Telefónica confía mantener a Digi en su red móvil aunque admite que tendrá que "renegociar" su acuerdo tras los remedies

José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica.
José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica.

Reuters/Hannibal Hanchske.

  • Telefónica ha asegurado en una llamada con analistas que confía en mantener el contrato mayorista con Digi en España después de los remedies de Bruselas, aunque habrá que renegociar.
  • También ha celebrado los últimos movimientos de Europa en relación con el fair share frente a las tecnológicas, pese a que mantiene la prudencia.

Los ecos de las últimas grandes noticias que se han producido en el sector de las telecomunicaciones, con la fusión de Orange y MásMóvil y el libro blanco de Breton, se han hecho sentir también para Telefónica.

El operador de José María Álvarez-Pallete ha presentado este jueves los resultados económicos de su año 2023 al completo, en los que puede celebrar un crecimiento en los ingresos del 1,6% hasta los 40.652 millones de euros, aunque ha entrado en pérdidas operativas de 892 millones a causa del ERE de plantilla en España y de otro ajuste en Reino Unido.

Más allá de comentar los resultados, en la llamada con inversores los analistas han preguntado a los ejecutivos de la empresa por cómo esperan que les afecten los últimos anuncios del sector, empezando por la fusión de Orange y MásMóvil en España, que este martes recibió luz verde por parte de la Comisión Europea dos años después del anuncio.

Como parte de esta aprobación, Bruselas ha establecido una serie de medidas para garantizar la competencia en las telecos españoles que benefician principalmente a Digi, que pasa a ser la cuarta compañía por cantidad de clientes.

Telefónica ha manifestado en repetidas ocasiones que la fusión de Orange y MásMóvil debería producirse sin remedios, en línea con su histórica petición de permitir una mayor concentración en el sector para competir en igualdad de condiciones con las grandes telecos estadounidenses o chinas, por lo que ha manifestado cierto descontento por el desenlace de la operación.

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"Sentimos que lo que ha sucedido es una oportunidad perdida para mandar otro mensaje", como ha respondido el presidente ejecutivo a la pregunta de un analista de Goldman Sachs.

Estas medidas o remedies incluyen la cesión de 60 MHz de frecuencias de red móvil a Digi y también la opción preferente de acceder a la red de Orange-MásMóvil en el futuro, aunque actualmente Digi utiliza precisamente la red de Telefónica para sus tarifas de móvil.

"No hay suficiente espectro en las bandas altas y medias, por lo que Digi no podrá ser un operador nacional sino solo parcial solo con esos 60 MHz. Ni siquiera Yoigo tenía su propia red", recuerda Ángel Vila, consejero delegado de Telefónica en referencia a la marca propiedad de MásMóvil que disponía de su propia red móvil pero la completaba con un acuerdo mayorista con Orange.

Pese a que la actual red móvil que tendría Digi no le asusta, el operador de origen rumano es el principal contrato que tiene actualmente como mayorista, por lo que una salida potencial si finalmente decide apostar por la red de Orange-MásMóvil podría suponer un duro golpe para los ingresos de Telefónica.

"Estamos en una buena posición para renegociar con Digi para que ambas compañías ganemos", según Vila, que al mismo tiempo que admite que será necesario negociar se muestra optimista ante el resultado de un potencial nuevo acuerdo. 

Se estima que actualmente Digi aporta 300 millones de euros anuales por usar la red de Telefónica, y su validez máxima es hasta 2026. Siempre puede terminar antes si el operador rumano lo decide, pero tendría que ponderarlo en función de si ha firmado alguna cláusula de permanencia.

Telefónica, prudente, celebra los últimos movimientos de Bruselas sobre el fair share

Por su parte, Álvarez-Pallete también ha compartido su impresión después de que este miércoles Bruselas liberara un paquete no legislativo sobre el futuro de las infraestructuras digitales en el continente. En resumidas cuentas, un libro blanco sobre los desafíos que aborda la industria de las telecomunicaciones europea.

"Las cosas están empezando a cambiar. Esto es solo el principio", zanjó Álvarez-Pallete en la call con la que la dirección de la multinacional española presentó sus resultados financieros. El directivo celebra, por ejemplo, que el texto de Bruselas contemple aspectos como la necesidad de contar con redes programables o la "desbalanceada relación" con la industria tecnológica.

"También habla de la fragmentación del mercado. Le dimos el tono para que Bruselas actuara y creo que algunas de las medidas deberán ir incluso más allá, pero es un estupendo punto de martida", ratificó. Realmente, el libro blanco que anunció esta semana el comisario de Mercado Interior Thierry Breton no es más que una guía con recomendaciones.

En junio se celebran nuevas elecciones europeas y es una incógnita el signo que adoptará la Comisión que emane de las posteriores negociaciones entre las instituciones comunitarias y los Veintisiete.

Por qué en este Mobile World Congress volveremos a oír a hablar de la retribución justa o fair share

En los últimos años, Bruselas ha sido mucho más complaciente con una histórica demanda de las telecos: el fair share o retribución justa, la exigencia de que las grandes plataformas digitales apoyen financieramente el despliegue de infraestructuras de red como compensación al enorme tráfico que consumen en las mismas.

O, en alternativa, que esas mismas plataformas reduzcan el consumo del tráfico que hacen.

El libro blanco que Bruselas liberó ayer abrió doce posibles escenarios y, en consecuencia, doce consultas abiertas a expertos y a industria. La patronal de las telecos europeas se felicitó por la redacción de este libro blanco, que pretende ser una guía para que la futura Comisión, esta vez sí, regule y legisle creando un nuevo Reglamento de Redes Digitales.

La CCIA, patronal que defiende los intereses de la plataformas digitales, fue más crítica por su parte. Denunció que el paquete no legislativo de Bruselas podía ser un "caballo de Troya" de las telecos para imponer su "ya rechazada demanda de una retribución justa". El año pasado, en el Mobile, uno de los co-CEO de Netflix denunció que el fair share implicaría pagar dos veces por la infraestructura.

Sobre el fair share, hay un precedente interesante: el de Corea del Sur, país asiático que aprobó en 2018 una normativa similar.

El pico de tráfico causado por la serie El juego del calamar hizo que Netflix se viese en una disputa judicial con el operador local SK Telecom, al que tuvo que compensar económicamente. Aquella bronca se resolvió con un acuerdo estratégico amistoso. Peor suerte corrió Twitch, que a finales del año pasado cesó sus operaciones en el país asiático a consecuencia de esos altos costes.

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