Orange y MásMóvil se fusionan: 4 grandes cambios que afrontará el futuro del sector de las telecos en España

Jean Françoise Fallacher, futuro presidente de la joint venture de Orange España y MásMóvil, y Meinrad Spenger (derecha), CEO de MásMóvil, que lo será de la nueva empresa.
Jean Françoise Fallacher, futuro presidente de la joint venture de Orange España y MásMóvil, y Meinrad Spenger (derecha), CEO de MásMóvil, que lo será de la nueva empresa.

BI España (Getty / Orange / X)

  • La Comisión Europea ha aprobado la fusión entre Orange y MásMóvil, una decisión histórica para el sector, aunque tiene condiciones.
  • El nuevo mercado que surgirá a partir del segundo trimestre de 2024 en España se enfrenta a varios cambios importantes por esta medida.

Puede que te suene a déjà vu, pero el sector de las telecomunicaciones vive otro momento histórico más, en esta ocasión por la luz verde a la fusión entre Orange España y MásMóvil.

Este martes, dos días antes de lo que los propios implicados esperaban, la Comisión Europea ha aprobado la fusión entre los dos operadores, dando el sí definitivo que permite seguir adelante a una operación que lleva en marcha desde que se anunció hace casi dos años, en marzo de 2022.

La decisión de Bruselas finalmente ha tenido una serie de condiciones destinadas a proteger la competencia, conocidas como remedios o remedies, con las que ha buscado proteger el mercado reforzando la posición del principal operador móvil virtual: la rumana Digi.

Tanto por las condiciones como por la propia luz verde, desde ya el mercado de telecomunicaciones pasará a ser distinto en muchos sentidos.

A continuación, Business Insider España recopila las principales consecuencias de la luz verde a la fusión de Orange y MásMóvil y las condiciones impuestas por Europa para proteger la competencia.

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Como consecuencia, la joint venture de Orange y MásMóvil será el primer operador de España por número de clientes, con más de 7,3 millones de clientes de banda ancha, más de 30 millones de servicios de móviles y más de 2,2 millones de clientes de televisión.

Con esto sitúa por delante de Telefónica, que acabó el último año fiscal completo con 19,3 millones de accesos en móvil, 5,86 accesos de banda ancha fija y 4,55 usuarios convergentes. Es la primera vez en la historia que Telefónica no es el primer operador por cantidad de usuarios pese a que el sector se privatizó en 1997.

La empresa resultante, que se constituirá a finales del primer trimestre y que echará a andar en el segundo trimestre de 2024, tendrá unos ingresos estimados de más de 7.400 millones de euros, EBITDAaL de más de 2.300 millones y valor total de valor de empresa de 18.600 millones de euros.

Solo por poner este dato en valor: Vodafone, el tercer operador por cantidad de consumidores, vendió a finales del año pasado su negocio en España a la gestora británica Zegona por apenas 5.000 millones de euros.

Por su parte, las medidas de la Comisión favorecen a Digi, que pasa a ser el cuarto operador en la actualidad, por detrás de Vodafone y con amplio margen por detrás del resto de OMVs. Digi superó los 6,1 millones de clientes al cierre del tercer trimestre de 2023.

La fusión puede causar una subida de precios

Uno de los principales problemas derivados de la formación un gigante de las dimensiones de Orange y MásMóvil juntos es que pueda producirse una subida de precios y eso reduzca la competencia, como ya había alertado Bruselas cuando puso la operación en pausa el verano pasado.

Aunque ha pasado un tanto desapercibido, en el mismo comunicado en el que daba luz verde a la operación, la Comisión Europea también admitía que la fusión podría haber incrementado los precios a los consumidores en más de un 10%.

Bruselas espera que la subida de precios quede en parte mitigada por las condiciones que refuerzan la posición de Digi como cuarto operador por detrás de MásMóvil.

Entre estos remedios destacan 60 MHz de frecuencias móviles para que Digi comenzar su propia red y un acuerdo de roaming nacional opcional para que el operador de origen rumano pueda usar preferentemente la red de la joint venture, en lugar de la de Telefónica que emplea hoy.

No obstante, el poder que pasa a concentrarse en Orange-MásMóvil y en Telefónica hace que no sea descartable una subida de precios, aunque no llegue al umbral que preocupaba a Bruselas. Y de hecho, los precios ya han subido a comienzos de 2023 y de 2024 a causa de la inflación.

Las sinergias de la operación beneficiarán a ambas empresas, pero no convencen a Bruselas

Orange y MásMóvil han defendido como uno de los grandes puntos fuertes que la fusión generará unas sinergias esperadas de más de 450 millones de euros al año a partir del cuarto año tras el cierre de la operación. Es decir, a partir del segundo trimestre de 2028.

En su comunicado no han llegado a valorar las medidas de Bruselas, que precisamente los dos operadores implicados habían pactado con Digi en diciembre, sino que solamente se han referido a ellos como "remedios equilibrados".

Al mismo tiempo que acepta la fusión y acepta las condiciones que se le propusieron, la Comisión Europea sí que ha dejado un mensaje que hace referencia a estas sinergias y que considera que no son suficientes para garantizar la competencia del mercado.

"Las eficiencias que la operación podría haber generado, como ahorros de costes o un mayor despliegue de 5G o fibra, no habrían compensado los importantes efectos anticompetitivos de la operación", argumenta la Comisión.

Más presión a Bruselas para que acceda a desregular el sector

Aunque la autorización de Bruselas a la joint venture entre Orange España y MásMóvil tiene como consecuencia ese reparto de remedies del que se beneficia Digi, cada vez son más voces en el mundo de las telecomunicaciones que exigen una desregulación total en la Unión Europea. 

Sin ir más lejos, en ese sentido se viene pronunciando desde hace años José María Álvarez-Pallete, presidente ejecutivo de Telefónica. En el último investor day de la multinacional, a finales del año pasado, lamentó que el proceso de fusión no hubiera sido entonces todavía autorizado y defendió que no se le impusiesen condiciones ni a MásMóvil ni a Orange.

"El sector es estratégico. Somos la clave de la conectividad del futuro. Lo que no se entiende es que se nos regule con reglas del siglo pasado. Lo único que pedimos es una cosa, es que se nos desregule, que se nos deje competir en igualdad de condiciones, porque las reglas se han quedado obsoletas", criticó.

Es plausible que estas críticas se reproduzcan en los próximos días, en el marco del Mobile World Congress de Barcelona, que abrirá sus puertas el lunes. La desregulación y la exigencia de una retribución justa o fair share —que la industria tecnológica colabore financiando el despliegue de redes dado el enorme tráfico que utilizan— son las dos grandes demandas de la industria.

Efectivamente, el sector de las telecomunicaciones en Europa es débil. Y una posible solución sería esa desregulación que demandan algunas voces. Síntomas de esa debilidad son, por ejemplo, la sorpresiva entrada de Saudí Telecom (STC) en Telefónica hace unos meses, y la consecuente entrada del Estado en la firma española para contrarrestar ese asalto.

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Sin embargo, parece improbable que esas voces vayan a ser atendidas, al menos por ahora. La semana pasada Reuters accedió a un documento de la Comisión Europea que abría la puerta a suavizar las normas contra las fusiones.

"La fragmentación del mercado de redes y servicios de comunicaciones electrónicas de la UE a lo largo de las fronteras nacionales podría afectar a la capacidad de los operadores para alcanzar la escala necesaria para invertir en las redes del futuro, en particular con vistas a los servicios transfronterizo", incidía aquel documento.

Sin embargo, la propia comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, disipó todas las dudas esta misma semana. Preguntada por los periodistas sobre si Bruselas tenía planes en ese sentido, Vestager fue tajante: "No, ninguno".

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