La técnica 1-3-5 para decir adiós al estrés por teletrabajo

Enrique Luque de Gregorio
Teletrabajo desde casa

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  • ¿Te resulta difícil organizar el día para cumplir con todas tu tareas? La técnica 1-3-5 puede ser una ayuda para lograrlo.
  • Esta estrategia consiste, principalmente, en dividir las obligaciones otorgándolas una prioridad específica.
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Suele decirse que la vida es una cuestión de prioridades. En este sentido, organizarte bien no solo puede resultar útil, sino en ocasiones imprescindible. En la actualidad, uno de los principales problemas de muchos teletrabajadores pasa por el estrés y la falta de tiempo para ocuparse de realizar todas las tareas que tienen pendientes. Las 24 horas del día a veces no dan de sí. 

Por eso, cada vez es más frecuente que surjan métodos o prácticas que pretenden ayudar a no volverse loco con las rutinas diarias, sobre todo las laborales. Es el caso de la llamada técnica 1-3-5, cuya sencillez parece que está siendo capaz de beneficiar a muchas personas, especialmente a aquellos que acostumbran a sufrir estrés por teletrabajo.

¿En qué consiste la técnica 1-3-5?

Una de las cosas que tienen en común la mayoría de estrategias de trabajo que surgen últimamente en internet, es su marcada simpleza. Es decir, que tienen como objetivo suponer una ayuda práctica y sencilla, al alcance de todos. En este caso, la técnica 1-3-5 puede ser utilizada por casi cualquiera, pero sobre todo por aquellos que practican el teletrabajo.

¿Por qué? La razón es muy simple: por alguna razón, en casa suele ser más complicado organizarse las tareas diarias. Quizá también porque la mayoría de personas que teletrabajan hacen más cosas, o puede que simplemente el número de distracciones sea mayor. En cualquier caso, esta solución está pensada principalmente para la gente que no va a la oficina. 

El propio nombre de la técnica 1-3-5 ya da pistar de en qué consiste. Básicamente, lo que propone es una gestión del tiempo específica que divida el tiempo de tres formas: en una tarea principal (1), en tareas secundarias (3) y tareas más pequeñas (5). Esto tiene como propósito organizar los quehaceres desde lo más importante hasta lo que no es lo tanto. 

De esta forma, teniendo una idea clara de cómo hay que dividir el día, es más sencillo rendir de forma  eficaz. Además, dejas de correr el riesgo de perder de vista lo que verdaderamente es más relevante de tu trabajo, a veces por estar ocupado por otras tareas que también requieren tu atención. Quienes practican la técnica 1-3-5 coinciden en que son más productivos.

Las claves de la técnica 1-3-5

Una vez teniendo claro en qué consiste y cuáles son los objetivos de la técnica 1-3-5, lo siguiente pasa por saber a qué grupo pertenece cada tarea. La principal es aquella de la que más depende tu trabajo o que más impacto tiene en él. Por supuesto, también la que más urge. Hay que concentrarse en ella de manera prioritaria. 

Las tareas secundarias también conviene tenerlas en cuenta (incluso pueden derivar de la principal), pero no resultan tan fundamentales. Y en tercer lugar, las tareas más pequeñas son las que no tienen demasiado impacto, o son más sencillas. 

De esta forma no solo reducirás el estrés y la ansiedad, también conseguirás ajustar tus energías: las que más necesitan van primero, y luego aquello que se puede hacer sin requerir un esfuerzo tan considerable. 

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