Cómo prepararse para el cansancio primaveral y estar lleno de energía

La llegada de la primavera es sinónimo de renovación y frescura, pero también de algún inconveniente. Destacan dos: las alergias y el cansancio primaveral o también llamada astenia. Pero hay formas de prepararse con tiempo y evitarlo, para vivir una primavera como tiene que ser, llena de alegría y energía. 

El cansancio primaveral es un tipo de fatiga, aunque temporal, puede afectar significativamente tu vida diaria y llegar a desesperar; por mucho que descansas y te cuidas, nada parece servir y estás igual o más cansado. Si quieres evitarlo, hay formas efectivas de prepararse y combatir este cansancio.

Entendiendo el cansancio primaveral

El cansancio primaveral, aunque no clasificado como una condición médica formal, es un fenómeno real que afecta a una considerable parte de la población. No se sabe exactamente qué porcentaje de la población española lo experimenta, pero algunos estudios sugieren que hasta un 20%. 

Se caracteriza por una sensación generalizada de fatiga, falta de energía, y en algunos casos, disminución de la concentración y el ánimo, además de somnolencia, cambios de apetito, irritabilidad, dolores de cabeza y malestar muscular. 

Causas comunes

Cambios en la luz solar: el incremento de las horas de luz puede alterar tu reloj biológico, afectando tus ciclos de sueño y vigilia.

Ajustes hormonales: la transición del invierno a la primavera implica cambios hormonales que pueden incidir en tus niveles de energía.

Deficiencia de nutrientes: durante el invierno, es posible que hayamos reducido la ingesta de alimentos ricos en vitaminas y minerales esenciales, lo que puede contribuir al cansancio.

Cambios en la dieta: las personas pueden comer menos frutas y verduras frescas durante la primavera, lo que puede conducir a una deficiencia de vitaminas y minerales.

El estrés también puede empeorar los síntomas del cansancio primaveral.

Qué hacer para combatir el cansancio primaveral

1. Ajusta tu dieta

Una alimentación equilibrada es clave para combatir el cansancio primaveral. Incluye en tu dieta alimentos ricos en vitamina C, como cítricos y fresas, y hierro, presente en carnes rojas y legumbres, para mejorar tu nivel de energía. No olvides hidratarte adecuadamente, ya que la deshidratación puede ser una causa oculta de fatiga.

2. Regulariza tu ciclo de sueño

Más que nunca, intenta establecer una rutina de sueño regular, acostándote y levantándote a la misma hora cada día. Esto ayudará a sincronizar tu reloj biológico con los cambios de luz propios de la primavera, mejorando tu calidad de sueño y, por ende, tus niveles de energía.

3. Ejercicio moderado

No pienses que si estás cansado todo el día, si haces deporte vas a empeorarlo, bien al contrario. El ejercicio regular no solo mejora tu condición física general, sino que también incrementa tus niveles de energía y mejora tu ánimo. Eso sí, aprovecha que llega el buen tiempo y opta por actividades al aire libre como caminar, correr o andar en bicicleta para aprovechar al máximo los beneficios de la luz natural.

4. Gestiona el estrés

El estrés puede agotar tus reservas de energía. Practica técnicas de relajación como la meditación, el yoga o la respiración profunda para reducir tus niveles de estrés y mejorar tu estado de ánimo.

Si aun así el cansancio persiste y afecta tu capacidad para realizar actividades diarias, no dudes en acudir a tu médico de cabecera, porque en algunos casos el cansancio primaveral puede ser un síntoma de condiciones subyacentes como la astenia crónica. 

Este síndrome se caracteriza por un cansancio persistente que no mejora con el descanso y puede estar acompañado de otros síntomas como dolores musculares y dificultad para concentrarse, que como ves, se pueden confundir con un mero cansancio primaveral que no requiere de tratamiento alguno.

El cansancio primaveral es un fenómeno común, pero siguiendo estos consejos puedes minimizar su impacto y disfrutar de la energía y vitalidad que la primavera tiene para ofrecer. Puede bastarte con adoptar un estilo de vida saludable, que incluya una dieta balanceada, ejercicio regular, un buen manejo del estrés y un sueño reparador. 

Si te das cuenta, al final son medidas que deberías implementar todo el año, con lo que si ya sigues ese estilo de vida y no sientes cansancio primaveral alguno, es que estás haciendo las cosas muy bien.