En una oficina se juntan muchos perfiles. Y no solo profesionales. Algunos son beneficiosos, pero otros pueden llegar a ser un problema, como aquellos que tienen comportamientos tóxicos con el resto. Estos son precisamente los perfiles que las empresas quieren evitar a toda costa.

Los trabajadores tóxicos pueden obstaculizar el flujo de trabajo general, crear un ambiente incómodo y hacer que otros abandonen sus puestos, según la Sociedad de Gestión de Recursos Humanos. Existen señales claras para detectar a este tipo de personas.

Si tienes la sensación de que en tu oficina hay alguien así, o tú mismo no quieres caer en esas actitudes, ten cuidado con estos indicios de alerta. Evita a toda costa cualquiera de estos perfiles de empleado tóxico.

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El empleado que se cree por encima de los demás

Los empleados que creen merecerse más que el resto de sus compañeros no son bien vistos en una oficina. Según Tom Gimbel, director ejecutivo de la firma LaSalle Network, nunca debes actuar como si te debieran un ascenso.

Las personas que solo están dispuestas a hacer lo mínimo, pero esperan igualmente ser recompensados, no son los empleados que las empresas quieren tener. Ese tipo de perfil corresponde a personas que creen estar por encima de sus compañeros.

Algunos empleados se sorprenden cuando compañeros suyos que han entrado después en la empresa ascienden primero. Y no se trata de una cuestión de tiempo. Cuando se da el caso es porque esa persona realmente se merece el ascenso debido a su esfuerzo. Así que si quieres ser tú el que mejore su puesto tendrás que trabajar por ello.

El empleado que echa la culpa a otros

Todo el mundo comete errores. Sin embargo, cuando un compañero empieza a echar la culpa al resto de sus propios fallos es una señal de alerta muy grave, según Talia Fox, directora ejecutiva de la firma de consultoría Kusi Global.

Es muy importante que cada uno sepa reconocer sus propios errores, demostrando un alto nivel de integridad, y presentarse honesto en el puesto de trabajo. Fox un día le asignó una tarea a un empleado, asegurándose de explicar todos los puntos, pero el trabajo que recibió no estaba bien. En lugar de admitirlo le empezaron a señalar a ella por haber dado unas instrucciones poco claras.

Posteriormente esa persona terminó reconociendo su comportamiento. No obstante, ya le había hecho daño previamente a ella. El llamado gaslighting es una forma de manipulación que trata de desviar los errores hacia otras personas. En lugar de eso, se deberían reconocer, pedir disculpas y corregir el fallo.

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El empleado que solo responde con síes

Puede parecerte buena idea responder sí a todo lo que diga tu jefe, incluso cuando no estás de acuerdo con él, pero la realidad es otra muy diferente. Se trata de una señal de alerta para el empresario Mark Cuban. El también multimillonario valora a las personas que no tienen miedo de mostrarse en desacuerdo con él.

Reprimir tus sugerencias y opiniones puede hacerte parecer alguien poco auténtico y nada confiable. Un buen jefe debería valorar que sus empleados sean capaces de opinar por sí mismos para que la empresa crezca.

"No necesito que la gente me digan que sí", ha dicho Cuban, según ha recogido CNBC. "Puedo decirme a mí mismo que sí... Necesito gente que desafíe la sabiduría convencional y me desafíe a mí, y cuando piensen que he hecho algo mal, digan: 'Creo que estás cometiendo un error aquí y esta es la razón'".