Así es como gano 5.600 euros al mes trabajando solo 3 horas al día como asistente virtual

Este artículo está basado en una entrevista con Shannon Blanchard, una asistente virtual y entrenadora de 27 años que vive en Minneapolis. La conversación ha sido editada para una mayor claridad. Business Insider ha verificado su información financiera con documentación.

Me encanta ser asistente virtual. Lo bueno es que lo que uno necesita para empezar es muy básico. Yo empecé sin tener experiencia. Llevaba varios años trabajando de camarera. Me sentía estancada, cansada de los madrugones y de los clientes malhumorados.

Cuando me licencié en mayo de 2020, sabía que no quería dedicarme a nada relacionado con mi carrera, que era teología y bellas artes. Sentía la presión de estudiar en la universidad, pero nada me interesaba.

En julio de 2020 descubrí en TikTok el trabajo de asistente virtual a través de Jessica Hawks, que entrena a personas en este papel. Me pareció increíble poder trabajar desde casa y gestionar mi propio horario.

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Centrarse en un nicho de clientes

Llevo ejerciendo de asistente virtual desde enero de 2021. Enseguida supe que quería trabajar con creativos, así que me centré en diseñadores de marcas y páginas web. Desde el principio quería asegurarme de que disfrutaba trabajando con mis clientes.

En este tiempo, he descubierto que los diseñadores quieren dedicar más tiempo a la parte creativa de su trabajo, pero están muy cansados de tener que ocuparse de los sistemas administrativos y organizativos. La mayoría de mis clientes dirigen sus negocios por sí mismos, pero quieren ampliarlos, por lo que me he centrado en ese problema.

Siempre les digo que empatizo con su situación y que no tienen por qué quedarse estancados, que puedo ayudarles. He probado también con clientes de moda durante una semana, pero no me ha gustado la experiencia, así que he vuelto enseguida a mi nicho.

Conectar con clientes de forma orgánica a través de Instagram

He invertido gran parte de mi tiempo en hacer que mi perfil de Instagram sea atractivo. Nunca he querido dispersar mi energía en varias plataformas. El primer año ni siquiera tenía página web. Invertí ese tiempo en establecer relaciones genuinas con diseñadores. Nunca jamás me vendo en frío.

Encontraba clientes con los que quería trabajar, comentaba sus publicaciones y respondía a sus historias de Instagram. Los trataba como si ya fueran mis amigos. Ya promocionaba mis servicios en mi perfil, pero no me atrevía a venderlos directamente, así que dejaba que ellos eligieran venir a mí.

A veces, un cliente me ha contratado inmediatamente después de que comentara su publicación. Otras veces, han acudido a mí varios meses después.

Utilizar las historias de Instagram para comercializar el trabajo

Hacía una historia cada día. Para ellas siempre tenía un cliente ideal en mente. Hablaba de los servicios que podía ofrecerles y explicaba cómo gestionaría las tareas.

Es importante presentar una imagen a los posibles clientes para mostrarles lo que puedes hacer por ellos.

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Hablar con los clientes antes de comunicarles las tarifas

Si un cliente pregunta por mis servicios, concierto una llamada de descubrimiento gratuita. En ella, les pregunto qué tareas quieren que haga y qué programas utilizan.

Las preguntas más importantes que suelo hacer son acerca de lo que consideran positivo en su negocio, lo que va bien, y lo que ven flojo.

Aprender continuamente en el trabajo

Cuando he trabajado para un cliente, le he ayudado principalmente con la gestión de proyectos, la comunicación con sus clientes (incluyendo las incorporaciones, salidas, facturación y contratos) y la creación de sus sistemas empresariales.

No tenía experiencia de ello cuando empecé, pero me puse manos a la obra y fui mejorando con el tiempo. Al cabo de un tiempo, empecé a especializarme en determinados sistemas.

Aumentar la tarifa (en 4,5 euros) por cada cliente nuevo que contrataba

Siempre he tenido una tarifa estándar, pero también he dependido de lo que el cliente necesitara en nuestra llamada de descubrimiento y del nivel de responsabilidad que esperara de mí.

A mi primer cliente le cobré 35 dólares la hora (31,5 euros). Por cada cliente que he contratado, he aumentado mi tarifa en unos 5 dólares la hora (4,5 euros). Los paquetes que ofrecía oscilaban entre 10 y 25 horas al mes. Al cabo de un año, empecé a cobrar 80 dólares la hora (72 euros) y he mantenido esa tarifa.

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He llegado a tener 5 clientes a la vez. Trabajaba para cada uno de ellos todos los días, entre 2 y 3 horas al día en total. Es un trabajo muy intenso y concentrado, así que después de esas horas, ya no podía más.

Siempre me he sentido satisfecha con esa carga de trabajo. No he querido trabajar con un número mayor de clientes a la vez.

Hacer contratos de mínimo 4 meses

El año pasado llegué a ganar 6.300 dólares al mes (5.600 euros), pero mis ingresos fluctuaron. He tenido un par de clientes que en mayo estaban preocupados por una posible recesión, se asustaron y cancelaron nuestro contrato.

Esa fluctuación ha hecho que me centrara en intentar que mis ingresos fueran más sostenibles. A cada cliente le he explicado que mis servicios tienen una duración mínima de 4 meses por cada contrato. Después se renueva automáticamente. Además de hacer que mis ingresos sean más estables, me ha ayudado a entender mejor su negocio.

Empezar otras tareas como el coaching

A principios de este año he empezado a impartir clases. Recién he descubierto que me encanta. He comenzado ofreciendo algunas llamadas gratuitas de tutoría individual aunque poco a poco he ido aumentando mi base de clientes.

Este verano, he empezado a dedicarme al coaching como actividad principal, pero he mantenido un par de clientes como asistente virtual. Este mes he lanzado un curso de coaching de 8 semanas al que se han apuntado 18 personas.