3 sencillas reglas para distinguir los alimentos procesados saludables de los que no lo son

Enrique Luque de Gregorio
Las 3 sencillas reglas para distinguir los alimentos procesados saludables de los que no lo son
  • Suele decirse que los alimentos procesados son malos, pero no todos deben incluirse en el mismo saco. 
  • El número de ingredientes que tiene un producto, da pistas al momento de si es un procesado saludable o no. 

Hoy en día la gente le da más importancia a la nutrición que nunca. Tanto es así, que quien más y quien menos, la mayoría de los consumidores tienden a conocer bastante la composición de muchos alimentos y, sobre todo, aquellos que resultan saludables y los que no, con independencia de lo que luego decidan comer.

Partiendo de esa base, suele decirse que los alimentos procesados son perjudiciales para la salud y un enemigo total de cualquier dieta que presuma de serlo. Pero en realidad, ¿es siempre así? Algunos alimentos procesados son saludables, y otros no, y los expertos tienen formas de que puedas distinguir unos de otros de manera bastante sencilla. Solo tienes que ser observador. 

¿Qué son exactamente los alimentos procesados?

Según la OMS, existen tres tipos de alimentos: los naturales (es decir, aquellos que no reciben ningún tipo de tratamiento, por así decirlo), los culinarios, como harinas, azúcares y demás, que se usan para cocinar y mezclarse con otros ingredientes, y los procesados. Estos últimos son los que, básicamente, son manipulados y ven alterada su composición original. 

Dentro de estos últimos, es importante empezar por saber que la propia Organización Mundial de la Salud distingue entre tres clases: los alimentos procesados sin más, los alimentos altamente procesados y los alimentos ultraprocesados, que son los que peor fama tienen y más suelen poner en pie de guerra a los nutricionistas y dietistas de todo el mundo. 

¿En qué se distinguen unos de otros? Pues en varios aspectos pero, sobre todo, en la cantidad de aditivos que reciben. Los alimentos procesados en sí mismos, aunque manipulados, no suponen ningún daño para la salud. Por ejemplo, aceites, carnes, yogures o legumbres de lata. 

Por su parte, los alimentos altamente procesados y los ultraprocesados serían aquellos que suelen decirse “malos” para la salud, como los aperitivos típicos en plan patatas fritas, las bebidas azucaradas, la bollería industrial o alguna comida precocinada. En ocasiones, no obstante, puede resultar difícil distinguir unos de otros. ¿La solución? Aprender a hacerlo.

Cómo distinguir los alimentos procesados bueno saludables

En realidad, existe un truco muy sencillo para saber distinguir los alimentos procesados saludables de los que no lo son. Es tan fácil como fijarte en la cantidad de ingredientes que estos tienen. Si son pocos, cuatro o cinco como máximo, son saludables, si tienen muchísimos de ellos, no. 

Pero por si esto no es suficiente para saber diferenciarlos, hay otra manera: fíjate siempre, al echar un vistazo a los ingredientes, en si estos tienen dos entre los primeros de ellos: el azúcar o la harina. Los alimentos procesados “malos” suelen destacar alguna de las dos cosas. Además, suelen publicitarse mucho, dado que acostumbran a ser productos muy comerciales. 

Siguiendo estas sencillas pistas, puedes descubrir rápido el grado de manipulación que ha tenido un producto alimenticio, sobre todo en aquellos casos un tanto grises en los que puedes dudar: ¿es sana o no esta bebida? ¿Este dulce es más natural o menos? Aprovecha estos consejos, y siempre saldrás de dudas. 

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