Una alimentación saludable es importante para envejecer bien. No solo por dar a tu cuerpo los nutrientes que necesita al cumplir años. Además parece ser una pieza importante en la vitalidad y la longevidad, más allá de la genética.

Basta fijarse en las zonas azules, los puntos del planeta en los que la gente vive vidas largas casi libres de afecciones como demencia, obesidad o diabetes. Entre los hábitos comunes a todas ellas se ha encontrado una alimentación similar. 

Las legumbres, los cereales integrales, los frutos secos y las verduras son alimentos básicos, mientras que la carne y el queso se consumen de forma ocasional en estas partes del planea. Priman aquellos que parecen combatir efectos como la inflamación o los picos de glucosa, mientras que reducen los que contribuyen a ello.

En esta línea, un equipo de investigadores de Penn State parece haber encontrado otra vía sobre cómo la dieta afecta al envejecimiento. Sus hallazgos se concretan en un nuevo estudio publicado en Aging Cell donde apuntan al rol de la restricción calórica en el envejecimiento celular al influir en la longitud de los telómeros. 

Telómejores y envejecimiento

Los telómeros se encuentran en los extremos de los cromosomas y se consideran un marcador de la edad biológica. Cuanto menor es su longitud mayor es la rapidez a la que se envejece y peor la capacidad de las células para repararse.

Cuando las células se replican suficientes veces, la capa protectora de los telómeros se disipa por completo. Entonces, la información genética del cromosoma puede resultar dañada, impidiendo la futura reproducción o el correcto funcionamiento de la célula. Una célula con telómeros más largos es funcionalmente más joven que una célula con telómeros cortos, lo que significa que 2 personas con la misma edad cronológica podrían tener edades biológicas diferentes en función de la longitud de sus telómeros.

En su experimento con humanos, el grupo de investigadores examinó qué efecto provoca la restricción calórica en los telómeros de una persona. Al analizar los datos de un estudio de 2 años encontraron que aquellas que restringieron sus calorías perdieron telómeros a ritmos diferentes que el grupo de control, a pesar de que ambos grupos terminaron el estudio con telómeros de aproximadamente la misma longitud.

"Hay muchas razones por las que la restricción calórica puede prolongar la esperanza de vida humana, y el tema aún se está estudiando", sostiene en nota de prensa Waylon Hastings, autor principal de este estudio. 

“Un mecanismo principal mediante el cual se prolonga la vida se relaciona con el metabolismo en una célula. Cuando se consume energía dentro de una célula, los productos de desecho de ese proceso causan estrés oxidativo que puede dañar el ADN y degradar la célula. Sin embargo, cuando las células de una persona consumen menos energía debido a la restricción calórica, hay menos productos de desecho y la célula no se descompone tan rápido”. 

¿Comer menos para vivir más?

Investigaciones previas tanto en animales como en humanos ya han recalcado como recortar las calorías puede conducir a extender la vida.  

En 2023 un estudio de la Universidad de Columbia concluyó que en pacientes no obesos una reducción calórica de un 25% durante 2 años ralentizó entre el 2 y el 3% en el ritmo de envejecimiento. Para calcularlo midieron en sangre biomarcadores desarrollados para medir el ritmo de la senescencia: marcas de metilación en el ADN extraído de los glóbulos blancos. — Con la edad, disminuye la capacidad de metilar el ADN, lo que provoca que genes responsables de enfermedades como el cáncer, afecciones neurodegenerativas se activen—.

Otro pequeño estudio realizado sobre 34 personas que redujeron lo que comían en un 15% durante 2 años vieron como mejoraban los procesos críticos del envejecimiento dentro del cuerpo. No solo perdieron el 5% o más de su peso corporal, además disminuyeron su temperatura corporal nocturna así como sus niveles de insulina en ayunas, 2 biomarcadores clave del envejecimiento.

No obstante la ciencia aún  no es clara en si una dieta menos calórica es adecuada para todo el mundo. Por otro lado, intentar una dieta baja en calorías no necesariamente significa consumir menos alimentos. Muchos países consumen muchos nutrientes mientras consumen menos calorías que otros. Para ello suelen incluir una gran cantidad de verduras frescas.

Por lo que en lugar de obsesionarse con las calorías puede ser más útil centrarse en la procedencia de estas, comer con moderación y sin exceso.