El auge de la IA recuerda a este experto a la burbuja de las puntocom, pero con una peligrosa diferencia

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Un trader masticando chicle.

Johannes Eisele/AFP vía Getty

  • El furor que ha desatado la inteligencia artificial recuerda al auge de las puntocom, pero con una importante y peligrosa diferencia.
  • El profesor Erik Gordon ha asegurado que las startups de internet tenían muchos menos inversores que las grandes tecnológicas en la actualidad.

El boom de la inteligencia artificial se parece a la burbuja de las puntocom, pero existe una gran diferencia que hace que esta locura sea mucho más peligrosa, según ha explicado un experto.

Las magníficas valoraciones que reciben compañías como Nvidia por parte de las firmas de inversión reflejan el entusiasmo de los accionistas por la IA generativa. Los analistas apuntan a que esta tecnología aumentará la productividad, impulsará productos y servicios transformadores y cambiará radicalmente la economía mundial.

A finales de la década de 1990 y principios de la de los 2000 ocurrió algo similar: la gente se volvió loca ante el potencial de internet para revolucionar todos los aspectos de sus vidas.

Internet fue revolucionario y la inteligencia artificial también lo va a ser, ha declarado Erik Gordon, profesor de la Ross School of Business de la Universidad de Michigan (Estados Unidos), en una entrevista para Business Insider

"Ambos planteamientos son acertados, pero eso no significa que las empresas con valoraciones basadas en esos planteamientos fueran o sean buenas inversiones", ha expresado Gordon. "Muchas puntocom que impulsaron la revolución de internet quebraron al hacerlo. Muchas compañías de IA que están impulsando un cambio igual de grande quebrarán o perderán la mitad de su valor".

Una ilustración de la relación entre la productividad y la inteligencia artificial.

Dicho de otro modo, aunque la inteligencia artificial sea la próxima gran revolución tecnológica (incluso industrial), las valoraciones de las empresas que se dedican a la IA pueden seguir estando fuera de lugar y los pioneros de este sector podrían acabar arruinándose.

Nvidia ha sido una de las grandes beneficiadas de este frenesí. Los ingresos del fabricante de microchips se dispararon un 126% hasta los 61.000 millones de dólares —unos 56.600 millones de euros al tipo de cambio actual— en su último ejercicio fiscal, lo que impulsó un aumento cercano al 600% de sus ingresos netos, hasta los 27.800 millones de euros.

Los inversores ávidos de crecimiento han multiplicado por seis el precio de las acciones de Nvidia desde finales de 2022, catapultando su valor de mercado desde algo menos de 370.000 millones de euros hasta los más de 2 billones de euros de la actualidad.

A bolsillos más profundos, mayores dificultades

Gordon, que imparte clases de emprendimiento e investiga muchos aspectos de los mercados financieros y la tecnología en EEUU, ha subrayado a este medio de comunicación una gran diferencia entre las locuras de las puntocom y el auge de la inteligencia artificial.

Mientras que los pioneros de internet eran en su mayoría pequeñas startups, los líderes del segmento de la IA incluyen a gigantes establecidos y rentables como Microsoft o Alphabet (la matriz de Google): "Pueden perder miles de millones de dólares sin quebrar".

La otra cara de la moneda es que los novatos de las puntocom no contaban con bases enormes de accionistas, así que, cuando se derrumbaron, "solo los inversores valientes o tontos se vieron perjudicados".

 

En cambio, los nombres de las grandes tecnológicas que lideran la ola de la inteligencia artificial representan una gran parte del valor del mercado bursátil estadounidense y actúan como soportes principales de los fondos de pensiones y de las carteras de jubilación del país norteamericano.

"Los gigantes pioneros de la IA no se van a arruinar, pero, si las pérdidas de la inteligencia artificial hacen caer el precio de sus acciones, muchos inversores sufrirán", ha afirmado el profesor de la Universidad de Michigan.

Gordon ya trazó una línea divisoria entre la burbuja de las puntocom y el boom de las acciones tecnológicas. "No se trata de una burbuja de empresas falsas, sino de una burbuja de sobrevaloración de orden de magnitud", declaró este profesor a Business Insider a principios de 2022.

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