13 enfermedades asociadas a una mala alimentación

Chica comiendo comida basura, refrescos, atracón

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Descuidar tu alimentación es uno de los hábitos que te hacen envejecer muy rápido día a día y que más en peligro ponen a tu salud

"La alimentación es la base fundamental para la salud óptima de cualquier órgano del cuerpo. 'Somos lo que comemos' es una frase que lo define muy bien de Ludwig Feuerbach, filósofo y antropólogo alemán", recuerda con Business Insider España Mónica Herrero, especialista en Nutrición y Dietética en Centro Médico Cruz Roja, Multiconsultas y Centro Médico Zaragoza y miembro de Top Doctors

Comer variado y tener una dieta lo más equilibrada posible hará que el sistema inmunitario trabaje también mucho mejor, destaca Ylenia López Llata, nutricionista, dietista y coach nutricional.

"Al final, llevar una mala alimentación ya no sólo provoca enfermedades a largo plazo como cáncer, diabetes o infartos de miocardio, sino también a medio y corto plazo como alteraciones de memoria, astenia e incluso insomnio", advierte el Dr. Miguel Ángel Berenguer Francés, oncólogo médico y radioterapéutico, miembro de Doctoralia en una entrevista con Business Insider España.

12 tipos de cáncer que están relacionados con una mala alimentación

A pesar de los beneficios que aporta, según el Dr. Berenguer, mantener una dieta equilibrada es una de las carencias más importantes de nuestra sociedad —especialmente en la gente joven, puntualiza—. 

"Tenemos la falsa creencia de que estar bien alimentado es estar bien nutrido", señala el experto. 

"Uno de los marcadores de estar bien alimentado es una analítica en la que los parámetros pueden estar correctamente, pero haber carencias nutricionales de ciertos aminoácidos o electrólitos que juegan un papel importante en el sistema inmune, que es la primera barrera para evitar enfermedades como el cáncer. Hay que saber diferenciar entre estar bien alimentado y correctamente nutrido", dice.

La doctora Montse Folch, especialista en Nutrición y Dietética del Centro Médico Teknon y miembro de Top Doctors recomienda 5 unidades de frutas y vegetales crudos al día, aumentar la ingesta de proteínas y fibra.

"Lo más saludable es llevar una alimentación variada y equilibrada, con un consumo de frutas, verduras y hortalizas diario. Unas 5 piezas o raciones todos los días, combinada con legumbres, cereales, mejor integrales, pescado, carne, huevo, y acompañada de lácteos y frutos secos", coincide Herrero. 

Estas son 13 de las enfermedades que se relacionan con una mala alimentación. 

Alzhéimer

Una mujer con dolor de cabeza.

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La alimentación puede jugar un papel fundamental en el deterioro cognitivo, tal y como ha citado Berenguer. 

De hecho, varias investigaciones han demostrado que comidas como los cereales azucarados, la bollería industrial, los refrescos light y un exceso de carbohidratos pueden potenciar el riesgo de que tengas alzhéimer.

"La mala alimentación repercute de forma directa en la salud mental y llega a influir en el alzhéimer o la demencia", reconoce a elDiario.es la neurocientífica Raquel Marín, también profesora de Fisiología en la Universidad de La Laguna. 

Obesidad

Obesidad

La obesidad es también un riesgo para casos graves de otras patologías, según MedLine Plus. Entre ellas: enfermedades cardíacas, problemas cerebrovasculares, artritis y algunos tipos de cáncer. 

De hecho, la condición también se ha relacionado con los casos más graves del COVID-19. Un estudio publicado en Annals of Internal Medicine encontró que era uno de los factores de riesgos de muerte con el nuevo coronavirus. 

Osteomalacia

Dolor en la pierna.

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Según Life Strong, la incapacidad de absorber vitamina D o de no recibir suficiente luz solar puede provocar un debilitamiento en la estructura ósea por osteomalacia —problemas de reblandecimiento de los huesos—.

En niños también podrían darse casos de raquitismo, el ablandamiento y debilitamiento de los huesos.

Hipertensión

presión arterial

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El exceso de grasas y sal podría llevarte a desarrollar problemas con la presión arterial. La presión elevada impide la circulación de la sangre.

Las personas que tienen hipertensión tienen más probabilidades de sufrir infartos o embolias cerebrales. 

Diabetes

Diabetes.

Tal y como se mencionaba con anterioridad, las personas que tienen sobrepeso tienen un mayor riesgo de diabetes tipo 2 en comparación con las que tienen un peso normal. Esto se debe a que sus cuerpos tienen más problemas para utilizar la insulina que producen. 

De hecho, según la Asociación Americana de la Diabetes, una buena nutrición —de alimentos integrales y frutas y verduras frescas— es una de las mejores maneras de prevenir la diabetes

Patologías cardiovasculares

Ataque al corazón, infarto.

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"Dos de las principales causas de enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular son la presión arterial alta y el colesterol alto en sangre", confirman los datos de los CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos).

Este tipo de patologías aumentan también los factores de riesgo de otras enfermedades, como el COVID-19.

Enfermedades oculares

Frotarse los ojos

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"Algunos nutrientes mantienen el ojo sano en general, y se ha descubierto que algunos reducen el riesgo de enfermedades oculares", ejemplifica Rebecca J. Taylor, doctora oftalmóloga en Nashville, Tennessee, Estados Unidos, en la Asociación Americana de Osteopatía.

Según Herrero, la vitamina A puede mejorar la salud de los ojos y puede ayudar en la degeneración macular y las cataratas

Cáncer

Una paciente de cáncer come con su familia.

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"El sobrepeso y la obesidad están asociados con al menos 13 tipos de cáncer, incluido el cáncer de endometrio (uterino), el cáncer de mama en mujeres posmenopáusicas y el cáncer colorrectal. Estos cánceres constituyen el 40% de todos los cánceres diagnosticados", explicitan también los expertos de los CDC.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca del 30% de los casos de cáncer están relacionados con malos hábitos alimenticios.

Una revisión de 123 estudios, revisada por pares, encontró también que regímenes como la dieta keto se asociaban al cáncer de colon, enfermedades cardíacas y el alzhéimer, mencionado con anterioridad.

Déficits en la función cerebral

Un hombre relajado sentado en el ordenador trabajando.

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El Dr. Berenguer destaca que, además de las enfermedades que puedan aparecer en el futuro, una alimentación desequilibrada también afecta a las funciones neurológicas básicas del día a día, por lo que algunos pacientes pueden tener problemas para memorizar o concentrarse. 

Los Centros recomiendan a las mujeres embarazadas que cuiden también los niveles de hierro y de yodo porque bajos niveles se asocian con retrasos mentales y conductuales en los niños. 

Anemia

Joven en el sofá

La ausencia de algunos nutrientes podría estar también relacionada con la aparición de la anemia: el hierro, la vitamina B12... 

La misma se caracteriza por la persistencia de la fatiga, la sensibilidad a las bajas temperaturas, los dolores de cabeza y latidos cardíacos rápidos e irregulares.

Apnea del sueño

Apnea del sueño.

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Según Terapia CPAP (presión positiva continua en vías aéreas), el consumo excesivo de alcohol, nicotina y comidas copiosas aumenta las probabilidades de sufrir apnea del sueño.

Este trastorno del sueño también suele estar más presente en pacientes con obesidad, según la organización. 

Síndrome de ovario poliquístico

Dolor de estómago.

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La alimentación deficiente, el exceso de peso y una vida sedentaria pueden ser factores de riesgo del síndrome de ovarios poliquísticos.

Conforme a las indicaciones de la dietista y nutricionista Irene Casablanca, una mala alimentación —"llena de alimentos ultraprocesados, grasas de mala calidad, azúcar…", enumera— produce una inflamación del organismo y el tejido adiposo y altera la flora intestinal.

Depresión

Un hombre llora de tristeza.

Una dieta saludable (la dieta mediterránea, por ejemplo) se asocia con un riesgo significativamente menor de desarrollar síntomas depresivos, según un estudio divulgado por expertos de la Universidad de Harvard.

"Los patrones alimentarios no saludables son comunes en la población universitaria y se relacionan con la presencia de ansiedad, estrés y depresión", concluye también una investigación publicada en  Nutrición Hospitalaria.

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