Meta pregona el potencial de la industria de los creadores de contenido, pero la realidad es muy distinta a lo que dice Zuckerberg

Creadores de contenido
  • Meta, empresa matriz de Facebook e Instagram, pregona el lucrativo negocio que es la economía de los creadores de contenido, que ya genera 1.000 millones de dólares.
  • Sin embargo, la desigualdad reina en el sector donde tres cuartas partes de esos creadores ganan por debajo de 25.000 dólares al año.

"Cada vez hay más personas que se ganan la vida creando contenidos atractivos", destaca Meta, empresa matriz de Facebook e Instagram, en un reciente estudio que ha comisionado sobre la industria de los creadores de contenido.

Estos creadores de contenido, más allá de las grandes celebrities, son una nueva clase de trabajador digital que se dedica producir contenido audiovisual para las plataformas de entretenimiento; de YouTube a TikTok, pasando por Instagram o Twitch.

En los últimos años, el sector ha explotado. De hecho, la pandemia supuso un fortísimo acelerón y según varias estimaciones, esta industria ya genera más de 100.000 millones de dólares en todo el mundo.

Sin embargo, la desigualdad entre los propios creadores es abismal, y a pesar de las bondades que empresas como Meta pregonan en estudios como el citado anteriormente, la realidad es muy distinta.

Aunque hay creadores mundialmente conocidos que pueden ganar millones de euros gracias a lo que suben a las redes sociales, el grueso del sector dedica horas y horas a producir contenido para estas plataformas, pero sus ingresos ni se acercan a lo que pueden ganar grandes figuras del panorama como Mr. Beast o El Rubius.

Streamers españoles Twitch

Según un estudio del Influencer Marketing Hub, los creadores multimillonarios son, en realidad, la rara avis, ya que 2 tercios de los creadores de contenido ganan menos de 25.000 dólares al año y una cuarta parte gana menos de 1.000 dólares. 

El salario medio en EEUU en 2021 estuvo en torno a los 63.000 dólares anuales.

En concreto, en España, un microinfluencer, es decir, un creador con entre 5.000 y 100.000 seguidores, recibe de media unos 102 euros por publicación, según otro estudio elaborado por el Observatorio Social de La Caixa en 2021.

Una de las conclusiones de este estudio es que los ingresos que perciben los microinfluencers por sus publicaciones no son proporcionales al impacto que generan en sus comunidades digitales. 

Meta, por su lado, extrae conclusiones más optimistas acerca del sector. Según destaca en su web, la industria de los creadores supone un lucrativo negocio que no deja de crecer, que cerca de 60 millones de estadounidenses forman parte de la llamada "clase creativa", y que hay una oportunidad de crear una "clase media de creadores".

"Para que los creadores puedan forjar con éxito este nuevo camino y seguir creciendo, necesitan apoyo. Por eso, la creación de herramientas para ayudarles a encontrar una audiencia, crecer y ganarse la vida", señala la empresa.

bárabra influencer

Durante los últimos meses, las redes sociales —inmersas en una guerra brutal por atraer talento creativo— se han visto obligadas a mejorar sus planes de monetización para que los creadores no dependan tanto de la publicidad y se puedan ganar la vida con su trabajo.

El propio Zuckerberg anunció el pasado año la inversión de 1.000 millones de dólares en esta área.

El estudio comisionado por Meta habla de un proceso democratizador en el sector, ya que "las plataformas permiten a los creadores llegar a audiencias y mercados que antes estaban controlados por las corporaciones de medios tradicionales y los editores". 

Aunque también añade lo siguiente: "[Las plataformas] no son partes desinteresadas; también maximizan sus propias oportunidades de monetización. Los creadores no solo les pagan tasas, sino que son vulnerables a los cambios en reglas, normas, pagos y algoritmos que las plataformas pueden imponer". 

Esa última parte es trascendental para entender la desigualdad que existe en el sector y la desprotección a la que se enfrentan los creadores digitales.

El algoritmo —cambiante y opaco— manda sobre el trabajo de los creadores de contenido; si quiere que un creador gane en popularidad le promocionará en la plataforma, y si el algoritmo le invisibiliza su contenido pasa a ser irrelevante.

Es el caso de algunos fotógrafos profesionales que en su día fueron (de los primeros) creadores de contenido muy populares en Instagram, pero que hoy prácticamente no existen para la red social tal y como han denunciado en Business Insider España.

Influencers del mundo

El universo de Zuckerberg, que abarca Facebook e Instagram es solo un ejemplo. En Twitch, propiedad de Amazon, las quejas de los streamers son muy similares, como también han denunciado en Business Insider España. Tras los cambios en el precio de las suscripciones por parte de la plataforma, muchos creadores vieron cómo sus ingresos se desplomaban, y lo peor de todo: no tenían manera alguna de cambiar lo que les había pasado ni tenían poder alguno de negociación.

"Están creando un entorno donde solo pueden sobrevivir los más grandes", contaba uno de esos streamers.

La carrera por la Web 3 y el metaverso ya ha empezado y como señalan en el informe de Meta, los creadores de contenido tienen un potencial enorme en el que explorar con la nueva tecnología. 

"Como creador, deberías ser capaz de utilizar la tecnología para recaudar dinero para financiar tus ambiciones. Si lo desea, debería poder vender acciones de tu futuro", dijo Adam Mosseri, actual CEO de Instagram. 

Si esto ocurre, "habremos creado un mundo en el que cualquiera con una idea convincente puede convertir su pasión en un medio de vida, lo que al mismo tiempo efectúa posiblemente la mayor transferencia de poder de las instituciones a los individuos de toda la historia".

¿Por qué iban a dejar escapar desde Menlo Park un negocio tan lucrativo como este?

Con Meta invirtiendo cantidades ingentes de dinero en su futuro metaverso, una manera de colonizar ese espacio virtual que está por venir, el próximo gran internet como se le ha bautizado, estas palabras de Mosseri acerca de poner los medios de producción en manos de los creadores, parecen sonar más a papel mojado que a otra cosa.

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