Cómo la IA generativa será otro campo de batalla entre EEUU y China: "No nos interesa ofrecerles tecnología que puedan usar en nuestra contra"

Xi Jinping y Biden en Bali

Reuters

  • La IA generativa va a ser un nuevo campo de batalla de la guerra tecnológica que disputan desde hace años EEUU y China.
  • Las disputas en el sector de los semiconductores pueden interpretarse como uno de los primeros golpes en el desarrollo de esas tecnologías.

Esta semana ha estado marcada por la visita del secretario de Estado de Estados Unidos, Anthony Blinken, a China. Blinken mantuvo un encuentro con el presidente del gigante asiático, Xi Jinping, que buscaba descongelar la tensa diplomacia que mantienen ambas potencias desde hace años. Aunque se pudieran producir avances en aquella reunión, el campo tecnológico sigue marcando un cisma.

La toma de posesión de Joe Biden como presidente de EEUU a principios de 2021 ha supuesto amplias diferencias en la política exterior de la potencia americana con respecto a su predecesor, Donald Trump, quien llevó a nuevas cotas la guerra comercial que el país mantenía con Pekín. Pero el fondo ha sido el mismo y en los últimos meses la amenaza en torno a Taiwán sigue cirniéndose.

No solo la invasión de la isla al sur de China continental tendría grandes consecuencias para el sector tecnológico. Algunas medidas que la Administración Biden ha puesto en marcha en los últimos meses ha reanudado esta guerra fría tecnológica, sobre todo después de que Washington anunciara un bloqueo en octubre de 2022 de exportaciones de chips a China con tecnología estadounidense.

Si bien China sigue fuerte en sectores como el de las baterías para vehículos eléctricos, el papel que el gigante asiático ha tenido de forma prevalente en determinadas cadenas de suministros globales se ha ido deteriorando. Evidentemente, no solo por este conflicto comercial con EEUU, sino también por las consecuencias de sus restricciones sanitarias por la pandemia.

Y aunque hay estudios que abundan en cómo Pekín tiene una "impresionante ventaja" sobre Estados Unidos en 37 de 44 tecnologías críticas y emergentes, es evidente que el auge de la IA generativa que se lleva apreciando meses tiene ya nombre y apellidos a un lado del Pacífico. Sam Altman, OpenAI y ChatGPT se han convertido en las referencias de los llamados modelos fundacionales.

Xi Jinping se refirió a Bill Gates como "viejo amigo" en el encuentro que tuvieron en Pekín

Los modelos fundacionales o IA generativas son sistemas de inteligencia artificial capaces de generar imágenes, audios, música o texto a raíz de unas someras indicaciones —prompts— y su potencialidad es tal que diversas consultoras abundan en cómo va a transformar el trabajo, gracias al salto de productividad, o directamente la vida humana.

Los gigantes tecnológicos chinos han tomado buena nota de ello y no se van a dejar amilanar.

2 expertos consultados por la estadounidense CNBC, Paul Triolo, expertos en políticas tecnológicas de la consultora Albright Sonebridge; o Abishur Prakash, CEO de otra firma de análisis, esta canadiense, llamada The Geopolitical Business, lo tienen claro.

Triolo enfatiza que se verán "más intentos de Washington por poner en la diana el desarrollo chino de algunos tipos de aplicaciones, y la IA generativa estará en el punto de mira durante el próximo año", expone Triolo. Todo ello, "una vez que la Administración Biden detecte qué tecnologías beneficiaría una eventual modernización militar china"  o impulsaría su economía.

Por su parte, Prakash entiende que el statu quo no va a cambiar demasiado en muchos de los frentes que ya existen —entre sanciones y presiones a sectores—, pero le resulta evidente que la inteligencia artificial, que representa una tecnología crítica para ambas potencias, será un nuevo campo de batalla.

Un primer golpe ya se podría haber visto: el veto de EEUU con las exportaciones de sus semiconductores a China es crucial para el desarrollo de la inteligencia artificial. Estos modelos requieren de una gran capacidad de computación para ser entrenados, de ahí que la propia China también respondiese impulsando su propia industria de forma autónoma.

Con todo, la reunión entre Blinken y Xi pudo ser fructífera en muchos ámbitos. El secretario de Estado de EEUU remarcó en su visita al gigante asiático la potencial colaboración que ambos países pueden mantener en ámbitos como la lucha contra el cambio climático o la economía. Pero la alta tecnología sigue siendo un campo de batalla, no de cooperación.

El propio Blinken lo reconocía el lunes. "No forma parte de nuestros intereses el proveer a China de tecnología que pueda ser usada contra nosotros". Y si ya se están manteniendo conflictos en torno al despliegue del 5G o al auge de redes sociales como TikTok, que se abra el melón en torno a la IA generativa es, como advierten varios expertos, una mera cuestión de tiempo.

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Business Insider.