Desde el pasado 17 de junio una campaña recorre las redes de medio mundo y ha provocado que cientos de empresas hayan anunciado que retiran su publicidad de Facebook e Instagram.
Su nombre es #StopHateforProfit y se podría traducir por algo así como "acabad con el negocio del odio". Sus promotores son más de media docenas de organizaciones civiles estadounidenses que consideran que Facebook no ha estado a la altura tratando de contener el discurso del odio en sus plataformas.
La primera noticia de esta campaña a la que ya se han sumado compañías del calibre de Starbucks, Coca Cola, Pepsi, Verizon o Microsoft tiene lugar el 17 de junio, cuando el periódico Los Ángeles Times publica una página de publicidad pagada por estas organizaciones.
En ella, las entidades interpelan directamente al lector: "¿Qué harías con 70.000 millones de dólares?". Y continúan: "Nosotros sabemos lo que ha hecho Facebook".
Entre las organizaciones que han impulsado esta campaña están varias asociaciones de ciudadanos de color o latinoamericanos residentes en Estados Unidos, hartos de ver cómo la compañía de Mark Zuckerberg no controla el racismo en sus redes sociales.
Pero esta historia se podría remontar incluso unas semanas más atrás en el tiempo; cuando el presidente Donald Trump cargó contra Twitter después de que la plataforma de microblogging etiquetara varios tuits del presidente estadounidense al considerar que su contenido era inexacto.
En ese momento, Zuckerberg apareció en platós de televisiónasegurando que las redes sociales no deberían ser 'árbitros' de lo que es o no es verdad.
A juicio de las organizaciones civiles que han impulsado esta campaña, Facebook está mirando a otro lado y no está combatiendo lo suficiente el discurso del odio en sus redes, que en ocasiones llega a ser negacionista con el Holocausto.
Por supuesto, todo este clima de exaltación en las redes que las organizaciones consideran que Facebook no está controlando se ha disparado después de que un policía blanco asfixiara a George Floyd el pasado 25 de mayo, lo que desembocó en las protestas globales por el Black Lives Matter.
La campaña insta a las empresas que se anuncian en Facebook o Instagram a retirar su publicidad de estas plataformas sociales, al menos de un modo temporal.
¿El problema? Que según la CNN o incluso según un director de Marketing de una importante compañía ?que conserva el anonimato a petición propia?, no parece que la escapada de esta publicidad pueda afectar demasiado a la firma de Mark Zuckerberg.
Facebook ingresa anualmente 70.000 millones de dólares solo en la publicidad que ofrece en sus redes. Las 100 empresas que más invierten en esta publicidad solo representan poco más de un 6% de estos ingresos: 4.200 millones de dólares.
Sin embargo, el daño reputacional a Facebook es más que evidente. Aunque a Zuckerberg, el CEO de Facebook, no parece importarle. Este jueves advirtió que las políticas de contenido de Facebook no iban a cambiar, y aseguró que sus anunciantes volverán "más pronto que tarde".
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Y eso que días antes se comprometió a revisar dichas políticas.
Aunque la valoración bursátil de la compañía se resiente: en 2 días perdió 55.000 millones de dólares en valor, una cifra que puede ser equiparable a la fortuna de Amancio Ortega, el fundador del emporio Inditex.
Entre tanto, ¿quién gana? Pues parece que apps de la competencia, como Snapchat y TikTok, o incluso otras grandes tecnológicas, como Amazon y Google, ya que expertos consultados por la edición global de Business Insider destacan que estas inversiones ahora se están dirigiendo a otros servicios publicitarios.
Incluso los servicios de streaming o la televisión tradicional podría verse reforzada en Estados Unidos, justo en un momento en el que las tarifas por inserciones publicitarias en directo han disminuido por la suspensión de varias competiciones deportivas a causa del coronavirus.
Estas son las claves de este insólito boicot a Facebook, contadas en 4 minutos.