Soy hijo del multimillonario Steve Ballmer: así ha influido la riqueza de mi familia en mi forma de relacionarme con los demás

Jane Zhang
| Traducido por: 
Riqueza y relaciones personales

Getty Images; Alyssa Powell/BusinessInsider

  • "Sé que hay gente que me ve como un activo y no como una persona, pero yo soy feliz con mis amistades y confío en mi capacidad para entender las intenciones de los demás".
  • Pete Ballmer confiesa a Jane Zhang, periodista de Business Insider, cómo se han desarrollado sus amistades y sus relaciones amorosas siendo hijo del multimillonario y ex-CEO de Microsoft Steve Ballmer.

Este artículo se basa en una conversación con Pete Ballmer, cómico de 29 años residente en San Francisco y uno de los hijos del multimillonario Steve Ballmer, exCEO de Microsoft. La transcripción ha sido editada por motivos extensión y claridad.

Cuando conozco a gente nueva, normalmente no saben que mi padre es Steve Ballmer.

De hecho, el nivel de fama de mi padre es muy interesante: algunos reconocen mi apellido inmediatamente, mientras que la mayoría no lo relaciona. Tengo algunos amigos a los que les llevó mucho tiempo (meses) darse cuenta de la relación.

Algunos niños eran muy crueles conmigo por quién era mi padre

No recuerdo ningún momento en el que me diera cuenta de lo ricos que éramos, pero sí tengo el recuerdo, de niño, de pasar de saber que éramos ricos a darme cuenta de que era algo a lo que la gente le daba mucha importancia, ya que lo mencionaban y lo sabían antes de conocerme.

Hubo un par de niños que fueron muy crueles conmigo por quién era mi padre. Una vez estaba de excursión y mi madre me preparó el almuerzo en una bolsa para llevar de un restaurante italiano. Un niño me dijo: "¿Has comido Pallino Pastaria?" [Un famoso restaurante de Seattle]. Yo respondí: "No, es solo un sándwich. Lo único de Pallino Pastaria es la bolsa". Ni siquiera es un restaurante especialmente lujoso, pero él siguió molestándome.

Muchos buscaban una excusa para llamarme mimado.

Empecé a notar que la gente me trataba diferente en la universidad

De pequeño, la gente no era más amable conmigo por mi padre. Pero en la universidad, me di cuenta de que algunos sí me trataban diferente, de forma más amable; me prestaban más atención que al resto cuando hablaba, y algunos se comportaban como si mi relación con ellos fuera mucho más estrecha de lo que era realmente.

A veces era algo explícito; recuerdo a un chico de mi residencia (al que no conocía muy bien) que me dijo: "Es muy guay, le he contado a mi familia que salgo de fiesta con el hijo de Steve Ballmer en la universidad". Yo pensaba, ¿qué sentido tiene contarme esto? Me incomodó mucho su comentario y me hizo sentir raro.

Steve Ballmer, ex-CEO de Microsoft

No me gustaba que la gente supiera de mi familia y de cuánto dinero teníamos antes de conocerme, ni que me lo plantearan de una forma que hacía que mi propia persona era menos importante que lo que el resto valoraba de mí: ser un chico de familia adinerada.

Durante el fin de semana familiar de mi primer año, mis tres compañeros y yo hicimos que nuestros padres vinieran a jugar al beer pong con nosotros y algunos de nuestros otros compañeros. Stanford solía tener una "política de puertas abiertas" no oficial que permitía a los estudiantes beber libremente siempre que dejáramos las puertas abiertas. Así que montamos una mesa de beer pong en nuestro dormitorio y echamos una partida padre-hijo.

Yo me lo estaba pasando bien, pero entonces me di cuenta de que la gente se acercaba de uno en uno para echar un vistazo y ver a mi padre jugando. Me resultó molesto, aunque en lo fondo lo entiendo. Para ellos era un espectáculo.

Algunas personas se me acercan solo por interés

Me doy cuenta cuando algunas personas me valoran por interés, solo porque consideran provechoso tener contacto conmigo.

Algunos me han enviado mensajes sobre los Clippers, de los que mi padre es dueño, y no me han escrito jamás para ninguna otra cosa. Desde luego, no son el tipo de amistades que me interesa conservar.

Había un chico de quien solía ser amigo que se desvivía por hablar conmigo. Al principio me cayó bien y no quise pensar mal de él, pero con el tiempo demostró que se juntaba conmigo por puro interés. 

Me he esforzado por evitarle, pero me sigue escribiendo de vez en cuando. Es un capullo del capital riesgo (la mejor descripción que se me ocurre), así que sé que está pensando en cómo aprovechar su relación conmigo porque quiere estar cerca del dinero del sector tecnológico. Quiere tenerme a la vista para que sus amigos vean que soy un contacto suyo, lo cual me parece francamente mal.

Por supuesto, resulta muy raro suponer que alguien tenga motivos ocultos para acercarse a mí. Pero me han pasado suficientes cosas como para haber desarrollado un sexto sentido. No evito activamente a la gente, pero mantengo la distancia con aquellos que creo que pueden tener algún tipo de motivo oculto para relacionarse conmigo.

Con mis amigos de verdad, la identidad de mi padre pasa a un segundo plano

Creo que tener buenas amistades es importante, y me fío de la gente a la que he llegado a conocer de verdad; me siento muy afortunado con mis amigos en general. Tengo un grupo muy cercano aquí en San Francisco, y lo pasamos muy bien juntos. También tengo la suerte de contar con muy buenos amigos de la universidad y del instituto. Por otro lado, mis amigos del sector de la comedia también son increíbles, al igual que los amigos de mi novia, que son realmente geniales.

Hay artículos que hablan de la soledad y de que las relaciones de amistad están en declive, pero esa no ha sido mi experiencia en absoluto (aunque en general soy bastante fácil de llevar, algo que ayuda cuando intentas hacer amigos).

Entre mis amistades más cercanas, la identidad de mi padre ha pasado a un segundo plano. No es algo de lo que hablemos en el día a día, del mismo modo que la mayoría de la gente no habla mucho de sus padres con sus amigos.

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Nunca he vivo una situación en la que alguien saliera conmigo por mi dinero

Todo el mundo pensaba que mi situación familiar tendría un gran impacto en mi vida sentimental, pero en realidad no ha sido así. Desde el punto de vista del anonimato, las aplicaciones de citas son bastante buenas porque los perfiles solo incluyen el nombre y, a veces, la inicial del apellido.

Durante una cita, nunca hablaba de mi padre ni de mi situación económica, pero llegó un momento en que me parecía que estaba mintiendo por omisión si no sacaba el tema.

Solo hablaba del tema cuando sentía que conocía a la persona y tenía una idea clara de que quería pasar más tiempo con ella, normalmente en la segunda o tercera cita. Para entonces, ya sabía que le gustaba a esa persona, así que nunca noté ningún cambio en la forma de tratarme.

En realidad, nunca he tenido la experiencia de que alguien intentara salir conmigo por mi dinero o algo así. Si alguien busca salir con una persona que tiene mucho dinero, lo más probable es que busque a alguien que gaste mucho. Y como no soy para nada derrochador, es raro que alguien me vea y piense que me puede "sacar la pasta".

En mi caso, nunca me fijé en el trabajo o el historial financiero de la otra persona. Tuve el privilegio de no necesitar considerar la situación financiera de alguien porque sabía que me iría bien, y tampoco creo que el trabajo de una persona la defina.

Me preocupaba, sobre todo, cómo me sentía saliendo con esa persona: ¿me siento cómodo? ¿Me lo estoy pasando bien? ¿Me gusta hablar con ella?

Mi novia y yo tenemos planteamientos muy parecidos sobre el dinero

Creo que la forma de abordar el tema del dinero es un reflejo de la forma de ver la vida. Si te encuentras con alguien muy pragmático, razonable, realista y con los pies en la tierra, es poco probable que su forma de ver el dinero sea distinta a esto.

Por lo tanto, eso fue lo que busqué: alguien con una filosofía de vida que coincidiera con la mía y, normalmente, eso se extendía a las finanzas. En el caso de mi novia, así ha sido. Llevamos juntos casi dos años y me siento muy afortunado de que coincidamos en nuestra forma de ver el dinero.

Vivimos juntos en un apartamento perfecto para nuestros propósitos. Tiene dos camas y un baño, no es más grande de lo necesario. Los dos somos bastante prácticos: de vez en cuando pedimos UberEats aunque tengamos comida en casa, pero aparte de eso no solemos gastar mucho.

Me sentiría incómodo si no repartiéramos gastos de forma equitativa

Mi novia ha trabajado duro en su carrera (tiene un buen trabajo en el sector tecnológico), se ha esforzado en ser responsable con su dinero y quiere ser independiente económicamente.

Aunque estamos bastante seguros de que seguiremos juntos indefinidamente, ninguno de los dos quiere unificar nuestro dinero de momento. Algún día, sin embargo, mi dinero pasará a ser de los dos.

Por ahora, llevamos nuestras finanzas de forma bastante independiente; los gastos de la casa, la compra y todo lo demás que compartimos se reparten a partes iguales. Nunca nos hemos planteado dividir las facturas y los gastos proporcionalmente. Si yo saliera con alguien que propusiera un reparto proporcional de los gastos, me sentiría un poco molesto y pensaría que tal vez están conmigo por tener una vida más fácil.

 

He aprendido que mi origen familiar no me define

Aunque a lo largo de los años he sido consciente de que algunas personas querían algo de mí, me ha pasado muy pocas veces.

Sigo siendo bastante abierto cuando conozco gente nueva. Me solía preocupar que, una vez que dejara el colegio, me recibieran con menos empatía o gracia debido a toda la retórica negativa (con razón) en torno a los niños ricos. Entiendo por qué a algunas personas les molesta que existan personas como yo en este sistema económico, y estoy de acuerdo en que es algo trágico.

Pero, aunque algunos se lo pregunten, la inmensa mayoría de la gente no parece tratarme de forma diferente a los demás. Cuando sales con gente, tus suposiciones pasan rápidamente a un segundo plano y, en su lugar, te limitas a experimentar lo que se siente al pasar tiempo con ellos.

He aprendido que mi identidad no me define. Pensaba que tendría que superar más prejuicios contra el tipo de persona que soy o las suposiciones de la gente sobre mí para ganarme su favor, pero al fin y al cabo, la mayoría de la gente solo quiere llevarse bien con los demás.

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