3 patrones que sigue a diario un operador de bolsa que consiguió una rentabilidad de 630% en 3 años y enseña a otros 'traders' a hacerse millonarios

Laila Maidan
| Traducido por: 
Timothy Sykes ahora viaja por el mundo enseñando a otros cómo operar con acciones de riesgo.
Timothy Sykes ahora viaja por el mundo enseñando a otros cómo operar con acciones de riesgo.

Timothy Sykes

  • Timothy Sykes aprendió a operar con valores de un céntimo tras analizar una serie de patrones recurrentes.
  • Ahora enseña a sus alumnos a identificarlos y negociarlos con mayor porcentaje de ganancias. 
  • Realiza una o 2 operaciones al día durante los picos o caídas de pánico de la mañana.

En su último año de instituto, la mayor parte de 1999, Timothy Sykes tuvo que hacer frente a una recuperación quirúrgica tras una lesión de tenis. 

Exento de tareas escolares o de practicar deporte, tenía mucho tiempo libre. Ese año, el mercado bursátil era noticia por el entusiasmo de los inversores en empresas relacionadas con Internet, las conocidas como puntocom. Todo este entusiasmo atrajo la atención de Sykes. 

En ese momento, quería meter en bolsa todo su dinero del Bar Mitzvah, unos 12.000 dólares (casi 11.000 euros al cambio actual). El regalo estaba depositado en bonos de la serie EE, un vehículo de inversión de bajo riesgo. Sus padres dieron por hecho que lo perdería todo, pero no se interpusieron porque pensaron que sería una buena lección sobre lo que ocurre cuando se especula, cuenta Sykes.

En aquella época, no existía una regla para operar en bolsa, con lo que no necesitaba un mínimo de 25.000 dólares (unos 22.700 euros) para hacerlo. Con muy poca estrategia, empezó a comprar empresas al azar, sobre todo grandes nombres que no se movían mucho. Recuerda haber perdido al menos el 50% de sus apuestas en aquellos primeros días.

Al final descubrió que la mayoría de las grandes ganadoras eran pequeñas empresas relacionadas con el maravilloso mundo de Internet. 

De hecho, la primera vez que detectó un patrón repetitivo fue al observar que las marcas que añadían ".com" a sus nombres veían subir sus acciones. Sykes recuerda haber puesto a prueba esta hipótesis y haber ganado dinero con varias empresas, entre ellas una tienda de material de camping llamada Sportsman's Guide. 

 

También se dio cuenta de que se producían repetidas subidas, cuando una acción abría por encima del precio de cierre del día anterior, principalmente entre el viernes y la apertura del lunes. Durante su primer año en la universidad, probó su teoría de fin de semana con una empresa llamada Illinois Superconductor Corporation, que además había anunciado noticias positivas sobre un producto. 

Y así, Sykes reconoce que al principio era un ignorante feliz, pero que tuvo suerte porque empezó en el momento adecuado: poco después del desplome del mercado de 1998 y de un repunte que duró hasta bien entrado el año 2000. Es lo que también experimentaron muchos de los operadores minoristas que empezaron en 2020, ejemplifica. 

Business Insider ha visto las cuentas IRA en las que opera Sykes. Norman Zadeh, fundador del United States Investing Championship, también ha revisado sus declaraciones, y asegura que sus ganancias entre 2020 y 2022 sumaron un 630%.

Hoy en día, los ingresos de Sykes provienen de su programa online Desafío Millonario, en el que enseña a otros cómo convertirse en traders. Aunque sigue operando a diario, dona sus ganancias a obras benéficas y utiliza sus operaciones como lecciones en directo para demostrar su método. 

Entre algunos de sus mejores alumnos se encuentran Jack Kellogg, que ganó 8 millones de dólares (7,3 en euros) en 2 años, y Kyle Williams, un joven de 26 años que ganó más de 2,5 millones de dólares (2,2 en euros) en el mismo periodo.

Pero no todo el mundo se hace millonario con el trading. Sykes dice que la mayoría de los operadores pierden por varias razones: la falta de formación, operar sin atenerse a las reglas, el exceso de operaciones, el apalancamiento y el tamaño excesivo de las posiciones. 

Tampoco está seguro de qué porcentaje de sus alumnos tiene éxito. Compara su programa con la suscripción a un gimnasio, en el que la mayoría de los que se inscriben no tienen éxito o no siguen el programa.

La estrategia y los patrones del maestro

La gente cree que existe una fórmula exacta o una lista de valores con los que operar. Ninguna de las 2 cosas es cierta, dice Sykes. Se trata de entender el proceso, tu estilo de negociación y adaptarte a un entorno en constante cambio. 

Su propio enfoque se basa en una pauta que él denomina "Pennystocking Framework", que tiende a producirse cuando los valores de bajo coste o de pequeña capitalización suben cientos de puntos porcentuales. 

Para detectar el inicio de esta pauta, crea una lista de seguimiento con las mayores ganancias porcentuales del día, —normalmente las que suben entre un 30% y un 200%—. La lista también puede incluir los valores que más hayan subido en los 10 días anteriores, pero los valores con más recorrido deben pertenecer a un sector en auge, como la inteligencia artificial

Además, busca noticias de última hora antes de la apertura. La lista de seguimiento podría tener entre 10 y 15 valores. En 2020 y 2021, la lista llegó a 30 valores porque el mercado era volátil y muchos repuntaron. (También comparte su lista con sus estudiantes, pero depende de ellos determinar las acciones y las configuraciones para operar en función de si prefieren ir en corto o en largo).

Sykes busca valores que rompen al alza de forma convincente. Aunque no es una ciencia exacta, si un valor ha superado el volumen total del día anterior con una ruptura técnica de entre el 5% y el 10% sobre sus máximos anteriores, es un buen candidato. Para evitar perseguirlo, espera a que el valor retroceda hasta su nivel de ruptura clave antes de comprar

Otra de las operaciones que le gusta hacer es vender en el primer día verde tras una noticia catalizadora. Las mejores se producen cuando una empresa hace un anuncio un viernes. A Sykes le gusta tomar una posición ese día para vender el lunes siguiente, cuando entonces muchos inversores minoristas compran.

"Mi estrategia más rentable ahora mismo es durante el fin de semana, porque la bolsa está cerrada ese periodo. Así, los impacientes no pueden alcanzarme. Y a menudo tengo un gap alcista del 10, 20, 30 por ciento ese lunes", cuenta Sykes. 

Por ejemplo, el 24 de junio de 2022, un viernes, compró acciones de Evofem Biosciences (EVFM), una pequeña empresa que desarrolla un producto anticonceptivo femenino, a entre 0,38 y 0,39 dólares por acción. Fue la tarde en la que saltó la noticia de que el Tribunal Supremo había anulado el caso Roe contra Wade. Se mantuvo durante el fin de semana y vendió el lunes a unos 0,60 dólares por acción. 

 

Su patrón favorito es el pánico de la mañana, que puede producirse si una acción ha subido entre 5 y 10 días y, de repente, sufre una caída del 20% al 50%

Este desplome suele producirse porque los market makers —creadores del mercado, brokers que realizan las operaciones de sus clientes directamente en su propia mesa— pueden ver stops loss, lo que les impulsa a vender acciones o vender acciones en corto para activar esos stops loss y crear un efecto dominó de ventas, arrastrando el precio a la baja. 

Pero una vez que se alcanza un nivel de cotización clave, suele producirse un rebote en el que a Sykes le gusta comprar.

Por ejemplo, Tesoro Enterprises (HMBL) se fusionó con HUMBL, una empresa que comenzó a expandirse internacionalmente. Sykes se dio cuenta de que la acción estaba siendo muy promocionada. El 30 de noviembre de 2020, las acciones se desplomaron y Sykes compró en la caída de pánico de la mañana a 0,14 dólares por acción y vendió a alrededor de 0,15 a 0,18 dólares. 

Aunque Sykes opera con cualquier valor que se ajuste a su estrategia, prefiere valores que cotizan entre 2 y 4 dólares por acción. Por debajo de esa horquilla, aumenta el riesgo porque es más especulativo. Por encima, hay operadores institucionales, lo que complica la predicción de patrones porque se está apostando contra algoritmos y operadores sofisticados con los que no quiere competir. 

Y aunque muchos de sus alumnos prefieren dar con los nombres más activos que negocian cientos de millones de acciones al día, los valores demasiado líquidos son excesivamente agitados para él. 

 

Así que se decanta por los valores de menor volumen que negocian una media de entre 1 y 5 millones de acciones al día. Un volumen de negociación bajo podría indicar que se ha adelantado. A medida que más inversores conozcan el valor, el volumen podría aumentar en los próximos días.

Sykes realiza la mayoría de sus operaciones en la primera hora de apertura del mercado. A partir de ahí, puede pasar entre unos minutos y 2 horas manteniendo una posición. Eso excluyendo los viernes, cuando puede operar por la tarde para aprovechar las subidas del fin de semana. 

A diferencia de muchos operadores, Sykes prefiere salirse de una operación ganadora. Lo llama "operar con miedo" y admite que algunas veces ha perdido más ganancias por salir antes, pero prefiere el enfoque seguro. Calcula que su relación entre ganancias y pérdidas ronda el 70/30, pero cree que la mitad de sus pérdidas se deben a que se ha retirado demasiado pronto. 

Incluso si la pauta se invierte, rara vez vuelve a entrar en la misma operación para evitar revanchas. Según el operador, mantener una posición con la esperanza de que una pauta se invierta crea el hábito de saltarse las reglas. Y un día, un pequeño error puede convertirse en un gran desastre.

Otra forma de mitigar el riesgo es limitar sus pérdidas a entre el 1% y el 3% de su posición global

"Nunca utilizo stops rígidos porque los creadores de mercados pueden ver tus stops", explica Sykes. "Y, a menudo, los creadores de mercado ven todos los stops loss en un número redondo. Se llevan todos los stop loss y luego vuelven a colocar la acción".

La volátil realidad de un operador 

En 2003, cuando aún estaba en la universidad, Sykes decidió crear un fondo de cobertura con un sesgo corto llamado Cilantro Fund Partners, que se dedicaba principalmente a vender en corto scams de acciones de un céntimo. Le fue bien entre 2003 y 2006. 

Pero su racha terminó después de que una sola operación en 2007 acabara con sus ganancias de los 3 años anteriores. Cometió el error de entusiasmarse con una empresa de venta de entradas a domicilio e invirtió un tercio de su fondo en una posición larga. 

La empresa quebró y Sykes cerró su fondo en 2007. Ese mismo año, apareció en Wall Street Warriors, una serie de televisión que seguía la vida de gestores de fondos y operadores. 

"Todo el mundo me felicitaba. Pero como no podía hablar abiertamente de mis resultados, nadie sabía que había tenido grandes pérdidas. Así que me sentí realmente en conflicto, y eso fue lo que me llevó a dar clases", explica Sykes.  

Las pérdidas de su fondo de cobertura acabaron haciéndose públicas, y un titular de Reuters decía: "Un gestor de fondos de cobertura fracasado vuelve a intentarlo en Internet". Lo sintió como una matada en el estómago, cuenta, pero eso mismo le empujó a trabajar aún más duro para el éxito.

El malestar que produce tener unos ingresos vinculados a la bolsa nunca desaparece. Hoy, las preocupaciones de Sykes se centran sobre todo en el entorno macroeconómico

"Tengo miedo de la economía. Me preocupa nuestra deuda. Temo que tengamos una década perdida", dice Sykes. 

"Y sé que aunque ahora mismo es muy emocionante haber tenido tantos estudiantes millonarios en los últimos años, de nuevo, gran parte de ello se debe a la burbuja y a que la gente está en el lugar adecuado en el momento adecuado. Si tenemos una década perdida en la que el mercado no va bien, no creo que muchos de mis alumnos se queden".

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