Supongo que ya habrás visto los numerosos estudios que afirman que la inteligencia artificial ha llegado para reemplazar a millones de trabajadores.

En marzo de 2023, Goldman Sachs publicó un informe que indicaba que la IA generativa iba a afectar a 300 millones de puestos de trabajo en todo el mundo, provocando una "alteración significativa" del mercado laboral.

Ha habido ejemplos muy llamativos de empresas grandes y pequeñas que ya han reemplazado a algunos de sus empleados por una inteligencia artificial. IBM, por ejemplo, aseguró a principios de este año que iba a suspender la contratación de determinados perfiles que podrían ser sustituidos por la tecnología.

Algunos de los mayores expertos de este sector, como Daron Acemoglu, también han dado la voz de alarma sobre el impacto que puede tener la IA generativa en la mano de obra a largo plazo.

Muchos trabajadores temen por sus carreras. Según una encuesta elaborada por la consultora Boston Consulting Group (BCG), el 44% de los empleados en España cree que su empleo podría desaparecer por culpa de la inteligencia artificial.

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Esto no es de extrañar. A lo largo de la historia, la tecnología ha transformado el trabajo de múltiples formas, afectando considerablemente al mercado laboral durante el proceso. En un gran informe de investigación publicado recientemente, Morgan Stanley compara el auge de la IA con periodos anteriores de innovación tecnológica y las conclusiones ofrecen motivos para ser optimistas.

Un ejemplo serían las hojas de cálculo. Se trata de una tecnología que surgió a finales de los años 70 como una nueva forma de llevar la contabilidad, que se aceleró todavía más con la llegada de Microsoft Excel a finales de los 80.

Esto es lo que dice Morgan Stanley:

"A medida que la adopción de esta tecnología crecía rápidamente a lo largo de los años 80, especialmente tras la introducción de Microsoft Excel en 1987, vimos una reducción en el número de estadounidenses que trabajaban como encargados de libros contables y trabajadores de contabilidad/auditoría (de ~2 millones en 1987 a poco más de 1,5 millones en 2000), pero también vimos un aumento significativo de estadounidenses empleados como contables/auditores (pasando de ~1,3 millones en 1987 a ~1,5 millones en 2000) y analistas de gestión y directores financieros (de ~0,6 millones en 1987 a ~1,5 millones en 2000)".

En otras palabras, cualquier disminución de un tipo de empleo se vio compensada con creces por la creación de nuevos puestos de trabajo complementarios.

Algo parecido ocurrió con la introducción de los cajeros automáticos, que se decía que iban a acabar con el perfil del cajero de banco. En cambio, los cajeros abarataron el funcionamiento de una sucursal, mientras que la demanda de sucursales bancarias aumentó, creando aún más puestos de trabajo para los cajeros de los que había antes.

De nuevo, las conclusiones del estudio de Morgan Stanley:

"Durante muchos periodos anteriores de innovación tecnológica, ha habido predicciones de tremendas pérdidas de empleo y en general lo que hemos visto es lo contrario, impulsado por el aumento de la productividad, precios más bajos y también productos y servicios completamente nuevos".

Es importante señalar aquí que estas cifras muestran el número total de personas trabajando. Es absolutamente cierto que una persona puede perder su empleo como contable y no conseguir reciclarse profesionalmente o encontrar otro trabajo como contable o gestor financiero. Además, si eres ese contable, puede que no te sirva de mucho consuelo que se creen empleos que no están a tu alcance.

Eso hace que sea absolutamente fundamental ayudar a los profesionales que sí que se enfrentan a ese reto a desarrollar nuevas competencias, algo que Morgan Stanley sostiene:

Las alteraciones laborales de inteligencia artificial generativa podrían suponer una demanda sin precedentes de recualificación. Si bien las asociaciones público-privadas pueden mitigar la disrupción laboral de la IA, creemos que el alcance de las alteraciones laborales probablemente requerirá un aumento significativo de la capacidad para reciclar a un número importante de trabajadores.