Estos son los procesos que siguen las funerarias de Nueva York a la hora de recoger los cuerpos en pleno epicentro de la pandemia

  • En plena pandemia del COVID-19, aquellos que han perdido a un ser querido ahora mismo deben hacer frente al distanciamiento social impuesto y a las restricciones de las funerarias, además de sufrir su pérdida.
  • Para los trabajadores de las funerarias del mundo, tienen que acatar estas restricciones y a su vez guiar a las familias en un duelo muy difícil y especialmente doloroso. 
  • Con número cada vez mayor creciente de muertes en Nueva York, los trabajadores se están quedando sin mano de obra, equipos de protección personal y espacio para los cuerpos de los fallecidos. Aun así, continúan trabajando.
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Esta es la transcripción del vídeo.

Narrador: cuando un ser querido muere, lo que queremos es celebrar su vida. Pero esta pandemia ha impactado incluso hasta en la forma en la que lloramos. Y mientras Nueva York se convierte en el epicentro de la pandemia del COVID-19 en Estados Unidos, los empleados de los servicios funerarios están haciendo lo que pueden para mantener el ritmo. 

Dave Mosher: los directores de funerarias, las funerarias, los embalsamadores, todos los que tienen que ver con los cuerpos, están poniéndose en riesgo.

Narrador: él es Dave.

Mosher: me llamo Dave Mosher, y soy periodista senior de Business Insider. Acabo de dejar el servicio funerario de internacional de Nueva York, ubicado en Brooklyn, y ellos se están encargando de lo que probablemente sea el mayor número de muertes del COVID-19 que está saliendo de esta pandemia. 

Narrador: Dave acompañó a los trabajadores de los servicios funerarios durante un día para ver cómo está siendo su trabajo realmente su trabajo durante el brote de coronavirus. 

Mosher: me puse la protección personal, PPE, como una mascarilla, guantes quirúrgicos, también me lavé las manos e hice otras cosas para minimizar el riesgo mientras me documentaba para esta ocasión. 

Narrador: siguió de cerca a Pat Marmo, director y dueño de seis funerarias en Brooklyn. Antes del COVID-19, Pat normalmente trabajaba con 40 casos en su lisa. 

Mosher: cuando me pasé por su empresa tenían 61 cuerpos en su lista, y 15 de ellos eran cuerpos del COVID-19.

Narrador: pero ya para el 6 de abril, su lista tenía 300 casos. 

Par Marmo: ninguna funeraria tiene la infraestructura para manejar tal volumen. Ninguna. Solo tienen para un número limitado de personas. El teléfono suena día y noche. Estamos todos muy abrumados. 

Narrador: el problema no es solo el número de muertes. El traslado de los cuerpos también se ha ralentizado. 

Mosher: para que el cuerpo sea cremado o enterrado, la oficina del médico forense tiene que aclarar la causa de la muerte en un certificado de defunción. 

Marmo: De modo que lo que pasa ahora es que los médicos que no tienen un caso confirmado de COVID-19, lo certifican como neumonía. Así que ahora no aceptan esa causa de muerte, tenemos que esperar a tener la causa de muerte correcta para que sea aprobada para la cremación. 

Narrador: se tardan hasta tres días conseguir el certificado de defunción.

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Marmo: el otro problema con el que nos encontramos es que no conseguimos los certificados de defunción online lo suficientemente rápido Los médicos están abrumados. Así que las personas se quedarán en el hospital un día más o menos, porque el certificado de defunción aún no está firmado. 

Narrador: durante este tiempo, el cuerpo se tiene que quedar en algún lugar. Ese retraso, junto con el creciente número de muerte en Nueva York ha llevado a las morgues de los hospitales a un estado de saturación. En Nueva York, una persona muere por culpa del COVID-19 cada 10 minutos, y se espera que esa tasa siga creciendo. Para mantenerse al día, los hospitales y la Oficina del Forense Jefe ha construido morgues improvisadas, tiendas de campaña blancas y remolques de tractores refrigerados instalados fuera de los hospitales de Nueva York. 

Para sacar a un difunto de una morgue en la ciudad, ya pueda ser que el cuerpo tenga COVID-19 o no, un miembro de la familia llama a Pat para los arreglos del funeral. Una vez que el certificado de defunción está listo, Pat y su equipo trasladan el cuerpo de la morgue hasta el lugar de descenso final. 

Mosher: fue realmente increíble ver a estas personas en su trabajo, poniéndose en riesgo durante una pandemia para reunir los cuerpos de los seres queridos con sus familias, para que esas mismas familias puedan llorar la pérdida de esa persona. 

Narrador: y para los directores de funerarias como Pat, la batalla es arriesgada. Se enfrentan a horas cada vez más largas, un número cada vez mayor de recogidas y la posibilidad de enfermarse ellos mismos. Aunque las probabilidades son bajas, el coronavirus se puede propagar desde el cuerpo de una persona después de que haya muerto, por eso los trabajadores de la funeraria tienen que ser muy cautelosos. 

Mosher: antes de salir a recoger un cuerpo, Pat y su asistente se hacen con todo el spray desinfectante que necesiten, incluyendo distintos equipos de protección personal para poder protegerse. Me uní al equipo de Pat para recoger un cuerpo con COVID-19 para el que habían sido avisados esa misma mañana. Mientras recogíamos ese cuerpo, dos cuerpos más con COVID-19 reclamaban su atención desde ese hospital.

Marmo: es solo trabajo extra que tenemos que hacer, tenemos que encargarnos de él. 

Mosher: Una vez que llegamos al hospital, a todos nos hicieron un chequeo de la temperatura en la entrada para asegurarse de que no teníamos fiebre. Todos nos pusimos las mascarillas y los guantes, y el asistente de Pat también tuvo que ponerse una bata y un protector facial, porque iba a trabajar más cerca del cuerpo. Van a la morgue, localizan el cuerpo y rocían la bolsa con spray desinfectante, especialmente la parte de la cremallera. Luego abren la bolsa para verificar la identidad de la persona.

Marmo: cogí un pedazo de algodón, puse un poco más de ese químico por encima y le tapé la boca. De esta manera, cuando lo tuviera que mover, lo que tuviera en los pulmones no saldrá. 

Narrador: Pat y su equipo cargan cuidadosamente la camilla en la camioneta y conducen de vuelta a la funeraria, donde de baja el difunto por las escaleras para ser embalsamado. 

Marmo: bueno, al principio nadie debería embalsamar el cuerpo en estos casos. Pero yo lo haré. Pero han llegado tan rápido que no hay posibilidades de que pueda hacerlo. Tengo buenas personas trabajando para mí. Vinieron y me dijeron: “Escucha Pat, estamos dispuestos a hacerlo. Estamos dispuestos a ayudarte”. 

Narrador: el embalsamamiento es parte de la preparación del cuerpo para un funeral, y los servicios funerarios son muy diferentes ahora durante la crisis del coronavirus.

Mosher: la gente todavía está intentando celebrar funerales. Lo que los directores de funerarias recomiendan es que se hagan videollamadas para que la gente pueda estar presente mientras llora la pérdida de un ser querido. Pero es algo desgarrador ver a los familiares tratar de celebrar el servicio todos de pie a unos metros de distancia, no puede haber más de 10 personas. No parece la mejor manera de honrar a tus seres queridos, pero en algunos casos, estas familias no tienen otra opción. 

Narrador: después del servicio fúnebre, Pat y su equipo usan las mismas precauciones para transportar el cuerpo al crematorio. 

Mosher: la cremación es el servicio funerario más rápido y común estos días, pero incluso ahora se está convirtiendo en una pesadilla logística durante esta pandemia.

Marmo: estos crematorios tampoco pueden aguantar la presión. Así que están dando cita. Tenemos que llamarles con antelación y te dan un horario, para saber cuándo traer a ciertas personas.

Narrador: y el número de casos continúa aumentando. 

Marmo: espero que alguien intervenga y trate de ayudar a encontrar una solución. Especialmente si la gente está muriendo de esta manera, y solo va a peor. No lo sé, no lo sé. 

Mosher: antes de llegar a casa tras la faena, me quité toda la ropa y me puse un nuevo conjunto. Desinfecté todas mis cosas y luego me di una larga ducha con mucho jabón. Después de eso, me derrumbé por simple agotamiento emocional. La realidad de esta pandemia me golpeó en ese momento de una manera que no había hecho antes. De repente me pareció muy, muy real. 

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