¿Por qué tus sueños son tan lúcidos que los recuerdas mucho después de despertarte? Esto es lo que dicen los expertos

Los sueños ejercen un poderoso control sobre la mente humana y esto lleva siendo así desde hace cientos de años. Prueba de ello es que tan pronto como los humanos pudieron empezar a escribir, documentaron sus sueños. 

Pero a pesar de las decenas o cientos de miles de horas que pasas durmiendo a lo largo de tu vida, solo recuerdas algunos sueños mucho después de despertarte. Son los llamados sueños lúcidos. 

Lo que hace que algunos sueños sean tan vívidos que seas capaz de recordarlos puede tener que ver con el sueño en sí, con lo que ocurre en la vida real o con una mezcla de ambas cosas.

"Es normal recordar los sueños y también es normal no recordarlos", afirma Jennifer M. Mundt, directora del Laboratorio de Medicina Conductual del Sueño y del Programa de Formación de la Universidad Northwestern, en Estados Unidos.

A veces, sin embargo, los sueños pueden llegar a ser tan lúcidos y perturbadores que interrumpen el descanso. Cuando eso ocurre con regularidad puede poner en peligro tu salud.

Cuando sueñas más intensamente

Lo recuerdes o no, los seres humanos sueñan cada noche. 

Un ciclo de sueño típico dura entre 90 y 110 minutos y oscila entre dos fases principales: el sueño sin movimientos oculares rápidos (conocido como no REM o MOR) y el sueño con movimientos oculares rápidos (REM o MOR). 

Aunque los sueños pueden producirse en cualquiera de las dos fases, los más lúcidos suelen tener lugar durante la fase REM porque es cuando aumenta la actividad cerebral.

De hecho, las investigaciones demuestran que los niveles de actividad cerebral durante el sueño REM son comparables a los de cuando estamos despiertos. Y algunas zonas del cerebro están incluso más activas, como la amígdala y el hipocampo, que controlan nuestra memoria y nuestras emociones.

Esto puede explicar por qué los sueños durante la fase REM pueden parecer tan reales.

Por qué tus sueños son tan intensos y a veces perturbadores

No existe una respuesta sólida a por qué se sueña, pero sí está más claro por qué recordamos ciertos sueños. En primer lugar, el tiempo desempeña un papel clave.

A lo largo de la noche, pasamos por entre 4 y 6 ciclos de sueño. Con cada ciclo adicional, pasamos un poco más de tiempo en fase REM, por lo que tenemos más tiempo para soñar. Por lo tanto, es más probable que recordemos los sueños más cerca de despertarnos que justo después de quedarnos dormidos. También es más probable que recuerdes un sueño si te despiertas en mitad de un ciclo REM.

Además del momento, también influye el propio sueño. 

Cuanto más llamativo e intenso sea el sueño, más probabilidades hay de recordarlo, afirma Alan Eiser, profesor clínico adjunto de psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Michigan y asesor de los Centros de Trastornos del Sueño de Michigan Medicine. 

Además, "es más probable que recordemos los sueños si son perturbadores o si intentamos recordarlos conscientemente", añade Mundt.

En concreto, los sueños molestos o anormales son un efecto secundario habitual de ciertos medicamentos, como los fármacos cardiovasculares llamados betabloqueantes, los antidepresivos como la venlafaxina y, en un caso poco frecuente, el medicamento contra el insomnio ramelteon.

Las pesadillas también se asocian a trastornos médicos como la narcolepsia, el trastorno de estrés postraumático, el embarazo y la recuperación del alcoholismo y el abuso de sustancias. 

Cuando los sueños lúcidos se vuelven perturbadores, es el momento de tomar medidas, apuntan.

"Los sueños lúcidos pueden convertirse en un problema de salud cuando perturban notablemente el descanso nocturno durante un largo periodo de tiempo. Esto ocurre en el trastorno de estrés postraumático, los terrores nocturnos y los trastornos de pesadillas", afirma el Dr. Temitayo Oyegbile-Chidi, profesor asociado de neurología, epilepsia y medicina del sueño de la Facultad de Medicina de UC Davis.

Cómo superar las pesadillas intensas

El primer paso para prevenir las pesadillas es dormir lo suficiente y practicar la relajación guiada antes de acostarse, explica Mundt.

Si las pesadillas persisten y tienes problemas para volver a dormirte, Mundt recomienda fijarte en las cosas que te rodean para conectarte con el presente —como los objetos de tu habitación o el color de tus mantas— para recordarte que estás despierto y a salvo.

Sin embargo, si eso no ayuda, Mundt señala un tipo de técnica de terapia cognitivo-conductual llamada Terapia de Ensayo con Imágenes, que, se considera "la forma más eficaz de superar las pesadillas crónicas". 

Durante esta práctica, un profesional sanitario te ayuda a intentar cambiar el contenido o la narrativa de tu pesadilla. Puede hacerlo ayudándote a recrear imágenes positivas en lugar de las aterradoras y a ensayar el sueño reescrito, a veces entre 10 y 20 minutos al día, mientras está despierto. La idea es que, una vez dormido, las nuevas imágenes sustituyan a las aterradoras.

Si tus sueños son tan lúcidos que te interrumpen el sueño, recomiendan tomar nota de cualquier medicamento que estés tomando o de cualquier enfermedad que pueda estar contribuyendo a ello y consultar a un médico sobre cómo mejorar tu sueño.