Las personas que tardan mucho en recuperarse del COVID-19 pueden sufrir trastornos en diferentes parte del cuerpo y la mente

Paciente de coronavirus
  • La pandemia está demostrando que hay pacientes de COVID-19 que tardan mucho tiempo en recuperarse de la enfermedad. 
  • Hace tan solo unos días la Organización Mundial de la Salud aseguró que estaba preocupada por las secuelas a largo plazo que parecía dejar la enfermedad. 
  • Un nuevo estudio en Reino Unido revela que las afecciones que sufren los pacientes a largo plazo de COVID-19 son multisistema y afectan también a la salud mental. 
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Aunque, de media, los pacientes de COVID-19 tardan unas dos semanas en recuperarse de la enfermedad, algunos sufren síntomas durante mucho tiempo después. De hecho, ya hay un nombre para los que siguen enfermos durante más de 100 días: portadores a largo plazo. 

Hace unos días, la Organización Mundial de la Salud mostró su preocupación por los efectos a largo plazo del coronavirus y las secuelas que dejan en los pacientes. 

"Empezamos a verlos en corazón, pulmones, cerebro o salud mental", aseguró la directora técnica, María Van Kerkhove.

Un informe del Instituto Nacional de Salud de Reino Unido confirma las palabras de Van Kerkhove, asegurando que una tendencia común entre los pacientes con COVID en curso —algunos de los cuales llevan siete meses o más enfermos— es que los síntomas aparecen en un área fisiológica, como el corazón o los pulmones, y luego surgen de nuevo en un área diferente, según recoge Reuters. 

"Esta revisión resalta el impacto físico y psicológico perjudicial que el actual COVID está teniendo en la vida de muchas personas", asegura la Dra. Elaine Maxwell, directora del informe.

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Las estimaciones realizadas por investigadores calculan que en torno a un 5% de pacientes de coronavirus no se recuperan en el plazo normal y mantienen los síntomas a largo plazo. 

Aunque todavía no se sabe suficiente sobre estos pacientes, la observación hasta la fecha sugiere que los síntomas podrían aparecer de forma cíclica y acaba afectando al sistema respiratorio, el cerebro, el sistema cardiovascular y el corazón, los riñones, el intestino, el hígado y la piel.

Además, los pacientes muestran una gran variedad de edades y de perfiles, lo que dificulta la labor de los científicos a la hora de intentar determinar por qué el coronavirus puede mantenerse durante más tiempo en algunas personas. 

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"Aunque se trata de una nueva enfermedad y estamos aprendiendo más sobre su impacto, los servicios tendrán que estar mejor equipados para apoyar a las personas con COVID en curso, ya que las nuevas pruebas están demostrando que hay importantes impactos psicológicos y sociales que tendrán consecuencias a largo plazo", concluye el informe.

Otra reciente publicación en JAMA Network ha recopilado lo que se sabe hasta ahora sobre las consecuencias a largo plazo del COVID-19. 

La investigación señala que los síntomas más comunes después de pasar el COVID-19 con un cuadro agudo son la fatiga y la disnea (dificultad respiratoria o falta de aire). Otros síntomas comunes son el dolor de las articulaciones y el dolor de pecho.

Además de estos síntomas generales, también se han reportado trastornos de órganos específicos que afectan principalmente al corazón, los pulmones y el cerebro.

La revisión de Reino Unido también pone de manifiesto que las secuelas tienen un impacto en la salud mental y no solo física. Cada vez más estudios investigan este aspecto de la pandemia y la revisión publicada en JAMA aseguraba que el impacto de la enfermedad y las medidas de confinamiento en la salud mental tiene el potencial de causar "una crisis sanitaria mundial".

De hecho, más de la mitad de las personas consultadas en una encuesta del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) indicaron que la pandemia de COVID-19 ha afectado de manera negativa a su salud mental, según ha informado la organización. 

En España, los expertos han estimado que los trastornos depresivos podrían aumentar hasta un 20% en los próximos meses y años a causa de la pandemia actual de COVID-19 y de las crisis social y económica que se prevén

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