo de la pandemia, lo que, inevitablemente, hará que las vacaciones de los turistas sean más caras que entonces.

En algunos destinos donde se prevé superar el 85% de ocupación, las hoteleras han subido notablemente las tarifas para hacer frente a los costes energéticos y de suministros. 

"La inflación hará que los turistas tengan que pagar más por sus viajes, sin embargo, al margen del IPC, lo que sin duda encarecerá los precios será los niveles de máxima o grandísima ocupación. Hay hambre de vacaciones y se nota en las reservas", apunta Alberto Gimeno, profesor de OBS Business School. "

Según la última encuesta de coyuntura turística hotelera, publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), los hoteles facturaron en mayo 95,3 euros de media por habitación ocupada (ADR). Esta cifra es casi un 15% superior a la del mismo mes de 2019. Comparado con 2021, el incremento es del 24,5%.

La vuelta de los turistas extranjeros ha elevado notablemente la demanda, lo que ha permitido a las grandes cadenas hoteleras subir su tarifa para combatir la inflación. Algunas como Meliá lo han hecho en un 18%, mientras que los clientes de Barceló pagarán un 8% más, en líneas similares a RIU o Paradores.

De la misma manera, las vacaciones de 2022 serán un 9,8% más caras para quienes busquen alquilar un piso en costa: pasar una semana en una vivienda de alquiler en las playas españolas costará 90 euros más que hace un año, según el último informe sobre los precios del alquiler semanal en las principales zonas de playa españolas publicado por la tasadora Tecnitasa. 

La cuenta en tu chiringuito de confianza te saldrá más cara que hace un año

Si ya te imaginas en tu chiringuito de la playa –ese, el de toda la vida– con unos calamares y una cerveza, ten claro que este año la cuenta te saldrá algo más cara que la del año pasado.

Pedirse unas puntillas de calamar tras un incansable día en la playa de Málaga o un arroz a banda a medio día en Valencia; probar los paparajotes en tu playa favorita de Murcia o el pisto manchego en tu visita al pueblo este verano... Todo ello costará más que en tus últimas vacaciones y a más de uno le sorprenderá el precio al que han llegado muchos platos típicos por la subida de la inflación.

Por ejemplo, si optas por veranear en la Comunidad Valenciana –una de las zonas más baratas de España–, te encontrarás con que muchos establecimientos han subido de precio. Un ejemplo claro es Denia, donde en algunos restaurantes de la zona se aprecian claras subidas de precio entre los precios prepandemia y la carta de este año

La Federación Empresarial de Hostelería de Valencia sostiene que la inflación y la escasez de productos de los últimos meses han incrementado en un 5% los costes totales a muchos restaurantes.

Desde El Pimpi, uno de los locales más míticos de Málaga, afirmaban recientemente a Business Insider España que, “si antes la materia prima restaba en torno al 34% de los beneficios, ahora la cifra está en el 41%, por lo que hemos tenido que subir los precios de los platos que aún dejaban margen”.

Según un estudio elaborado por la consultora Simon-Kucher & Partners en más de 20 países, casi el 80% de las empresas de restauración declaran que han subido los precios, y más del 50% que lo harán en los próximos meses. 

El transporte, por los aires

Pese a que para moverse por España existen multitud de opciones, ninguna de ellas parece salir a cuenta este verano.

Hasta el año pasado, una de las formas más baratas de moverse por la geografía española era en coche, pero eso es cosa del pasado si se tiene en cuenta el precio de los carburantes en lo que llevamos de 2022. Con ello, el coste de los combustibles se convierte en otra de las piezas del puzzle del verano más caro de tu vida.

Y, aunque el precio de la gasolina ha bajado este jueves en España por primera vez tras 10 semanas de récords históricos, viajar por carretera sigue siendo caro. 

De media, el litro cuesta esta semana 2,129 euros, según el último Boletín Petrolero de la Unión Europea – sin contar con el descuento obligatorio de 20 céntimos aprobado por el Gobierno–, lo que sigue siendo muy elevado. El diésel, por su parte, sigue subiendo y por primera vez alcanza los 2,100 euros por litro.

Estos precios han llevado a que en la primera operación salida de este verano, que coincide con el primer fin de semana de julio, BlaBlaCar prevea registrar más de 350.000 viajes, lo que supone un 40% más de actividad respecto al mismo periodo de 2019. Además, la plataforma de viajes compartidos ha detectado un incremento en el registro de nuevos conductores inscritos, con 14.000 nuevos sólo en el mes de junio, 1.500 más que en el mismo mes de 2019.

Si tu alternativa es el avión, tampoco estás de enhorabuena. Algunas compañías, como Ryanair, afirman que los viajes serán entre un 7% y un 9% más caros que en el 2019.

Aquí la culpa también la tiene el fuel, que supone alrededor de un 30% de los costes de una compañía aérea. El pasado mayo el precio del mismo era un 87% más caro que en el mismo mes de 2019, según los datos de IATA.

Antes todas estas subidas de precio que afectan de lleno a un sector muy tocado tras dos años con restricciones, Jaime Trabuchelli, tutor especialista de CESAE Business & Tourism School, señala que España perderá a una parte de los turistas que suelen hacer un menor gasto a favor de otros países más baratos, ya que no podrán permitirse venir a España. 

Sin embargo, explica, ganará a otros viajeros de un sector superior, con lo que subirá el gasto por turista. "Son los beneficios de ser el país líder en calidad-precio", afirma.

Con la mirada puesta en el final del verano

Cada vez hay más voces que apuntan a que, tras el verano, viviremos una temporada complicada, fundamentalmente por la inflación y por el impacto de la guerra de Ucrania en la economía. 

Algunos economistas alertan de que puede haber países que entren pronto en recesión, despidos en startups o ralentización de contrataciones en las mayores empresas del planeta.

Las autoridades del Banco Central Europeo pronosticaron en su reciente foro anual una mayor expansión económica a pesar de la inminente escasez de gas, pero, según publica Reuters, en las conversaciones privadas dominaban los temores de recesión.

El crecimiento se ha ralentizado este año en medio de las consecuencias de la guerra de Rusia en Ucrania, anulando el rebote económico de los bloqueos pandémicos y aumentando el riesgo de que cualquier nueva escalada del conflicto pueda ahogar el crecimiento que aún queda, informa el mismo medio.

Esto complicaría la vida al BCE, que se prepara para su primera subida de los tipos de interés en más de una década para frenar la inflación.

En su intervención, el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, advirtió de que la lucha contra la inflación podría arrastrar a la mayor economía del mundo a una recesión, lo que supondría un lastre para el crecimiento en otros lugares, incluida Europa.

En definitiva, y como se suele decir, disfruta de tus vacaciones mientras puedas, que te lo has ganado.

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