Los 4 aditivos 'malditos' que te dan más hambre y engañan a tu cerebro

Perrito caliente

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  • Los aditivos están presentes en gran parte de los alimentos de la dieta diaria: la nutricionista de Harvard Amy Shah revela 4 de ellos que interfieren negativamente en tus hábitos: te provocan más hambre y secuestran a tu cerebro.
  • A partir de ahora, mira con lupa las harinas refinadas, el glutamato monosódico o el azúcar blanco en las etiquetas de los productos que consumes.
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¿Alguna vez te has preguntado por qué a tu cerebro le gusta tanto esa pizza, esa napolitana de chocolate o esas patatas fritas? La ingestión de azúcares o comida basura provoca que se liberen serotonina y dopamina, hormonas de felicidad asociadas al bienestar y al placer.

Además, estos alimentos como los perritos calientes, la bollería o el beicon pueden estimular el apetito debido a su combinación de sal, grasa y azúcar. De hecho, se conocen como hiperpalatables, y pueden incitarte a comer en exceso y engordar.

 

También los aditivos juegan su papel: alteran muchos alimentos para secuestrar a tu cerebro, provocarte más apetito y suscitar más "hambre emocional", hábito que equivale a utilizar la comida para sentirse mejor. 

Amy Shah, una nutricionista formada en Harvard, comparte con CNCB los aditivos que debes evitar en la medida de lo posible, e incita siempre a revisar las etiquetas de los alimentos. 

1. Glutamato monosódico (GMS)

El potenciador de sabor más famoso del mundo es el glutamato monosódico, un aminoácido no esencial responsable del adictivo sabor umami de la gastronomía china

Muchísimos alimentos aromatizados contienen glutamato monosódico: sopas, patatas fritas, croquetas, embutidos y productos cárnicos, gusanitos y otros snacks, pastillas de caldo, salsas o verduras enlatadas.

De forma natural, el glutamato monosódico está presente en quesos como el parmesano, roquefort, o cheddar, el jamón curado, las nueces, los guisantes, las setas shiitake, los tomates, los champiñones, carnes de vacuno o pollo o algas.

La nutricionista de Harvard advierte que el consumo de mucho glutamato incita al páncreas a producir más insulina, generando una cascada hormonal que te hace sentir más hambre.

También se ha relacionado en diferentes estudios con la diabetes y la obesidad, e incluso se considera una excitotoxina, que puede hacer que las células cerebrales se sobreexciten y luego se disparen sin control, causando muerte celular.

2. Harina refinada

Las harinas refinadas son aquellas sometidas a un procesado industrial, cuyo propósito es crear partículas más finas y digeribles. En el proceso se borran el salvado y el germen, haciendo que el alimento sea más duradero. Sin embargo, también se eliminan vitaminas, minerales y fibra dietética, haciendo que estas harinas sean menos saludables que las integrales

Los alimentos ricos en estas harinas blancas provocan que los niveles de azúcar en sangre y de insulina se disparen, lo cual generan hambre de nuevo muy rápidamente. Al digerirse muy rápido, estimulan el aumento de peso e incrementan el riesgo de diabetes. También son menos nutritivas, promueven la fatiga y el cansancio, y elevan el riesgo de alergias.

3. Azúcar refinado

El azúcar refinado no tiene proteínas, ni vitaminas, ni minerales, ni grasas, ni fibra, ni ningún beneficio para la salud humana. Es profundamente adictivo, provoca picos de azúcar en sangre, e intensifica el deseo de comer más azúcar de nuevo, debido a la mencionada liberación de dopamina. 

La nutricionista de Harvard avisa de que uno de los aditivos alimentarios que más sensación de hambre provoca luego es el jarabe de maíz rico en fructosa, presente en refrescos como la Coca-Cola, alimentos ultraprocesados o zumos industriales. Además de alterar el metabolismo, ralentiza la liberación de leptina, la hormona que indica a tu organismo que estás saciado. 

4. Gluten

El gluten es una proteína del trigo que suele estar presente en los alimentos procesados. Aunque no afecta negativamente a todo el mundo, a algunas personas les provoca inflamación en el organismo y también irrita sus instintos.

"Una buena regla general es evitar los productos con gluten durante un mes. Comprueba cómo te sientes y si controla mejor tus antojos", anota Amy Shah. 

Por último, la nutricionista recomienda elevar la cantidad de polifenoles en la dieta: estos micronutrientes antioxidantes limpian el torrente sanguíneo de toxinas y son clave para controlar el hambre y los antojos de alimentos poco saludables llenos de aditivos. También ayudan a controlar los niveles de azúcar.

Algunos de los alimentos más ricos en polifenoles son las semillas, los frutos del bosque, especias como la cúrcuma, el cacao, el aceite de oliva o el té verde. También vegetales como la alcachofa, la achicoria, la cebolla roja o las espinacas.

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