Un declarado militante de extrema derecha no gestionaría Twitter de modo muy distinto a Elon Musk, dice un experto

Hannah Getahun,
Elon Musk

Win McNamee/Tristar Media/Nathan Howard/Patrick Fallon; Jenny Chang-Rodriguez/Business Insider

  • Las políticas que está aplicando Elon Musk en Twitter van en favor de ideas radicales de derechas, dice un experto sobre la cuestión a Business Insider.
  • Muchos usuarios de extrema derecha están utilizando Twitter para "movilizar el acoso" contra otras cuentas después de que el nuevo CEO de Twitter haya suprimido medidas de seguridad que tardaron años en implementarse y funcionar.

Desde que Elon Musk, consejero delegado de Tesla y Space X, decidió probar suerte al frente de Twitter, esta ha estado plagada de escándalos. 

Las políticas que Musk instauró tras la compra de Twitter por 41.000 millones de euros provocaron un aumento de la incitación al odio después de que la empresa suprimiera ciertas barreras de moderación de contenidos, desmantelara el Consejo de Confianza y Seguridad, que recomendaba formas de mantener la seguridad de los usuarios y promocionara teorías conspirativas infundadas, algunas del propio Musk.

¿Otro efecto secundario de la adquisición de Musk? Los extremistas de derechas, muchos de ellos con cuentas reestablecidas, se benefician ahora del uso de la plataforma social para acosar a otros usuarios.

En una entrevista con Business Insider, J.M. Berger, investigador sobre extremismo y movimientos radicales en las redes sociales, explica en qué consisten estas doctrinas y cómo encaja Musk en el ecosistema de la extrema derecha.

Las respuestas de este experto han sido editadas solo por motivos de extensión y claridad.

No sé cuánto sabía de Musk antes de su adquisición de Twitter, pero, a tenor de lo visto ¿es alguien a quien habría que considerar de extrema derecha o, como poco, adyacente al extremismo de derechas?

Creo que se ha dejado ver un poco más desde la adquisición. Antes de que se interesara por la toma del poder de Twitter no le prestaba demasiada atención. No es alguien que me interesara especialmente. De hecho, le había silenciado porque la gente no paraba de retuitear sus tonterías y estaba cansado de verlas. 

Pero, tras analizar las cosas con perspectiva, puedes darte cuenta de que hay ciertas figuras públicas que empiezan a interesarse por la extrema derecha y luego se orientan cada vez más en esa dirección. Creo que para la mayoría de nosotros, desde la distancia, es difícil saber si es algo que siempre les ha interesado, si están experimentando una transición en sus actitudes o si siempre han sido así, pero lo que está claro es que de repente se sienten con fuerzas para hablar de ello por alguna razón que tiene que ver con el entorno o el ecosistema que les rodea, o con las cosas que pasan en su vida. 

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No quiero jugar a adivinar lo que ha sido el viaje personal de Elon Musk, pero lo que hemos visto desde que tomó posesión de Twitter es que comenzó a posicionarse como alguien super neutral. Desde entonces, han pasado 2 cosas. En primer lugar, en sus interacciones en Twitter cada vez se relaciona más con algunos de los peores personajes de la extrema derecha, y aparentemente les hace caso. Y en segundo lugar, la forma en que la moderación de contenidos de Twitter ha cambiado desde que él se hizo cargo se ha inclinado definitivamente a favor de la extrema derecha. Así que sea cual sea su aportación personal, fueran cuales fueran sus creencias al principio o sea cierto o no que ha habido una evolución en su pensamiento, su mandato en Twitter se ha caracterizado por un enorme aumento de la presencia de cuentas de extrema derecha en la plataforma. También llama la atención que las tome en serio y hable con ellas sobre política.

Entonces, no cabe considerar a Elon Musk extrema derecha, ¿no?

Lo que yo diría es que no hemos oído de él nada que deje claro realmente en qué cree. Si vas a decir que algo o alguien es extremista, necesitas evidencias que lo suscriban. Yo diría que, basándome en lo que he visto, que no creo que haya articulado nada parecido. Es difícil decir si es un extremista, pero sin duda está aplicando políticas que favorecen el extremismo. Independientemente de lo que crea personalmente, sus acciones están aumentando enormemente la cantidad de extremismo de derechas en Twitter y aumentando el influjo de la extrema derecha en la conversación pública.

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Técnicamente, no puedo decir que sea alguien de extrema derecha. No obstante, alguien de extrema derecha no estaría actuando de un modo muy diferente al frente de Twitter. 

¿Cómo se beneficia la extrema derecha de las nuevas posibilidades que le ofrece esta red social?

El panorama ha cambiado mucho en los últimos 10 años. En este momento, sin duda hay foros en los que la extrema derecha ya puede interactuar mucho entre sí. Ya existen lugares como Truth Social o Gab o Parler donde no hay mucha presión social ni mucha gente que diga aquello de: "¡Has ido demasiado lejos; te vamos a suspender!". Si solo quisieran tener presencia online, pueden hacerlo en cualquier web. Pero en Twitter pueden llegar a un público más amplio. Luego, yo diría que los diferentes tipos de movimientos extremistas tienen diferentes prioridades. Diría que con la derecha no estamos viendo muchos esfuerzos por utilizar Twitter para lo que tradicionalmente llamaríamos actividades de reclutamiento o proselitismo. No están intentando ganarse a la gente. Lo están usando para acosar y movilizar el acoso. Pero en algunos casos la cosa puede escalar hacia la violencia o crear una atmósfera que potencie la violencia. El acoso lo promueven cuentas que estaban suspendidas. No están publicando largos hilos sobre lo que creen o tratando de articular algo en particular. Son trolls. Son abusadores, acosadores y trolls. 

Musk ha hablado mucho de cómo se ha comprometido a permitir que el "80% del centro" tenga voz en Twitter. ¿Está haciendo mal su trabajo o es algo más profundo y más siniestro?

Creo que está potenciando intencionadamente a la extrema derecha. Cualquier argumento que hable de que trata de favorecer el centro es mentira y como tal debe entenderse. 

Hay un par de aspectos en esto. Una de las cosas más delicadas en mi trabajo es hablar de extremismo sin hablar de la política dominante, porque ha habido una enorme convergencia con la política de la derechas que se ha solapado cada vez más con puntos de vista extremistas. Si hablamos de potenciar las voces centristas, entonces, si nos fijamos en las encuestas y en las actitudes de la gente, una plataforma centrista no potenciaría el activismo y la violencia anti-LGBTQ+, porque la mayoría de la gente apoya la igualdad de derechos para las personas LGBTQ+. Hay una mitología del centro que la extrema derecha promueve, y ese es el centro mitológico que Elon Musk está interesado en promover. Se puede recordar la idea de la mayoría silenciosa de Nixon, esta idea de que los estadounidenses típicos son votantes de valores familiares. Y eso no es cierto, evidentemente. Al crear esa mitología, lo que consiguen es inclinar toda la conversación hacia la derecha y luego dar cabida a más y más tipos de opiniones de extrema derecha que rozan el extremismo abierto. 

Creo que lo que estamos viendo ahora es realmente una reacción a muchos cambios de actitudes, costumbres y normas. En los últimos 10-15 años se ha producido un cambio drástico en la aceptación de la inclusión. Y ese tipo de cambio suele provocar una reacción violenta que es parte de lo que observamos hoy. 

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Los anteriores dueños de Twitter se esforzaron por ser más inclusivos y tratar de erradicar el odio; por eso había tantas cuentas suspendidas antes de que Musk reinstaurara muchas de ellas. Pero también hubo críticas contra Jack Dorsey y el margen de maniobra que dio a cuentas de supremacistas blancos. ¿Está Musk realmente muy lejos de sus antecesores? ¿O el púbico deja pasar menos cosas que antes?

Tenemos 2 modelos de propiedad de las grandes empresas. Uno es el líder individual personal que da forma a todo lo que sucede en la empresa, de manera que si esa persona es, por ejemplo, un sociópata, la empresa tenderá a comportarse de forma sociópata. El otro es el modelo corporativo, que tiende a explotar los recursos y tiene sus propias desventajas, pero es muy sensible a cosas como las preocupaciones de los accionistas y los problemas de relaciones públicas.

Twitter comenzó como una empresa de liderazgo individual bajo Jack Dorsey. Debido a las opiniones personales de Dorsey sobre la libertad de expresión y sus simpatías ideológicas, Twitter tuvo que ser arrastrada (pataleando y gritando) a la era de la moderación de contenidos. Hay que recordar que esta red social fue realmente la última de las 3 grandes plataformas en implementar algún tipo de moderación robusta. Y realmente solo despegó después de que Jack Dorsey se alejó y Twitter se pasó al modelo corporativo. Como alguien que vivió todo aquel proceso, diría que Twitter vivió un largo debate antes de poder llegar al lugar imperfecto desde el que Musk la compró. Y todo ese progreso, toda esa lucha, toda la presión pública, todos los estudios que publicamos y todos los análisis que hicimos, todo lo que se obtuvo de ese trabajo, en definitiva, se ha ido al garete en un periodo de tiempo relativamente corto. Que esto siga así es otra cuestión.

La verdadera historia de Twitter

Twitter se enfrenta a una buena cantidad de problemas desde que despidió a la mayor parte del personal que moderaba contenidos. El primero y más importante es que la Unión Europea es mucho más proclive a regular estas plataformas que EEUU, y Twitter probablemente ya ha entrado en conflicto con muchos de esos reguladores, y la cosa irá a peor a medida que pase el tiempo. Así que puede que Twitter no acabe donde está ahora. Por otro lado, también hay muchos riesgos para la empresa que tienen que ver con cómo Elon Musk está gestionando su infraestructura, su seguridad y lo que tiene que ver con la privacidad, que son objeto de una orden de consentimiento de la FTC que podría, y esto es una espada de Damocles que pende sobre la cabeza de la empresa, resultar en miles de millones de dólares en multas en cualquier momento. Y, por supuesto, la empresa está muy endeudada, por lo que un golpe multimillonario a su cuenta de resultados podría llevarla a la quiebra.

Es muy difícil saber qué va a pasar a partir ahora. Pueden pasar muchas cosas. Creo que la posibilidad más probable es que alguna de las amenazas que se ciernen sobre Twitter en este momento la lleve a la quiebra en el plazo de un año. Si esto no ocurre, la empresa entrará en una fase de toma y daca. Para seguir operando, especialmente el año que viene bajo la Ley de Servicios Digitales de la Unión Europea, Twitter va a tener que demostrar cierta capacidad de moderación de contenidos, y si no puede hacerlo entonces se enfrentará a una posible prohibición en Europa. Nos encontramos en un extraño y loco momento de libertad para todos que no se sabe dónde va a ir a parar.

¿Hay alguna solución para todo esto? 

Por muy problemáticos que puedan los modelos corporativos, estos permiten a las empresas moverse por incentivos tradicionales como los intereses de los anunciantes, evitar boicots, la insatisfacción de los usuarios y la presión que puede ejercer un titular negativo. Las personas pueden no ser tan susceptibles a esas presiones, especialmente si no están motivadas por ningún sentido real del bien público o ninguna comprensión de cómo funciona la sociedad, o si son tan ricas que se han aislado completamente de cualquier información que vaya en contra de su concepción del mundo. A corto plazo, sin duda, como usuarios de la plataforma hay cosas que podríamos hacer que cambiarían las cosas, que afectarían el cálculo de una empresa tradicional, pero no está claro si esto bastaría para alterar los cálculos de Musk. El único consejo que daría a los usuarios de Twitter que estén preocupados por lo que está pasando es que no den dinero a Twitter, que no paguen por una marca de verificación azul, que no compren publicidad y no hagan clic en sus anuncios. Esa es la única ventaja que tenemos. No está claro que eso sea suficiente para cambiar las cosas, pero al menos nos permite no ser cómplices de lo que está pasando.

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