El mejor consejo para conciliar la vida laboral y familiar me lo dio mi jefe de 24 años: estas son las 5 lecciones que llevo conmigo en cada trabajo

Stacy Tornio
| Traducido por: 
5 lecciones que aplico en cada trabajo.

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  • Stacy Tornio aprendió a conciliar la vida laboral y familiar gracias a Dave, su jefe de 24 años.
  • Tornio, madre trabajadora, tenía problemas para dedicarse tiempo a sí misma entre todas sus tareas.
  • Dave le proporcionó las garantías para que se sintiese bien si necesitaba desconectar o tener vida fuera del trabajo. 

Me he pasado la mayor parte de mi carrera intentando encontrar el equilibrio perfecto entre la vida laboral y personal. Siempre ha sido importante para mí como madre trabajadora, pero las actividades de los niños y los compromisos familiares lo han convertido en un objetivo casi imposible de conseguir.

Incluso si no tuviese que hacer malabarismos con los horarios de los niños, es muy fácil dejarse consumir por el trabajo. Al menos, así me ocurría a mí, hasta que empecé a trabajar en otra empresa y conocí a Dave, mi jefe de 24 años. 

Siempre he sido una de esas personas que intentan ir más allá para demostrar lo que valgo, especialmente en el trabajo. Una de las razones es que siempre me ha gustado mi trabajo, ya que me permite ser creativa en muchas de mis tareas. Pero la desventaja que tiene es que es muy difícil desconectar el cerebro. 

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Conocí a Dave mientras trabajaba remoto en una empresa de juegos de mesa. Aunque era autodidacta y abandonó la universidad muy pronto, prácticamente ha sido el mejor jefe que he tenido nunca. Para él, la conciliación de la vida laboral y familiar no era una opción, sino una obligación.

Conocer a Dave cambió por completo mi perspectiva sobre el trabajo. Sinceramente, su juventud aún le hacía ser un poco inocente. Dave nunca había trabajado en un entorno corporativo, donde la norma es hacer más con menos y sin esperar nada a cambio. Pero él tenía muy claro que el trabajo debía centrarse en los intereses del empleado.

Estas son las 5 lecciones que he aprendido de Dave y que llevaré conmigo a cada nuevo trabajo.

1. No tienes que ser el primero en llegar ni el último en irte

Siempre he sido de las primeras en llegar al trabajo, ya que como madre, me viene mejor para mi horario. Pero en realidad, eso lo utilizo un poco de excusa para no parecer una obsesa del trabajo, porque hay algo que se llama llegar demasiado pronto al trabajo, sobre todo cuando trabajas a distancia y tienes la costumbre de comprobar los canales de chat antes de haberte tomado un café o dado una ducha.

Trabajando con Dave, aprendí a dedicarme tiempo a mí misma a primera hora de la mañana, antes de que empezara el caos del día. En lugar de pasarme una hora charlando en los canales de grupo, ahora me tomo una hora más para leer, hacer ejercicio y hacer mis cosas antes de empezar la jornada laboral.

Por otro lado, he aprendido a "ausentarme" y a desconectar de verdad por la noche. Tuve que quitar Slack de mi teléfono móvil  para poder conseguirlo, pero ha valido la pena.

2. No siempre es necesario hacer una jornada exacta de ocho horas

Creo que el trabajo remoto nos ha hecho más duros con nosotros mismos. A menudo nos esforzamos por demostrar que estamos trabajando por miedo a que piensen lo contrario o por recuperar incluso un minuto de tiempo perdido. Sin embargo, una jornada laboral normal tiene su parte de interrupciones y descansos.

Muchas de mis jornadas eran de 10 u 11 horas dedicadas a proyectos con plazos de entrega, y aunque eso no ha cambiado, ahora lo compenso. Si tengo que ir a un partido de baloncesto de mis hijos o a una cita, no pasa nada si trabajo siete horas. 

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3. Es importante dedicar tiempo a tus aficiones e intereses personales 

Cuando trabajaba con Dave, me di cuenta de que él siempre hacía cosas por las tardes y los fines de semana: pescar, jardinería, vinicultura y mucho más. Además, salía del trabajo a tiempo para poder disfrutar de ellas.

Estaba claro que Dave tenía otra vida fuera del trabajo, y eso me hizo recordar algunas de mis aficiones. Pronto, dejé de hacer trabajo extra a escondidas por la noche y volví a dedicarme a mis propias aficiones, como leer y escribir.

4. Cuando estás de vacaciones, debes estarlo de verdad

Ahora que muchos de nosotros trabajamos a distancia, es muy fácil echarle un ojo rápido al correo o a los chats, estés donde estés. Muchos de nosotros tenemos aplicaciones en nuestros móviles y al final, estar conectado al trabajo se convierte en un mal hábito.

Recuerdo que cuando estaba de vacaciones contesté a unos mensajes y Dave me dijo inmediatamente que me desconectara. Había hecho muchos preparativos antes de irme y me aseguró que no había nada que no pudiera esperar hasta mi regreso. Me dijo que sabía cómo localizarme si era absolutamente necesario, y eso me ayudó a relajarme.

Desde entonces, me he obligado a desconectar en vacaciones. Eliminar Slack de mi móvil ha sido uno de los pasos más importantes, establecer ese límite me ha ayudado muchísimo. Además, nunca he tenido a nadie en el trabajo cuestionando por qué no estoy en línea. 

5. Está bien tomarse tiempo para uno mismo durante el día

Solía estar tan preocupada por probarme a mí misma que rara vez me tomaba tiempo para salir a comer con una amiga o dar un paseo para despejar la mente. Dave me animaba a salir a la calle para intercambiar ideas o a ir de vez en cuando a yoga a mediodía porque era cuando podía encajarlo. 

Alejarme del trabajo de esta manera no ha afectado a mi capacidad para cumplir con mis responsabilidades. De hecho, creo que me ha ayudado a hacer mejor mi trabajo. Ahora bien, lo hago con responsabilidad: no es algo que haga todos los días durante horas. Sin embargo, es una de las mejores cosas que he aprendido a hacer por mí misma, especialmente como trabajadora a distancia. 

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Encontrar un buen equilibrio entre la vida laboral y personal me hizo darme cuenta de que yo era mi peor enemigo. Era yo la que me sobrecargaba de trabajo y buscaba razones para hacer horas extra en el trabajo.

Nos vemos envueltos en el ajetreo diario y perdemos de vista lo que es importante. Sinceramente, todavía lo pierdo de vista de vez en cuando, pero estoy mucho mejor y más feliz con el equilibrio entre vida laboral y personal que he conseguido establecer, gracias a Dave y a su sabiduría.

Stacy Tornio es periodista, comercial y directora de contenidos.

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