100 días de la quiebra de Silicon Valley Bank: por qué la catástrofe americana no contagió a Europa y los bancos españoles y tú seguís a salvo

Sede de Silicon Valley Bank en San Francisco.

Reuters

  • 100 días después de una de las quiebras más grandes de Estados Unidos, el sector bancario sigue sin recuperarse. ¿Qué está pasando en Europa (y en España)?
  • Business Insider España ha preguntado a 8 expertos del sector en qué situación se encuentran ahora mismo las entidades bancarias, entre crisis y subidas de tipos de interés.

Las quiebras de Silicon Valley Bank, Signature Bank y First Republic supusieron, unidas, el colapso más grande de la historia financiera de Estados Unidos. Más que la de los 25 bancos que cayeron en 2008 (con su volumen de activos ajustado al nivel de inflación actual).

Pero ni las causas, ni el tiempo, ni las respuestas tanto de reguladores públicos como del sector privado han traducido esas quiebras en una hecatombe como la que se vivió en la anterior crisis financiera. Al menos, de momento.

"No se puede cambiar radicalmente un sector en tan poco tiempo. Ahora mismo, el banco universal clásico es simplemente vulnerable como modelo de negocio porque opera con muy poco capital propio, o al revés: con demasiado apalancamiento", explica Philipp Vorndran, estratega de mercados de la gestora Flossbach von Storch

Aunque en lo que al negocio respecta, EEUU y Europa tienen realidades muy diferentes.

"No sólo el modelo de negocio es distinto. Los estándares regulatorios son mucho más estrictos que en EEUU, y también la segregación de capital. Además, hay indicadores que regulan el capital que se tiene que tener y que, por lo tanto, dan más estabilidad. Se podría decir que aquí esa crisis está superada", asegura Carlos Balado, profesor de OBS Business School y director de Eurocofín.

 

"La quiebra de SVB y los problemas de otras entidades regionales en EEUU no tienen nada que ver con la situación de la banca en España. Aquí tenemos una banca comercial con los préstamos como activo tradicional y un pasivo diversificado y, en su mayor parte, depósitos garantizados", defiende José Luis Martínez, portavoz de la Asociación Española de Banca (AEB).

Los reguladores han insistido en las fortaleza de la banca del Viejo Continente, en la regulación y la supervisión exhaustiva del Banco Central Europeo, añade la AEB.

Sin embargo, hace 100 días, cuando en 48 horas quebraba el favorito de Silicon Valley, nada de esto estaba tan claro. Y, con la incertidumbre —la intervención de SVB y la de Signature Bank casi al mismo tiempo o la liquidación de Silvergate—, el pánico se contagió a las bolsas de medio mundo

Los que estaban al pie el cañón respondían con conocimiento de causa, pero se cuestionaba cuán cerca o lejos se estaba de otro Lehman Brothers, o cuánto se desconocía de lo que estaba tensando el negocio de los bancos regionales de EEUU y que podría terminar afectando a la banca al otro lado del Atlántico. 

Hasta que el Tesoro de EEUU, la Reserva Federal (Fed) y la Corporación Federal de Garantía de Depósitos (FDIC, por sus siglas en inglés) dieron juntos un paso al frente.

La declaración conjunta, un punto de inflexión

Los organismos garantizaron todos los depósitos de los clientes de las entidades afectadas, incluso por encima del tope de los 250.000 dólares (casi 230.000 en euros). Además, anunciaron un programa de liquidez (Bank Term Funding Programme) con el que se ofrecían préstamos garantizados con bonos de máxima calidad valorados a la par, no a precio de mercado. 

"Eso le permitió a los bancos [en EEUU] no tener que hacer ventas forzadas para buscar liquidez y, de ese modo, evitar reflejar las pérdidas en sus balances", contextualiza Balado.

"El problema quedó anestesiado porque lo que desató la quiebra de los bancos, que fue precisamente que necesitaban más liquidez —motivo por el que tuvieron que vender inversiones del último año en las que tenían deuda americana—, quedaba aparentemente solventado" explica Pablo Gil, economista y estratega jefe del bróker XTB en España y Latinoamérica.

"Pero lo que han hecho también es meter en la UCI a muchos bancos que siguen perdiendo liquidez".

A día de hoy, estas entidades llevan 6 semanas pidiendo más (y más) liquidez a través de la ventanilla de emergencia. Con lo que el problema de fondo, que es la fuga de depósitos, no está solucionado.  

Sin embargo, a pesar de lo que ha supuesto, la respuesta conjunta cortó de raíz y casi de forma inmediata la crisis de confianza

Credit Suisse y First Republic, como dos casos aparte

Jamie Dimon, CEO de JPMorgan. Misha Friedman/ Getty Images
Jamie Dimon, CEO de JPMorgan. Misha Friedman/ Getty Images

Credit Suisse fue luego un caso especial porque llevaba años envuelta en escándalos y problemas y, por tanto, menguando la confianza de sus clientes. De hecho, cuenta el estratega de mercados de la gestora Flossbach von Storch, justo antes de la adquisición era una de las entidades europeas que tenía una base de capital comparativamente buena. 

"A partir de ahí, la crisis de confianza en EEUU pone en bandeja una intervención política, más o menos cocinada, para evitar problemas mayores. Pero el mal comportamiento de Credit Suisse no era ningún secreto, la gobernanza había sido muy mala desde hace tiempo. Nosotros, por ejemplo, no teníamos ninguna posición en el valor ni en deuda AT1", indican desde Welzia Management.

El problema en Suiza está ahora en si se ha creado una institución too big to save (demasiado grande como para salvarla).

"En el hipotético caso en el que una nueva entidad que sea la suma de UBS y Credit Suisse tuviera problemas, sería muy difícil para el Gobierno suizo por sí solo encontrar una solución", señala Ignasi Viladesau, director de Inversiones de MyInvestor

Sin contar con que la fusión en última instancia dañe la competencia y el mismo regulador se vea obligado a empujar a UBS a desinvertir o vender partes de la entidad combinada, añade. 

 

Mientras, First Republic, que sí que compartía en origen algunos de los problemas de SVB, sirvió para que más actores clave minimizasen los daños que supone para el sistema una crisis en EEUU.

Jaime Dimon, presidente y CEO de JPMorgan Chase, y posiblemente una de las personas con más credibilidad ante el gran público estadounidense, entró en escena tan sólo unas semanas después involucrándose en la situación de mercado con la compra de First Republic

"Hay 2 mensajes a destacar, emitidos por el sector público y el privado en momentos diferentes. Porque después de la Fed, Jamie Dimon dio gran credibilidad al hecho de que la banca regional americana puede tener un problema de liquidez, pero no uno de solvencia", puntualiza Diego Fernández Elices, director general de inversiones de A&G.

Mientras tanto, en Europa no hay crisis, pero sí incertidumbre

En conclusión, por una razón o por otra, los bancos europeos no se han visto afectados

Usando métricas de mercado, el sector bancario se ha recuperado en gran parte del bache de marzo. Incluso las acciones de las entidades financieras europeas han recuperado el liderazgo frente a otros sectores, aunque no hayan vuelto a las cotizaciones de febrero, apunta MyInvestor.

"La ratio de capital está en el 14,7%. La mora en un mínimo histórico en el 2,3%. Y la ratio de cobertura de liquidez en un 162% —más de una vez y media para afrontar situaciones de crisis—. Es decir, el panorama que tenemos ahora mismo en Europa (y España) es el de una banca capitalizada, con exceso de liquidez, con una morosidad baja y con capacidad para financiar la economía", defiende Balado. 

"Pasados estos más de 3 meses, se puede decir que el riesgo sistémico prácticamente no existe". 

 

Ahora bien, como en todo, que la banca sea más fuerte no significa que no haya riesgos, aclara Verónica Llera, de Cobas Asset Management y colaboradora habitual de Value School.

"La situación en la que se encuentra la banca no tiene nada que ver con lo que pasó en EEUU, sino con la subida de tipos. El foco de atención está, sobre todo, en a qué nivel van a llegar los tipos de interés y cómo eso va a afectar a empresas y familias y, al final, a la economía", señala Balado.

Desde Welzia Management creen que las dudas continúan en cuanto a si los bancos restringirán más el crédito, cuidando más su balance, reduciendo los préstamos (incrementando los spreads) y aumentando la remuneración a los depósitos. Esto último no parece que vaya a darse a corto plazo porque el exceso de liquidez les da cierto margen antes de entrar en la guerra por el pasivo.

"Eso sí, en cuanto entre uno de los grandes bancos, irán todos detrás", advierte Pablo Gil.

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