China está cediendo su liderazgo en las cadenas de suministro: estos son los 5 países que le pisan los talones

Huileng Tan
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China es la fábrica del mundo, pero la pandemia ha demostrado que no es suficiente para mantener sólidas las cadenas de suministro.
China es la fábrica del mundo, pero la pandemia ha demostrado que no es suficiente para mantener sólidas las cadenas de suministro.

Visual China Group/Getty Images

  • Las políticas de cero COVID de China están empujando a las empresas a diversificar las cadenas de suministro fuera del país.
  • Esta situación ya comenzó a gestarse por las tensiones geopolíticas y los aranceles de la era Trump.
  • India, Vietnam, Tailandia, Malasia y Bangladés están dando un paso al frente para sustituir a la fábrica mundial.

China lleva 4 décadas siendo la principal potencia en fabricación, pero la pandemia provocó un cuestionamiento de este estatus

Las restricciones por el COVID-19 de China han afectado a las cadenas de suministro mundiales.
Las restricciones por el COVID-19 de China han afectado a las cadenas de suministro mundiales.

Chen Shichuan/VCG/Getty Images

El ascenso de China como principal fábrica mundial ha durado 4 décadas e inauguró una era de globalización y cadenas de suministro integradas.

Esa fachada empezó a desmoronarse en torno a 2018, después de que el presidente de EEUU, Donald Trump, iniciara una guerra comercial contra el gigante asiático. Esto, a su vez, ha llevado a los inversores a reevaluar los riesgos geopolíticos.

Si bien algunos trasladaron parte de sus fábricas fuera de China en ese momento, ha sido la pandemia (y la política de cero COVID de China) lo que ha puesto de manifiesto la importancia de no depender de un solo país para la fabricación.

"Las tensiones geopolíticas, en sí mismas, pueden no haber dado lugar a este nivel de redistribución de las cadenas de suministro, pero el COVID sin duda proporcionó ese impulso adicional", opina Ashutosh Sharma, Director de Investigación de Forrester.

Además, los efectos de la guerra comercial persisten. El actual presidente de EEUU, Joe Biden, no ha puesto coto a los elevados aranceles que Trump impuso a China; de hecho, en octubre impuso controles a la exportación de equipos a las fábricas de propiedad china que fabrican chips lógicos avanzados. Esto ha agravado aún más una relación ya tensa. 

Para navegar por esta complicada red de tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, las multinacionales buscan, ahora más que nunca, cubrir sus riesgos empresariales.

A continuación, 5 países a los que se están trasladando las cadenas de suministro chinas:

India intenta desbancar a China en la fabricación de productos de alta gama: Apple y los fabricantes de chips se fijan en su inmenso territorio y su joven población

India tiene una vasta extensión de tierra y una población joven.
India tiene una vasta extensión de tierra y una población joven.

Sajjad Hussain/AFP/Getty Images

Con su inmenso territorio y una gran cantidad de población joven, India es una alternativa para la fabricación.

Según un informe de julio del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU, superará a China en 2023 como país más poblado del mundo.

Apple ya ha trasladado parte de su producción de iPhone a los estados indios de Tamil Nadu y Karnataka y está estudiando trasladar la fabricación de su iPad. Los analistas de JPMorgan creen que 1 de cada 4 iPhones se fabricaría en India en 2025.

"India cuenta con una gran volumen de  mano de obra, una larga historia de fabricación y el apoyo del gobierno para impulsar la industria y las exportaciones. Por eso, muchos están explorando si la fabricación india es una alternativa viable a China", explica a Business Insider Julie Gerdeman, CEO de Everstream, una plataforma para la gestión de riesgos de la cadena de suministro. 

Es más fácil decirlo que hacerlo.

El primer ministro indio, Narendra Modi, ha estado trabajando para atraer inversiones extranjeras directas (IED) desde que asumió el cargo en 2014, aumentándolas hasta una cifra récord de 78.727 millones de euros en el último año fiscal, según datos del gobierno.

Pero siguen existiendo importantes obstáculos: aunque el Ejecutivo indio está aumentando su atractivo para las inversiones extranjeras, es más difícil hacer negocios en el país que en China, en parte debido a la burocracia y a las múltiples partes interesadas que prolongan la toma de decisiones.

Vietnam ha experimentado una rápida reforma económica desde 1986 que le ha reportado importantes beneficios

Trabajadores de una fábrica de ropa en Hanoi, en Vietnam.
Trabajadores de una fábrica de ropa en Hanoi, en Vietnam.

Manan Vatsyayana / AFP

Como país comunista, Vietnam (al igual que China) ha experimentado una rápida reforma económica desde 1986.

Los cambios han dado sus frutos, impulsando al país asiático desde "una de las naciones más pobres del mundo a una economía de renta media en una generación", según afirmaba el Banco Mundial en una publicación de noviembre.

En 2021, Vietnam atrajo más de 29.334 millones de euros en IED, un 9% más que el año anterior, según el Ministerio de Planificación e Inversión. Alrededor del 60% de dichas inversiones se destinaron al sector manufacturero y de transformación.

Los puntos fuertes de Vietnam son la fabricación de ropa, calzado, electrónica y electrodomésticos.

Apple ya ha trasladado parte de la fabricación de iPhone a Vietnam y tiene previsto trasladar también parte de la producción de MacBook al país del Sudeste Asiático.

Otras empresas que han trasladado algunas de sus líneas de producción de China a Vietnam son Nike, Adidas y Samsung.

La inversión extranjera directa se triplicó entre 2020 y 2021 en Tailandia

Tailandia es un centro clave de fabricación de automóviles y productos electrónicos.
Tailandia es un centro clave de fabricación de automóviles y productos electrónicos.

Rachen Sageamsak/Xinhua/Getty Images

Como segunda economía más grande del Sudeste Asiático, Tailandia ha ido ganando posiciones entre los países referentes de fabricación y es un centro de producción de piezas de automóviles, vehículos y electrónica, en el que se han establecido empresas como Sony y Sharp.

Sony anunció en 2019 que iba a cerrar su planta de teléfonos inteligentes de Pekín para reducir costes y trasladó parte de la producción a Tailandia. Sharp comunicó ese mismo año que movía parte de su producción de impresoras a Tailandia debido a la guerra comercial entre EEUU y China.

No se trata solo de empresas internacionales. Incluso empresas chinas han trasladado parte de su cadena de suministro al país. Compañías productoras de paneles solares, como JinkoSolar, de Shanghái, están trasladando su producción a Tailandia para aprovechar los bajos costes y evitar las tensiones geopolíticas, según publicó el South China Morning Post en julio.

"El establecimiento de plantas de producción en el extranjero no se debe a la búsqueda de oportunidades, sino que es más bien una estrategia para hacer frente a los retos y obtener acceso al mercado", declaró Zhuang Yan, presidente de Canadian Solar, en un acto del sector celebrado en julio, según informó SCMP

Las inversiones extranjeras directas se triplicaron hasta alcanzar los 455.300 millones de baht tailandeses )unos 12,3 millones de euros) entre 2020 y 2021, según anunció en febrero la Junta de Inversiones de Tailandia. 

Bangladés ya se ha beneficiado del desplazamiento de China de la cadena de suministro y ahora quiere un trozo más grande del pastel

Bangladés alberga un enorme sector de fabricación de prendas de vestir.
Bangladés alberga un enorme sector de fabricación de prendas de vestir.

Mustasinur Rahman Alvi/Eyepix Group/Future Publishing via Getty Images

Incluso antes de que las restricciones por el COVID-19 paralizaran el sector manufacturero chino, Bangladés era una estrella emergente en el sector de la confección.

Este auge se debió principalmente al aumento de los costes laborales en China antes de la presidencia de Trump.

La diferencia de costes es grande: el salario medio mensual de un trabajador en Bangladés es de 113 euros, o menos de una quinta parte de los 630 euros que se lleva a casa un trabajador de una fábrica en Guangzhou, centro manufacturero del sur de China, según explica a Business Insider Mostafiz Uddin, propietario del fabricante de ropa bangladeshí Denim Expert.

"Además, el aumento de los costes de los materiales está empujando a las empresas de confección a buscar destinos alternativos como Bangladés, donde los precios de producción son comparativamente bajos", afirma Uddin.

A pesar del sonado derrumbe de un edificio en el que murieron al menos 1.132 personas en abril de 2013, y que hizo mella en la reputación de Bangladés en materia de seguridad laboral, su industria de fabricación de prendas de vestir es un pilar clave de la economía, ya que representó casi el 85% de los envíos, o más de 39.552 millones de euros de las exportaciones del país, en 2021. 

El país es también el segundo exportador mundial de prendas de vestir después de China.

Bangladés trabaja ahora para atraer inversiones más allá del sector de la confección y diversificar hacia otros como el farmacéutico y el de procesamiento agrícola.

Malasia lleva años siguiendo de cerca las oportunidades que surgen de las empresas que se alejan de China

Las entradas de IED en Malasia alcanzaron en 2021 su nivel más alto en 5 años, con 45.296 millones de euros.
Las entradas de IED en Malasia alcanzaron en 2021 su nivel más alto en 5 años, con 45.296 millones de euros.

Manan Vatsyayana/AFP/Getty Images

Malasia lleva varios años buscando oportunidades en el traslado de la industria manufacturera fuera de China. 

Ha logrado algunos avances, ya que ha atraído al menos 32 proyectos que se han trasladado de China a Malasia, según declaró la Autoridad de Desarrollo de Inversiones de Malasia en julio de 2020. La autoridad no facilitó detalles de los proyectos ni de las empresas que se trasladaron.

Pero, incluso antes de la pandemia, las inversiones tecnológicas en Malasia habían aumentado debido a los bajos costes laborales y a las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China. 

Los principales acuerdos de los últimos años incluyen una inversión de 1.500 millones de ringgit malayos, o 319 millones de euros, del gigante estadounidense de chips Micron durante 5 años a partir de 2018. Jabil, una empresa estadounidense que fabrica fundas para iPhone, también ha ampliado sus operaciones en Malasia.

"Conocemos a bastantes empresas que han expresado su intención de abandonar China y las hemos contratado. Lo único es el momento", indicó Azman Mahmud, entonces director general de la Autoridad de Desarrollo de Inversiones de Malasia, a The Malaysian Reserve en 2020.

Las entradas de IED en Malasia alcanzaron en 2021 su nivel más alto en 5 años, con 45.296 millones de euros, siendo la fabricación de productos electrónicos y vehículos el principal contribuyente, según información oficial del Gobierno.

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