"Ganar la campaña no significa ganar las elecciones": así pueden salir victoriosos los partidos de los 15 días más intensos antes de elecciones

Pedro Sánchez en un mítin del PSOE durante la campaña para las elecciones del 23J.
Pedro Sánchez en un mítin del PSOE durante la campaña para las elecciones del 23J.

PSOE

  • La campaña electoral de este 23J ha llegado a su fin y ha dado para mucho: los candidatos han recorrido España, pero también los medios de comunicación para lanzar sus mensajes. 
  • Los expertos consultados por Business Insider España avisan de que ganar la campaña no significa ganar las elecciones.

Múltiples entrevistas por radio, televisión y prensa; mítines multitudinarios, debates y ausencias; cambios de opinión y rectificaciones; tweets arrojadizos... la campaña electoral ha dado para mucho.

Los principales candidatos han hecho un gran esfuerzo por recorrerse España y todos los medios de comunicación posibles para defender sus propuestas, confrontar su modelo de país con el de sus adversarios y convencer a la ciudadanía de que les voten este domingo 23 de julio. 

Pero para Ramón Mateo, director de beBartlet, las elecciones se ganan o se pierden antes de la campaña electoral. "Parece algo obvio, pero está bien recordarlo", explica el exasesor parlamentario. "La campaña empieza con unas posiciones de partida establecidas que, en muchos casos, acaban definiendo cómo se va a desarrollar. Son aspectos que se conforman en tiempos no electorales". 

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Pero esta campaña ha estado marcada por el no tan lejano recuerdo de las elecciones del 28M, el asumido plebiscito a Pedro Sánchez que dejó una incontestable victoria del Partido Popular en la mayoría de los territorios. 

Y con este tablero, los partidos han desarrollado sus estrategias hasta traernos al día de hoy: una jornada de reflexión en la que los resultados del 23J son imprevisibles. "Es una partida de póker: te han repartido tus cartas y tienes que jugar bien con ellas", afirma Ana Salazar, directora de Idus3. 

Se puede ganar una campaña y perder las elecciones

Las campañas electorales cada vez tienen más relevancia. La volatilidad del voto de los últimos años ha pasado a ser una volatilidad de bloques y a un número heterogéneo de personas capaces de votar opciones muy diferentes. 

Por ello, los políticos las preparan al milímetro para poder colocar sus mensajes, rebatir con elocuencia a sus rivales y convencer al mayor número de ciudadanos posibles. Pero durante los 15 días que dura la campaña pueden pasar muchas cosas y ser determinantes para las elecciones.

El objetivo principal ha sido el de convencer a ese 30% de indecisos con el que empezó la campaña electoral. Viniendo del 28M, se podría pensar que la victoria del PP acabará trasladándose a los comicios nacionales. Y el resultado más probable es precisamente ese. Sin embargo, los esfuerzos del PSOE durante esta campaña por la "remontada" han visto sus frutos a medida que pasaban los días y se iban publicando encuestas diarias. 

"Pedro Sánchez ha hecho muy buena campaña porque ha sustituido el mitin tradicional por los platós de televisión, por los espacios de TikTok, por los espacios radiofónicos, ha ido allí donde sabe que hay grandes concentraciones de personas que le van a escuchar", explica Salazar. 

Pero en general, la campaña ha tratado de no perder votos y colocar los mensajes con un doble fin: movilizar al electorado de cada partido y convencer a los indecisos. Un ejemplo claro es el llamamiento al voto útil, que ha sido apelado por los principales partidos, pero también por Sumar y por Vox, que se juegan la tercera fuerza política y la representación en muchas circunscripciones.  

Existen múltiples factores dentro de las campañas que hackean el cerebro de los electores para poder conseguir su voto, pero por muchos mensajes convincentes y buenas ideas, una buena campaña no siempre se traduce en una victoria. "Una cosa es ganar la campaña y otra ganar las elecciones", afirmaa Salazar.

Existen múltiples ejemplos de buenas campañas cuyos resultados fueron nefastos. Un ejemplo de ello fue la campaña de Más Madrid en las elecciones del 28M. "Fue una gran campaña", comenta la asesora, "sin embargo, no ganaron". 

Pedro Sánchez, en campaña electoral en 2019.

Entonces, ¿cómo se gana una campaña electoral?

"Lo importante es el índice de popularidad de los políticos, concretamente los que ocupan la Presidencia", asegura Xavier Pastor, profesor de la UOC. 

"El indeciso al final vota por la persona". La volatilidad a la que hacíamos referencia con anterioridad tiene que ver precisamente con que los ciudadanos han dejado de votar por las siglas y han empezado a votar por líderes carismáticos, con carácter y capaces de transmitir seguridad. 

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"El índice de popularidad es importante para ganar unas elecciones. No es lo mismo un candidato que está muy arriba que uno que está abajo. En campaña siempre los vemos más cercanos, porque los vemos por la mañana, al medio día, por la tarde, por la noche, de madrugada, por la calle. Se vuelven personas familiares", continúa explicando Pastor.

Algo con lo que coincide Mateo: "Cada vez más en las campañas, el partido importa menos, e importa más el juego". "Ahora, las nuevas generaciones votan por quien les parece mejor en cada momento o por impedir que gobierne el contrario. Estos factores tienen cada vez más fuerza". 

Por otro lado, "lo que define una buena campaña es que esté dirigida, ordenada y estructurada", asegura Salazar. 

"Lo principal es que en una campaña no se cometan errores estratégicos", continúa la asesora. "Lo que diferencia una buena campaña de una mala es que se haga acorde al relato, que tenga un mensaje bien dirigido a su público objetivo de manera acertada, que sepa dónde tiene sus nichos de votos y que juegue con las variables que tiene a su alcance".

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Se puede determinar quién ha ganado la campaña entre los diferentes partidos, pero en realidad, hay que valorarla en función de las expectativas de cada uno de ellos. Por ejemplo, el PSOE fue a ganar con unas expectativas muy bajas tras los resultados del 28M, y aunque su campaña ha sido buena, puede que no se traduzca en un gran apoyo en las urnas. 

Por otro lado, el PP arrancó la campaña partiendo como el favorito, sin embargo, han tenido varios errores comunicativos que les ha puesto en jaque parte de la campaña, aunque eso no significa que sean perjudicados en las urnas. 

Mientras, Sumar y Vox han quedado relegados a un segundo plano durante toda la campaña, con un perfil mucho más bajo, a pesar de ser los socios preferentes de los principales partidos y los que más determinarán la formación de Gobierno. 

En definitiva, la comunicación política, como arte en sí mismo, es uno de los más complicados de elaborar y mantener, especialmente durante las campañas electorales. 

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