La carrera profesional de moda en Wall Street: el volátil y lucrativo mundo del crédito privado

Crédito privado

iStock; Rebecca Zisser/Insider

  • El club de moda de Wall Street es el del crédito privado.
  • Los bancos se han retirado de los préstamos de riesgo desde la crisis financiera, beneficiando a los gestores financieros.
  • Los riesgos del mercado se concentran en las empresas que soportan con dificultad la carga de unos pagos de intereses cada vez más elevados por las subidas de tipos.

Por si no te has enterado, parece que el sector del crédito privado está viviendo  un "momento dorado". Así describían esta primavera este mercado los principales ejecutivos de Blackstone, en un lema que refleja lo encandilado que está Wall Street con este sector.

El crédito privado es un producto al alza que se ha convertido en el preferido de la industria financiera, ya que los tipos de interés han subido a su punto más alto desde que se desató esta crisis mundial. Y como los bancos, los grandes prestamistas tradicionales, han pasado un año de turbulencias, especialmente en Estados Unidos, los gestores de fondos privados han entrado en escena, posicionándose de hecho como bancos sin la misma regulación. 

"Es un gran momento para el crédito privado. No se trata solo de este trimestre, es un cambio de paradigma", declaró el mes pasado Marc Rowan, consejero delegado de Apollo. En diciembre pasado, Marc Lipschultz, co-CEO de Blue Owl, lo expuso también a Business Insider: "Estamos viendo las mejores oportunidades que jamás hayamos visto en el crédito directo". Los analistas de Goldman Sachs explicaron a sus clientes en junio que ven el crédito privado como "uno de los ámbitos más interesantes en el mundo de los mercados de capitales en los próximos años."

No es de extrañar, por tanto, que en los dos últimos años trabajar en operaciones de crédito privado se haya convertido en la carrera de moda en Wall Street. Las empresas de inversión privada suelen contratar personal de sus competidores y bancos de inversión, afirma Paul Heller, socio director y codirector de Servicios financieros de Caldwell. 

"Si anunciara un puesto ejecutivo en un fondo de crédito privado y otro en un banco de alto riesgo, las solicitudes del fondo de crédito triplicarían o cuadruplicarían las del banco", afirma Hannah Robb, socia de la empresa de contratación Eastward Partners, con sede en Nueva York. El número de usuarios de LinkedIn que incluyen "crédito privado" entre sus competencias ha aumentado un 131% en el último año, según datos de la plataforma.

De hecho, según Robb, a la hora de buscar trabajo el crédito privado se considera ya más favorable que las habilidades bancarias propiamente dichas. "Se consideran habilidades para las que se requiere saber moverse mejor, en gran medida porque el dinero habla y los beneficios están ahí". De 2005 a 2022, las estrategias de financiación directa medidas por la consultora Cliffwater reflejan una rentabilidad del 9%, mientras que los índices de bonos de alto rendimiento y bonos agregados de Bloomberg muestran rentabilidades del 6% y el 3%, respectivamente, en el mismo periodo. 

Mientras el crédito privado vive un momento de auge, las mismas empresas de inversión que están lanzando fondos ofrecen suculentos emolumentos a los expertos en reestructuración para que les ayuden en una eventual recesión.

El crédito privado es un mercado de 1,5 billones de dólares (incluidos tanto los activos como el efectivo que los inversores aún no han desplegado), frente a los 500.000 millones de 2010. El crédito privado suele ser deuda a tipo variable, es decir, deuda en la que los tipos de interés suben en función de las subidas de los bancos centrales. Los gestores de activos, grandes y pequeños, se están beneficiando de la senda histórica de endurecimiento de las políticas de estas entidades, mientras que las empresas a las que prestan corren el riesgo de sufrir el castigo de un dinero más caro que nunca.

"Estos mercados son raros, y hay un caos tremendo en el crédito privado. Hay muchas empresas intentando captar capital", afirma Heller, de Caldwell. "Por otra parte, hay muchos pequeños inversores haciendo sus apuestas, así que estamos en un momento de cierta locura". 

Gil Perez, jefe de Innovación en Deutsche Bank

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Conviene recordar qué es el crédito privado: hablamos de deuda y préstamos. No se trata precisamente de algo nuevo o que pueda resultar especialmente tentador, pero en los últimos años ha cambiado quién presta dinero y quién se está haciendo más poderoso como consecuencia de ello. 

Desde la gran crisis financiera global de hace más de una década, los bancos han dejado de conceder préstamos de alto riesgo, lo que ha beneficiado a gestores de inversiones privadas como Ares, Apollo, Carlyle y Blackstone. 

Marco Acerra, consultor especializado en servicios financieros de la empresa Spencer Stuart, afirma que, en anteriores ciclos bajistas, los bancos se retraían y el capital alternativo llenaba el vacío. "Veo esto como una continuación normal de esa tendencia, salvo que hemos estado en un entorno de tipos de interés bajos durante tanto tiempo que parece especialmente pronunciado", comenta Acerra.

Y la gente quiere participar del negocio. La semana pasada, el CFA Institute dijo que iba a añadir un nuevo certificado de mercados privados e inversiones alternativas que incluya un curso sobre crédito privado para satisfacer la creciente demanda entre sus miembros. 

Las estrategias de crédito privado como los préstamos directos (que constituyen la mayor parte de los activos de crédito privado), la deuda intermedia (también llamada deuda mezzanine, se trata de un instrumento a medio camino entre la deuda propiamente dicha y las acciones y que solo se cobra en caso de quiebra una vez se ha devuelto la deuda sénior: por eso también es más lucrativa) y los préstamos respaldados por activos exigen conocimientos especializados, señala Richard Fernand, responsable de gestión de certificados del CFA Institute. 

Algunas escuelas de negocios están observando un cambio sutil en la orientación de los estudiantes. Nicholas Kalogeropoulos, director asociado de relaciones con los empleados de la Columbia Business School, afirma que en los últimos años se ha producido un aumento constante del interés de las empresas por contratar a estudiantes de la escuela para puestos de crédito privado, aunque se trata de una base muy pequeña, ya que el sector es incipiente y el crédito privado no ha sido tradicionalmente objeto de estudio en los MBA.

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Incluso para los estándares de Wall Street, el mercado de crédito privado ofrece grandes sueldos, una tendencia que se amplía a medida que las empresas buscan cada vez más personal especializado en la reestructuración de carteras de empresas en dificultades. 

"Durante la mayor parte de mi carrera, atraer a nuevos abogados al crédito privado fue todo un reto. No sabían muy bien qué era, les preocupaba comprometerse a largo plazo o, a menudo, consideraban las finanzas como un área aburrida", explica Mike Mezzacappa, socio y codirector de crédito privado del bufete Proskauer, que cuenta ahora con 90 abogados, 24 de los cuales son socios, que trabajan en crédito privado.

Evan Palenschat, socio más reciente del grupo, señala que cada vez más bufetes están empezando a denominar sus prácticas como "crédito privado" o "préstamo directo". 

La amenaza de los impagos 

El sector está lidiando con lo que el aumento de los tipos significa para las empresas en las que han invertido, tanto en el lado de la deuda como en el del capital, lo que incluye los impagos.

La semana pasada, el director financiero de KKR, Robert Lewin, afirmó que las tasas de impago están subiendo, aunque se encuentran por debajo de su media de los últimos 10 años. "En relación con las expectativas, creo que ha ido mejor en todos los ámbitos", declaró en una conferencia organizada por Barclays. Los analistas de Goldman Sachs subrayaron en un informe de junio que Moody's prevé que la tasa de morosidad de los préstamos pueda aumentar hasta un máximo del 6% el año que viene desde el 1,5% de los dos últimos años.

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Acerra, de Spencer Stuart, comenta que los riesgos de impago son "algo moderados", señalando que las empresas están creando acuerdos personalizados con las empresas en cartera conocidos como covenants (en español, compromisos) para protegerse.

"Dicho esto, preveo que cada vez más prestamistas privados tendrán que gestionar reestructuraciones de deuda en sus préstamos, una tendencia que esperamos que se acelere", afirma Acerra. 

El crédito privado es una carrera atractiva para los profesionales de los servicios financieros, en parte porque "los bancos tienen naturalmente más restricciones de capital y las empresas de crédito privado no están reguladas de la misma manera", recuerda Heller, de Caldwell. "Pero en algún momento el mercado puede saturarse".

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